La prueba Trinity, en la que se probó por primera vez la bomba atómica, es sin duda una de las escenas más especiales de Oppenheimer. En ella vemos a los científicos ilusionados por el trabajo bien hecho, pero a la vez aterrados por las consecuencias. Probablemente esas fueron las sensaciones que tuvieron todos esos científicos aquel 16 de julio de 1945, ya que, como el resto del argumento de la última película de Christopher Nolan, la historia está basada en hechos reales. Pero hay pequeños detalles que no se cuentan, como que con aquel primer gran estallido se formó incluso un nuevo material: la trinitita.
También se la conoce como vidrio de Alamogordo, pues este es el nombre del desierto en el que se realizó la prueba Trinity. Su formación fue consecuencia de las altas temperaturas a las que se expuso la arena y su posterior enfriamiento.
Aún en la actualidad pueden encontrarse estos vidrios en la zona del cráter. Tienen una llamativa apariencia verdosa, pero a veces se pueden ver algunos de otro color. Además, como cabría esperar, son ligeramente radiactivos, aunque se pueden manipular sin problema de forma segura.
Así se formó el vidrio de Trinity que no aparece en Oppenheimer
La trinitita se formó por un proceso conocido como vitrificación. Este se da cuando un material en estado de fusión se transforma en uno sólido, de apariencia similar al vidrio, a causa de un rápido enfriamiento.
De forma artificial, es lo que se hace para obtener vidrio a partir de la arena. Primero se funde el sílice de la arena, introduciéndola en hornos que alcanzan los 1.500ºC. Después, una vez fundida, se enfría muy rápido, para solidificarla y obtener el vidrio.
Cabría esperar que estos materiales no puedan obtenerse en la naturaleza, pero hay algunos fenómenos que sí pueden conducir a la formación de vidrio. Por ejemplo, durante una tormenta eléctrica, los rayos que tocan tierra pueden calentar la arena a más de 4.000ºC. Si esta luego se enfría rápidamente por las condiciones climáticas, se forma un material vidrioso. Hay varios tipos de vidrio formados de este modo, como las fulguritas y la lechatelierita. Pero la trinitita no necesitó ningún rayo.
El estallido de la bomba atómica que se probó en Trinity calentó el aire a su alrededor a más de 8.000ºC. La arena que estaba bajo la plataforma, en la que se formó el cráter, también alcanzó temperaturas extremas; por lo que más tarde se observó en su interior la presencia de un curioso vidrio verdoso. Por motivos lógicos, fue bautizado como trinitita.
No todo puede aparecer en Oppenheimer. Son 3 horas de película y aún así hay detalles de la historia real que no han podido reflejarse. Sin duda, la trinitita no es de lo más importante que se puede contar con respecto a Trinity y el Proyecto Manhattan. Pero sí que es un dato interesante del que vale la pena hablar ahora que aquella historia de avances científicos y terror se ha vuelto a poner sobre la mesa. O, mejor dicho aún, en las pantallas.