Miles de personas están haciendo fila en al menos 35 ciudades del mundo para escanearse el ojo. A cambio, reciben gratis una nueva criptomoneda llamada Worldcoin (WLD), lanzada oficialmente este lunes. Detrás del proyecto está Sam Altman, CEO de OpenAI, la creadora de ChatGPT. La iniciativa tiene todos los elementos para generar revuelo: criptomonedas, inteligencia artificial y privacidad.
El elemento central del proyecto, quizá, no sea tanto la criptomoneda como su sistema de registro. El escaneo de ojos entrega al usuario un World ID, una identificación virtual a la que también han llamado «pasaporte virtual». El objetivo final es crear la base de datos «más grande de seres humanos auténticos», explica la compañía en su web. Sin bots, sin seudónimos, sin identidades falsificadas.
Más del 50% de la población mundial no cuenta con una identificación legal verificable, asegura Worldcoin. «A medida que nos adentramos en la emocionante Nueva Era de la Inteligencia Artificial, resolver la prueba de existencia es más importante que nunca», destaca la empresa, creada hace tres años por Altman y Alex Blania, CEO y cofundador de Tools for Humanity.
Quienes se acerquen a los puntos de registro, se encontrarán con las «orbes»: unas curiosas esferas plateadas con un lente de cámara. Se debe mirar unos 10 segundos al lente y esperar un pitido que confirma el registro ocular. En un primer prototipo, la bola plateada le hablaba a los usuarios, pero los desarrolladores eliminaron la función porque los usuarios la calificaron como espeluznante, reseñó la BBC.
El sistema le asigna un número único al iris escaneado, que se compara con toda la base de datos, para asegurar que no se ha registrado antes. Si es así, la pelota vuelve a sonar y listo: se ha generado un nuevo Wold ID. Las personas que accedieron al registro recibieron 25 tokens Worldcoin, que actualmente están valorados en aproximadamente $2 dólares cada uno.
Worldcoin en más de 20 países
Worldcoin tiene como objetivo crear una «nueva identidad y red financiera de propiedad colectiva», explicaron en un comunicado Altman y Blania. El registro permitirá más adelante iniciar sesión de forma sencilla en sitios web, aplicaciones móviles y aplicaciones de criptomonedas, «demostrando que eres una persona única y real».
El proyecto destaca que se trata de una «prueba de personalidad» que prioriza la privacidad. Se realiza sin necesidad de datos personales, como nombres, documentos o correos electrónicos.
«Humano verificado», decían las etiquetas que regalaron a las personas que ya se acercaron a los centros de registro en Londres. La actividad también se realizará en Buenos Aires, Río de Janeiro, Ciudad de México y Bogotá. En España, Worldcoin estará escaneando ojos en Barcelona, Madrid, Valencia, Palma de Mallorca y Sevilla.
Worldcoin dijo que está desplegando cerca de 1.500 orbes en 35 ciudades, en 20 países de todo el mundo, para potenciar el registro. Desde que la empresa se creó hace tres años, más de dos millones de personas obtuvieron su World ID. La mayoría son de Europa, India y el sur de África, sostiene la compañía. Altman ha dicho que espera que 2 mil millones de usuarios se registren, ahora que la plataforma ya se ha lanzado formalmente.
La World App, su billetera digital
Worldcoin ya cuenta con su propia billetera virtual: la World App. Ofrece a los usuarios, a través de su World ID, acceso a finanzas descentralizadas a través de criptomonedas y monedas digitales estables como dólares digitales.
Al igual que el resto del mercado cripto, el token de Worldcoin tiene funciones comerciales completas. Se puede utilizar como medio de pago, atesoramiento y el resto de las funciones del dinero. Varias plataformas de intercambios han incluido ya el token de Worldcoin o han declarado su intención de hacerlo, incluido Binance, el intercambio de cifrado más grande del mundo.
Worldcoin, sin embargo, no está disponible actualmente en los Estados Unidos, informó el Financial Times. Su lanzamiento ocurre cuando los entes reguladores estadounidenses están tomando medidas más enérgicas contra los activos digitales, debido a los riesgos de fraude y especulación.
¿Futuro distópico?
«Visita el orbe o el orbe te visitará», tuiteó Jack Dorsey, fundador de Twitter y entusiasta de las criptomonedas. Es que no deja de impresionar el hecho de que una trasnacional esté por todo el mundo escaneando los ojos de la gente.
La recopilación de datos de Worldcoin es una «potencial pesadilla de privacidad», dijo el Centro de Información de Privacidad Electrónica, una organización que defiende el derecho a la privacidad de Estados Unidos.
La política de privacidad de Worldcoin dice que los datos podrían entregarse a subcontratistas. Los gobiernos y las autoridades también podrían acceder a ellos. Sin embargo, aseguran que toman precauciones para mitigar los riesgos, como el empleo del cifrado para impedir el acceso no autorizado.
«Los sistemas de identificación digital aumentan el control estatal y corporativo sobre la vida de las personas», dijo a Reuters Madeleine Stone, vocera de Big Brother Watch, un grupo de activismo en favor de la privacidad en Reino Unido. «Rara vez están a la altura de los beneficios extraordinarios que los tecnócratas tienden a atribuirles». El ente regulador de datos del gobierno de este país informó que ya hay una investigación sobre el lanzamiento de Worldcoin.
La propuesta de una renta básica universal
Altman y su equipo destacan que la «prueba de personalidad» que ofrecer la World ID otorgará acceso universal y seguro a la economía digital global. «Worldcoin podría aumentar drásticamente las oportunidades económicas», dijo en el comunicado de lanzamiento.
El CEO de OpenAI ha dicho también que la plataforma podría ayudar, por ejemplo, a repartir una Renta Básica Universal. La propuesta, con tintes utópicos, es que cada persona en el mundo reciba regularmente una suma de dinero. Altman explica que, debido a que la inteligencia artificial «hará cada vez más el trabajo que la gente hace ahora», una renta básica podría ayudar a combatir la desigualdad.
El registro de humanos de Worldcoin podría ser la herramienta práctica para implementarla, reduciendo las posibilidades de fraude. ¿Pero quién financiaría y cómo lo haría? Es una discusión más amplia que todavía no saben cómo enfrentar. Altman reconoció, en otra entrevista con Reuters, que es solo una idea que podría hacerse realidad «muy lejos en el futuro».
Altman salió al paso a las críticas en su cuenta en Twitter. Dijo que sus haters le dan «fuerzas». Pero reconoció que se trata de un proyecto más que ambicioso. «Tal vez funcione y tal vez no, pero probar cosas como esta es la forma en que se progresa».