Afortunadamente, la población está cada vez más concienciada con la importancia de la fotoprotección, para prevenir enfermedades como el cáncer de piel. Sin embargo, a veces se nos olvida cómo usar el protector solar adecuadamente.

Puede parecer algo de perogrullo, pero lo cierto es que a veces se nos olvidan partes importantes del cuerpo o no empleamos la cantidad de protector solar adecuada. De hecho, esto último es quizás la clave. Si vamos asiduamente a la playa y al final del verano aún nos queda crema de la que compramos al principio, es que no sabemos cómo usar el protector solar correctamente, ya que hemos utilizado mucho menos del que necesitábamos.

Por eso, en este artículo vamos a ver algunas de las cosas que solemos hacer mal a la hora de protegernos para evitar el cáncer de piel. No quiere decir que todo el mundo lo haga mal. Si lo haces correctamente, enhorabuena. Pero también ha llegado el momento de entonar el mea culpa y reconocer si nos habíamos olvidado de alguno de estos puntos. Nunca es tarde para añadirlos a nuestra rutina. Seguro que nuestra piel lo agradecerá muchísimo. 

Creer que el protector solar es solo para el verano y la playa

Hay que usar protector solar durante todo el año y no solo si vamos a sitios que asociamos con el sol, como la playa.

Es cierto que en la playa en verano nos quemamos más, porque estamos más tiempo expuestos al sol. Sin embargo, estamos expuestos a las radiaciones ultravioleta solares durante todo el año y eso hace necesario que usemos protección siempre.

Se recomienda, al menos en la cara, usar protector solar cada día, siempre que vayamos a salir a la calle, incluso si el día está nublado. Así, no solo ayudaremos a prevenir el cáncer de piel. También reduciremos la probabilidad de tener manchas y arrugas.

En cuanto al cuerpo, también es bueno que usemos protector solar todo el año, si vamos a estar expuestos al sol. Eso sí, aquí es importante que recurramos al sentido común. Sabemos que las radiaciones solares son necesarias para que sinteticemos adecuadamente la vitamina D. Por eso, si usamos siempre protector, que al fin y al cabo lo que hace es bloquear esas radiaciones, puede que nos provoquemos una carencia de esta vitamina. Para evitarlo, es bueno que nos dé el sol durante 10-15 minutos, especialmente en los brazos y las piernas.

Es suficiente con las radiaciones que nos llegan en el día a día. Incluso con algo tan simple como subir a la azotea a tender la ropa o salir a comprar el pan puede ser suficiente. Ahora bien, si vamos a estar con la piel muy expuesta durante mucho tiempo, es importante utilizar protector solar en todo el cuerpo, sea el momento del año que sea.

protector solar
Cuando nuestras madres nos cubrían de protector solar de pequeños lo estaban haciendo bien. Crédito: Derek Owens (Unsplash)

Usar solo un poquito de crema para todo el cuerpo y la cara

De pequeños, cuando nuestras madres nos untaban de protector solar hasta hacernos parecer muñequitos de nieve, creíamos que eran unas exageradas. Pero, realmente, son las únicas que han usado correctamente el protector solar a lo largo de la historia. 

Dejando a un lado esta exageración, sí que es cierto que ellas lo hacían bien. Si nos ponemos la cantidad adecuada de protectores solares con filtros físicos, que son los que dejan residuo blanco, debemos vernos como nos dejaban nuestras madres de pequeños: totalmente cubiertos. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que lo que hace este protector solar es crear una barrera que evita que las radiaciones ultravioleta penetren en nuestras células.

Esta barrera debe ser suficientemente gruesa, por lo que, según las recomendaciones de los expertos, se debe usar al menos 2 mg/cm cuadrado de piel. Ahora bien, ¿a cuánto equivale esto? Dado que no vamos a ir a la playa con una balanza, hay algunos trucos para calcular la cantidad adecuada de protección solar. Por ejemplo, se está haciendo muy popular el truco de los dedos.

Este consiste en cubrir dos dedos, con una tira de crema a lo largo de cada uno, para la cara. La misma cantidad para cada uno de los brazos y de las piernas y, además, cuatro dedos para el torso y otros cuatro para la espalda.

Otro truco consiste en cubrir por completo toda la mano para todo el cuerpo. Si usamos protector solar con filtros químicos, que contienen sustancias que absorben las radiaciones, sin crear una barrera, no nos pondremos blancos. Pero, si son físicos, esta cantidad equivale claramente a la que nos ponían nuestras madres de pequeños.

Dejar partes del cuerpo sin cubrir de protector solar

A la hora de usar protector solar, es bastante habitual dejar algunas partes del cuerpo sin cubrir. Pero las quemaduras y el cáncer de piel pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo que tenga piel.

Algunos ejemplos muy comunes de estas partes del cuerpo son las orejas, los dedos de los pies y las manos, el cuello o la raya del pelo. Para esta última, además de untar con protector solar, es recomendable utilizar sombreros y gorras.

Además, es importante ponernos crema debajo del bañador si vamos a estar tomando el sol. Puede parecer que no es necesario, ya que cuando nos ponemos morenos nos queda la marca. Es cierto que la tela hace de barrera hasta cierto punto, pero no evita que todas las radiaciones incidan sobre la piel. Además, el bañador puede moverse, dejando totalmente descubierta una zona en la que no habíamos puesto nada de protector solar. Para evitar que todo esto ocurra, lo mejor es poner crema también debajo.

Tatuaje
Los tatuajes se pueden quemar con más facilidad. Crédito: Cody Black (Unsplash)

No proteger adecuadamente los tatuajes

Los tatuajes forman parte de la piel y, por lo tanto, hay que protegerlos. No es necesario llevar a cabo una rutina especial. Ni siquiera comprar un protector solar específico, a pesar de que sí existen.

Pero hay que cubrirlos a conciencia, ya que los pigmentos pueden absorber una mayor cantidad de radiación, de modo que es más fácil que se produzcan quemaduras y, a la larga, cáncer de piel. Esto es aplicable a cualquier tatuaje, pero especialmente a los que usan pigmentos rojizos o anaranjados. Por eso, es esencial usar un protector solar que tenga como mínimo un FPS del 30 y, a ser posible, del 50. 

No reaplicar el protector solar

Hoy en día existen cremas que resisten muy bien el agua, el sudor e incluso la arena. Eso nos puede hacer pensar que ya no es necesario reaplicar el protector solar como se ha dicho siempre, pero sigue siendo esencial. A medida que pasa el tiempo, pierde su eficacia, de modo que podemos quemarnos. 

Para evitarlo, se debe poner más crema cada dos horas. Esto es concerniente al cuerpo, pero también a la cara. Por eso, para las personas que se ponen maquillaje encima del protector solar facial, existen alternativas como los protectores solares en bruma o en stick, que se pueden poner encima sin arrastrar el maquillaje.

Guardar el protector solar de un año para otro

Esto es aplicable al protector solar, pero también a cualquier otro cosmético. Todos deben tener indicado su tiempo de vida útil una vez abierto el envase. En la Unión Europea, por ejemplo, esto se indica con un símbolo de un tarro abierto, junto al número de meses que dura manteniendo sus propiedades. En el caso del protector solar, prácticamente siempre esa duración es de doce meses. 

Por eso, si nos dura de un año para otro, no debemos guardarlo, ya que dejará de ser eficaz y podremos quemarnos aunque nos lo pongamos. Además, no debería durar de un año para otro, pues ya hemos visto que debe usarse todo el año.

Siguiendo todos estos consejos, estaremos mucho más protegidos, con una piel más joven y comprando menos papeletas para un cáncer de piel. Son todo ventajas.