Hoy en día existen muchísimas aplicaciones para encontrar pareja, pero Tinder, a pesar de ser de las más veteranas, sigue siendo difícil de desbancar. Se utiliza en 190 países, en 56 idiomas diferentes, con 75 millones de usuarios activos cada mes. Y aun así, muchísimos de ellos siguen decepcionados con los resultados y se quejan de fenómenos cada vez más habituales, como el ghosting. ¿Cómo puede ser que una aplicación que engloba a tantas personas no logre ayudarles a encontrar nuevas relaciones?
Esta pregunta se la hizo un equipo de psiquiatras y psicólogos de Estados Unidos, Suiza y Francia, especializados en ciberpsicología. Querían saber por qué Tinder resulta a veces tan decepcionante, por lo que realizaron una encuesta en línea a 1.387 usuarios de la aplicación.
Así, comprobaron que el ghosting en Tinder tiene una explicación, que no tiene que ver con algoritmos o un mal funcionamiento de la aplicación. Tampoco es culpa del usuario que lo recibe, como muchas veces se suele pensar. Simplemente se debe a que cada vez es más habitual que esta aplicación se use con un objetivo muy diferente al que se concibió.
Los motivos del ghosting en Tinder
Estás hablando con una persona, parece que todo va bien, que congeniáis y tenéis gustos similares. Incluso hay cada vez más coqueteo. Te apetece conocerle, así que se lo propones o ni siquiera lo haces, pero dejas caer que te gustaría. Entonces, esa persona desaparece. No te contesta ningún otro mensaje, no vuelves a saber de ella o quizás sí te hable, pero con una frialdad que nada tiene que ver con vuestras conversaciones anteriores. Te acaban de hacer ghosting.
Este es un fenómeno que va mucho más allá de cualquier aplicación. Puede darse incluso dentro de una relación. Pero lo cierto es que los usuarios de Tinder están bastante familiarizados con él. La mayoría lo han experimentado alguna vez y, por desgracia, la primera reacción, cuando lo sufres, suele ser pensar que ha sido culpa tuya. Que has hecho algo mal, que no eres suficientemente atractivo o que has hecho algo que pueda haberle disgustado. Es importante remarcar que esto no es así. Incluso si hubiese pasado algo de lo anterior, lo lógico es hablarlo, no desaparecer o mostrar una actitud fría esperando que sea la otra persona la que desaparezca. Pero tampoco es culpa de la aplicación ni del algoritmo que utiliza.
Y es que, de los 1.387 usuarios a los que entrevistaron los autores de esta investigación reciente, ni más ni menos que la mitad reconoció que no tenía interés en conocer a otros usuarios en persona. Además, dos tercios resultaron estar ya en una relación, o incluso casados. Por lo tanto, si desaparecen cuando ven interés de acercamiento es simplemente porque nunca quisieron tener ninguno.
Entonces, ¿por qué lo usan?
En la encuesta, los autores del estudio preguntaron a los usuarios de Tinder sobre sus motivaciones para usar la aplicación, el número de coincidencias y citas en persona que tenían, su estado civil y su selectividad para elegir pareja. Además, se les preguntó sobre algunos factores psicológicos, como el nivel de impulsividad, depresión, soledad y autoestima. Finalmente, se les pidió que calificaran su satisfacción general con Tinder y con las citas en persona que les hubiese proporcionado.
La satisfacción general estuvo en un 2,39 sobre 4, por lo que la aplicación no aprobó muy sobrada. El ghosting fue sin duda uno de los motivos principales por los que los usuarios no estaban contentos con Tinder.
Y es que resulta complicado entender que haya personas que utilicen la aplicación para algo que no sea conocer a parejas potenciales, ya sea sexuales o como algo más formal. Este misterio se resuelve al analizar los factores psicológicos de los usuarios. Generalmente, estas personas utilizan Tinder para entretenerse y, sobre todo, para subir su autoestima. Coquetear con otras personas les hace sentir bien, pero no quieren conocerlas, a veces porque ya tienen pareja y, en otras ocasiones, simplemente porque no se sienten preparadas para iniciar una relación así.
Esto no es algo malo per se. No obstante, se hace daño a la persona que se ilusiona sin saber que nunca tendrá una cita fuera de línea. Por eso, lo ideal es aclararlo desde que se toma la decisión. Si solo quieres charlar, no hay problema, pero habría que decirlo. No debemos olvidar que quienes están al otro lado de la pantalla son personas, tienen sentimientos y el ghosting puede fulminarles la autoestima que la otra persona está intentando subir.
De cualquier modo, si te hacen ghosting en Tinder, en cualquier otra aplicación o en la vida real, deberías tener claro que la culpa no es tuya. Y, también, que si alguien no tiene la inteligencia emocional para despedirse cuando algo no va bien, quizás que desaparezca es lo mejor que te puede pasar. Piensa esto la próxima vez que busques a alguien en Tinder.