La serie The Crowded Room, disponible en Apple TV+, comienza con un suceso perturbador. En la violenta y oscura Nueva York de 1970 ocurre un tiroteo. Una circunstancia sangrienta que se convierte en una onda expansiva de terror y paranoia. Danny Sullivan (Tom Holland) estuvo allí y participó en la tragedia. Al menos, eso sospecha él. No obstante, sus recuerdos sobre lo ocurrido no son del todo claros.

El dilema que enfrenta no se relaciona —o no de forma exclusiva— con la percepción de la memoria o su posterior interpretación. The Crowded Room puntualiza de inmediato que el enigma en torno a su protagonista es más complejo de lo que parece. En especial, mientras explora la idea de que la mente humana puede ser un laberinto peligroso con lugares ocultos e indescifrables.

Pero lo que parecía un conflicto basado en la distorsión del punto de vista de la realidad, de inmediato decae en interés. Durante su primer capítulo, queda claro que el guion de Akiva Goldsman, también creador de la serie, juega a la confusión directa. ¿Todo lo que recuerda Danny es real o es solo un delirio alentado por sus traumas de la niñez?

The Crowded Room

La serie The Crowded Room, de AppleTV+, intenta narrar la historia de un crimen a través de múltiples puntos de vista. En el centro del conflicto se encuentra Danny (Tom Holland), cuya culpabilidad en el suceso es controvertida. Pero lo que comienza como una exploración de las luces y sombras de la mente humana, se transforma en una confusión de datos e información. La historia es incapaz de sostener la tensión y la dualidad de un relato tramposo y termina por revelar sus secretos con facilidad. Lo que afecta a la solidez de la producción en conjunto.

Puntuación: 3 de 5.

Los fallos de The Crowded Room

El argumento plantea que su protagonista es el resultado de una infancia llena de sufrimiento y una juventud devastadora. Por lo que todas sus actuaciones, e incluso sus palabras, deben atravesar el filtro de una doble interpretación. ¿Qué es verdad y qué no lo es para un hombre que se refugia en su mente con alarmante frecuencia?

La pregunta se hace más urgente a medida que The Crowded Room insiste en que Danny es un narrador poco fiable. Lo que da a entender que el tiroteo que recuerda —incluso las personas a las que vio y con quienes interactuó— podría ser algo por completo distinto. A través de frecuentes saltos temporales, la producción vincula el pasado y el presente para brindar una explicación a la realidad escindida.

Los investigadores de The Crowded Room, la miniserie de Apple TV+

Al menos, es lo que intenta, aunque sin lograrlo del todo. Danny es un joven traumatizado, cuya mente es un lugar confuso lleno de luces y sombras. Pero The Crowded Room no profundiza más allá de lo necesario para comprender que el personaje está a punto de sucumbir a sus terrores privados. De modo que, la necesidad de entender la amplitud y rareza de lo que le agobia se queda un recurso efectista que no va más allá. 

Un misterio que no es tal

Uno de los grandes problemas de The Crowded Room es que, al mostrar escenarios y hechos sujetos a una segunda revisión, cuestiona cada situación más de una vez. Lo que termina por crear una sensación de reiteración innecesaria y subrayar ideas obvias. Muy pronto, es evidente qué es lo que ocurre con Danny y las consecuencias que la explicación de su comportamiento podría tener en el futuro. Pero, en lugar de manejar la idea de lo obvio, la serie insiste en ocultar sus detalles. A pesar de que es inevitable que el guion termine por descubrir sus secretos en el primer episodio.

Danny Sullivan (Tom Holland) en The Crowded Room
Danny Sullivan (Tom Holland) en The Crowded Room.

En particular, a través de las interacciones entre Danny y Ariana (Sasha Lane), cuya aparición en el argumento explora la dualidad de la historia en su conjunto. Gradualmente, The Crowded Room construye una perspectiva en la que toda situación es en realidad un desafío a la verdad. Algo que se hace más confuso a medida que la policía Rya Goodwin (Amanda Seyfried) intenta encontrar un punto sólido en el que comenzar una investigación.

El personaje se convierte en un símbolo de lo creíble y la forma en que la trama lo desarrolla es, quizás, su error más evidente en sus esfuerzos por ocultar su enigma. Cada pregunta que formula está destinada a ser respondida desde dos dimensiones. Lo que permite sacar conclusiones inmediatas de hacia dónde conduce semejante fragmentación del testimonio de Danny.

The Crowded Room no sabe guardar sus secretos

Basada en el libro The Minds of Billy Milligan, de Daniel Keyes, el relato se esfuerza por ser tan impredecible como su versión literaria y crear una atmósfera en que todo esté sometido a especulación. Pero no solo no alcanza la tensión que promete, sino que, además, se desploma una vez que su mayor enigma se descubre con rapidez. No porque el relato lo permita, sino porque las piezas de información están construidas de manera tan torpe que se desploman de inmediato.

 Rya Goodwin (Amanda Seyfried) en The Crowded Room
Rya Goodwin (Amanda Seyfried) en The Crowded Room.

Tom Holland es tal vez lo mejor de The Crowded Room. Su actuación va de una genuina vulnerabilidad a una extrañísima versión sobre el mal. Todo en una comprensión profunda acerca del dilema que sofoca a su personaje. No obstante, su capacidad para explorar a en el conflicto no brinda a la producción mayor dinamismo ni, mucho menos, solidez.

Try Apple TV

El guion se vuelve cada vez más débil en su intento por proteger la trampa principal de su juego de pistas falsas. Una vez descubierta —lo que ocurre mucho más rápido de lo que podría suponerse—, el argumento tiene poco que ofrecer. Un grave problema para una serie que apuesta por la tensión narrativa, pero que no logra sostenerla del todo.

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