No es la primera vez que escuchamos que los extraterrestres están entre nosotros. Pero este miércoles, dos elementos impulsaron el escándalo: la afirmación ocurrió en el Congreso de Estados Unidos y de boca de ex militares. Los funcionarios retirados aseguraron que el gobierno estadounidense está en posesión de OVNIS y de restos biológicos «no humanos». Afirmaciones que, con la calma del día después, vale la pena ponderar con algunas claves de contexto.

Los legisladores estadounidenses, en principio, están tratando el asunto como un problema de seguridad nacional. No les gusta que otras oficinas del gobierno de Estados Unidos les estén ocultando cosas como estas, en un año en el que fue famoso el sobrevuelo de un globo espía chino. «Este es un tema de transparencia del gobierno», dijo en la audiencia el republicano Tim Burchett. «No estamos trayendo hombrecitos verdes o platillos voladores… Solo queremos llegar a los hechos».

El Pentágono ha dado algunas señales de apertura en este sentido. El año pasado, creó la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios, que se encarga de estudiar reportes sobre OVNIS y fenómenos similares. También ha implementado nuevas políticas para alentar al personal militar a informar si ven algo raro, según el Washington Post.

Esta oficina del Pentágono reconoció en abril pasado que investigaba el avistamiento de 650 «fenómenos aéreos no identificados» (UAP, por sus siglas en inglés), un término menos rimbombante que el Gobierno usa ahora para hablar de los OVNIS (Objetos Voladores No Identificados). Su director, Sean Kirkpatrick, hasta mostró un par de videos desclasificados en el Senado. Pero aclaró que, hasta ahora, no había evidencia de vida extraterrestre y ni «evidencia creíble» de objetos que desafíen las leyes conocidas de la física.

Ayer, sin embargo, los ex militares le acusaron de estar encubriendo información. Y varios de los legisladores, independientemente del partido, sospechan lo mismo. «Muchos estadounidenses han estado fascinados por objetos misteriosos e inexplicables. Y ya es hora de que obtengan algunas respuestas», dijo durante la sesión el demócrata Jared Moskowitz.

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OVNIS recuperados en Estados Unidos

«¿Cree que nuestro gobierno está en posesión de UAP?», le preguntaron ayer a David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea. Rusch contestó tajante: «Absolutamente. Basado en las entrevistas a más de 40 testigos durante 4 años. Sé las ubicaciones exactas». El militar retirado dijo que había entregado estos reportes a superiores y que ellos habían ocultado los datos.

Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías, dijo en abril que la mitad de los 650 casos de OVNIS que estaban estudiando tenían elementos «anómalos e interesantes». «Ahora tenemos que revisarlos y decir: ¿de cuántos de ellos tengo datos reales?», dijo entonces ante el subcomité de Servicios Armados del Senado.

Aparte de Grush, ayer también testificaron Ryan Graves, expiloto de la Marina, y David Fravor, excomandante del mismo cuerpo militar. Estos últimos dos aseguraron, bajo juramento, que vieron personalmente varios OVNIS (o UAP) mientras estuvieron de servicio en el ejército de Estados Unidos. «La tecnología a la que nos enfrentamos era muy superior a cualquier cosa que tuviéramos», dijo Fravor sobre un episodio que presenció en 2004.

La Oficina de Resolución de Anomalías publicó otro documento en enero pasado. En este caso, dio cuenta de 366 informes recopilados sobre incidentes que, con frecuencia, han ocurrido cerca de instalaciones militares y embarcaciones navales. La investigación clasificó casi 200 como «sin complicaciones». Pero dejó más de 170 informes sin caracterizar. Algunos de estos «parecen haber demostrado características de vuelo o capacidades de rendimiento inusuales, y requieren un análisis más detallado».

Este informe, en sus conclusiones, coincide con la preocupación de que algunos de los avistamientos sean probablemente drones de ejércitos extranjeros. Habla de una eventual «actividad de recopilación del adversario» y que los investigadores continuarían buscando evidencia de una posible participación de otro gobierno.

David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, en la sesión sobre OVNIS en EE. UU.
David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, durante la sesión en el Congreso.

¿Restos biológicos no humanos?

«Si usted cree que tenemos naves que se han estrellado… ¿Tenemos los cuerpos de quienes pilotaban estas aeronaves?», le preguntaron ayer a Grush. El exoficial de inteligencia respondió: «Como dije previamente en mi entrevista pública, se recuperaron restos de entes biológicos». Y agregó: «No eran humanos y esa fue la evaluación de las personas del programa del que hablé y que todavía siguen a él».

Esta fue, quizás, la declaración más controvertida en esta sesión sobre OVNIS en Estados Unidos. Sin embargo, cuando los legisladores le presionaron para que aclarara, Grush dejó en claro que esto era lo que le habían dicho otros. «Es algo de lo que no he sido testigo», apuntó.

Muchas de las respuestas de Grush sugerían que revelar detalles de lo que decía podría provocarle algún daño. De hecho, dijo haber sufrido represalias recientemente por hacer pública información como esta.

El ex militar remarcó que conocía «personalmente» a personas que resultaron heridas como consecuencia de las acciones de encubrimiento que denunció. «¿Alguien ha sido asesinado?», le preguntó el legislador Burchett. Grush se limitó a decir: «Dirigí a las personas con ese conocimiento a las autoridades apropiadas».

Varios funcionarios del Congreso familiarizados con el testimonio de Grush, que ya había proporcionado en audiencias clasificadas, dijeron al Washington Post que no pudieron fundamentar o corroborar sus afirmaciones sobre un supuesto programa secreto del Gobierno para recuperar o analizar naves extraterrestres.

¿Y ahora qué?

La audiencia de ayer no fue la primera en el Congreso de Estados Unidos sobre OVNIS. La novedad está en que esta sesión se centró en testigos oculares y en expertos que los han estudiado de cerca. A las audiencias anteriores acudieron funcionarios de alto rango que dijeron que no habían tenido experiencia de primera mano con UAP.

Graves, otro de los tres ex militares interrogados ayer, dirige Americans for Safe Aerospace, una organización sin fines de lucro dirigida por pilotos. Su objetivo es, precisamente, estudiar a los OVNIS o fenómenos parecidos que pueden comprometer la seguridad aérea. Graves habló en la sesión en el Congreso sobre el estigma que implica informar sobre el tema.

La organización resalta en su web que el Congreso de Estados Unidos ya aprobó una Ley de Autorización de Defensa Nacional, que promueve un sistema seguro para recopilar información sobre UAP de testigos. Sin embargo, el Departamento de Defensa aún no ha establecido un sitio público para que los interesados hagan sus reportes.

«Los objetos no identificados son motivo de preocupación para la seguridad del vuelo», dijo Grave este miércoles. «Si los UAP son drones extranjeros, es un problema urgente de seguridad nacional. Si es otra cosa, es un tema para la ciencia».