El culturista alemán Jo Lindner, famoso en redes sociales como Joesthetics, murió la semana pasada, con solo 30 años. Las causas no están aún claras. No obstante, su novia, encargada de comunicar el fallecimiento, comentó que se sospecha que pudo deberse a un aneurisma. 

El joven estaba recuperándose de una cirugía por una hernia y preparándose para operarse otra. Además, había vuelto a la terapia de reemplazo de testosterona. Hacía apenas dos días que contó todo esto en redes sociales.

Ambos son ejemplos de riesgos a los que se someten los culturistas. Y es que esta es una actividad física en la que a menudo la salud se pone en un segundo plano, elevando el físico a lo más alto de las prioridades de quienes la practican. No podemos asegurar que Lindner estaría ahora vivo si no hubiese sido culturista. Pero, dados sus antecedentes, parece que esto pudo tener algo que ver. Por eso, su triste muerte debería servir como aviso de lo que no se debe hacer en este ámbito. Para empezar, la terapia de reemplazo de testosterona nunca debería realizarse con fines estéticos. El balance beneficio/riesgos, claramente caería hacia los segundos.

Hernias: uno de los grandes enemigos de los culturistas

Una hernia se define como una protrusión de cualquier órgano, que sale fuera de la cavidad en la que normalmente se aloja. Pueden ocurrir de forma congénita, por trastornos de desarrollo. Pero lo más normal es que sean adquiridas o traumáticas. Estas últimas, como su propio nombre indica, se deben a golpes. En cambio, las adquiridas pueden deberse a factores tan variados como el estreñimiento, la obesidad o esfuerzos físicos muy grandes, en los que se aumente la presión intraabdominal.

Es aquí donde entra en juego el culturismo. Estas personas hacen ejercicios para fortalecer todos sus músculos, llevándolos al extremo. Estos incluyen también los de la región abdominal. A veces, el esfuerzo es tan alto que se pueden producir hernias que, si no se tratan, podrían estrangular los órganos abdominales, poniendo en peligro la vida de los culturistas.

Es por esto por lo que Joe Lindner se había sometido ya a una intervención de este tipo y estaba a la espera de otra. Es algo muy habitual en los culturistas. Pero eso no es lo que le llevó a la muerte.

¿Un aneurisma por la terapias de reemplazo de testosterona?

La terapia de reemplazo de testosterona se utiliza en pacientes con hipogonadismo masculino. O, lo que es lo mismo, personas con niveles anormales de testosterona. Cabe destacar que esta hormona, generada tanto por hombres como por mujeres, pero con niveles más altos en los hombres, empieza a disminuir a medida que estos envejecen. A partir de los 30-40 años, comienza a disminuir un 1% anual. Esta pérdida progresiva no suele generar síntomas remarcables.

Sin embargo, cuando se da de una forma más pronunciada, puede suponer problemas emocionales, así como pérdida de la líbido o fatiga, entre otros síntomas. 

Antes de realizar la terapia, que consiste básicamente en administrar testosterona de forma exógena, se debe hacer una analítica, para ver si los niveles de esta hormona son realmente tan bajos como para justificar el tratamiento.

Esto es importante, pues hay bastantes efectos secundarios, por lo que se debe valorar el índice beneficio/riesgo. Entre esos efectos secundarios, se encuentran el empeoramiento de la apnea del sueño, el acné, el agrandamiento de la próstata o el encogimiento de los testículos, entre otros. No obstante, lo que más preocupa es que también se ha visto que provoca una producción excesiva de los glóbulos rojos, que se cree que podría aumentar la probabilidad de experimentar coágulos.

¿Por qué algunos culturistas recurren a esta terapia?

La testosterona también está involucrada en el desarrollo de masa muscular. Por eso, los culturistas a veces consideran que no es suficiente con los niveles normales y recurren a la terapia de reemplazo hormonal.

Esta es una equivocación, ya que si sus niveles son normales pueden producir perfectamente una cantidad saludable de músculo. El problema es querer ir más allá.

En el caso de Joe Lindner, poco antes de su muerte reconoció que, tras dejar la terapia, había vuelto a ella porque perdió sus ganancias musculares y, además, no había podido recuperar sus niveles normales de testosterona. Por lo tanto, se había dado cuenta del riesgo que supone, pero ya estaba en un desajuste que le estaba costando controlar.

¿A qué se debió la muerte de Jo Lindner?

Sin una autopsia o un informe médico, más allá de las declaraciones de su novia, no podemos saber gran cosa sobre la muerte del culturista.

No obstante, debemos recordar que un aneurisma es una zona debilitada en la pared de un vaso sanguíneo. Se calcula que una de cada cincuenta personas tienen un aneurisma en el cerebro, pero en muy pocos casos este llega a romperse.

No obstante, si se acumulan coágulos, es más fácil que se produzca dicha rotura y, con ella, posiblemente la muerte. Una persona que ha estado sometida durante años a terapia de reemplazo de testosterona podría tener más riesgo de acumulación de coágulos. Aunque, de nuevo, no sabemos si es el caso de Lindner .

Sí que sabemos que el culturista tenía una rara afección por la cual sus músculos son muy sensibles al movimiento o la presión. Por este motivo, él tenía miedo de sufrir un ataque al corazón, ya que al fin y al cabo, este no deja de ser casi totalmente músculo. 

En definitiva, pudieron ser muchos los motivos que condujeron a su triste fallecimiento. No es seguro que el culturismo estuviese implicado, pero sí sabemos que en este se realizan muchísimas prácticas peligrosas para la salud. Por eso, antes de cruzar ciertos límites, deberíamos pensar que, cuando es el cuerpo el que los marca, suele ser por algo. 

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