En algún momento de la historia del cine, Regreso al futuro pudo ser una producción desarrollada por Disney y no por Universal Pictures, como finalmente ocurrió. Cuando esa historia era solo un guion, Robert Zemeckis y Bob Gale empezaron a tocar las puertas de distintos estudios. A ninguno le parecía atractiva la idea de viajes en el tiempo, una trama en la que los personajes corrían el riesgo de cruzarse con otras versiones de sí mismos y alterar los acontecimientos.

La descripción anterior, en la actualidad, es una de las tendencias que se encuentran dentro de la industria del cine. El Universo Cinematográfico de Marvel, la franquicia más poderosa en cuanto a ingresos económicos se refiere y que se encuentra bajo control de Disney, está girando sobre la idea de explorar distintas dimensiones y tiempos. Entonces, ¿por qué Regreso al futuro no interesó al estudio en ese momento?

De acuerdo con Collider, a principios de los 80, los guionistas Robert Zemeckis y Bob Gale se cruzaron con un ejecutivo que les dijo lo siguiente: "¿Están locos? No podemos hacer una película como esta. ¡Tienes al niño y a la madre en su auto! Es incesto, esto es Disney. ¡Es demasiado sucio para nosotros!'". 

La reacción del ejecutivo, si se mira con perspectiva, invita a pensar que no había entendido del todo el concepto de la producción. Regreso al futuro no resultó ser una cinta en la que las relaciones sexuales o los vínculos sentimentales fueran recreados de forma cruda o explícita.

Por el contrario, una de las premisas en las que más se insistió a través de la saga fue en cuán peligroso puede ser alterar un acontecimiento. El resultado de aquel encuentro es sabido. Disney no tomó el proyecto. Robert Zemeckis y Bob Gale siguieron buscando opciones para financiar su propuesta y dieron con Universal Pictures. 

Regreso al futuro: un clásico del cine

Regreso al futuro y las predicciones de la ciencia ficción que no se han cumplido

También titulada como Volver al futuro en Hispanoamérica, la primera entrega de la trilogía de ciencia ficción fue estrenada en 1985, con la dirección de Robert Zemeckis. A esta cinta le siguieron dos más, presentadas en 1989 y 1990, respectivamente. A través de ellas, Christopher Lloyd, como el científico Emmett Brown, y Michael J. Fox, encarnando al joven Marty McFly, se convirtieron en dos de los personajes más recordados y queridos en la historia contemporánea del cine.

La trama de Regreso al futuro se basa en Marty McFly y los viajes en el tiempo que realiza junto con Emmett Brow en el DeLorean, un auto modificado hasta convertirse en una máquina con la cual es posible conocer distintas realidades temporales. Ambas figuras están obligadas a confrontar parte de su pasado y futuro. De esa manera, deben encarar decisiones morales y personales en distintas etapas de sus vidas. Dependiendo de sus acciones, uno u otro momento histórico podría verse comprometido. 

Entre las tres películas, se estima que la recaudación en taquilla se ubicó alrededor de los 950 millones de dólares. Esto, en un momento muy distinto al actual en cuanto a hábitos de consumo y estrategias comerciales. Pero el valor de la trilogía Regreso al futuro va más allá de este aspecto. Debido a su trama, sus personajes y tono cómico, fue una saga que marcó a generaciones enteras que crecieron con esas figuras y ahora, por ejemplo, conservan una réplica de un DeLorean en casa o hacen chistes con una de las frases más representativas de esas producciones: “Eres una gallina, McFly”.

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