El síndrome de Galápagos es un fenómeno que se da en la industria tecnológica cuando una empresa desarrolla productos que solo están adaptados y disponibles en un mercado específico, ignorando la globalización y la demanda global que puedan tener.

Este síndrome recibió su nombre debido a que el aislamiento de las Islas Galápagos ha dado lugar a la evolución de especies únicas que no se encuentran en otros lugares del mundo. De manera similar, las empresas que padecen el síndrome de Galápagos desarrollan productos y tecnologías que están aislados del mercado global y solo tienen aceptación en su mercado de origen.

Este síndrome, a largo plazo, termina siendo perjudicial para las empresas que lo padecen, ya que limita su crecimiento y desarrollo. Pero sobre todo, porque da como resultado la falta de adaptación a las necesidades del mercado global. Un ejemplo común del síndrome de Galápagos es el desarrollo de productos móviles y aplicaciones en Japón que no incluyen funcionalidades globales y que, por lo tanto, simplemente no tienen ningún tipo de aceptación en otros mercados.

Aunque se suele ejemplificar el síndrome de Galápagos con empresas japonesas, no está limitado a ese país y tampoco se refiere únicamente a aspectos tecnológicos. El científico político británico Mark Leonard explicó cómo, a pesar de sus predicciones en el libro Por qué Europa liderará el siglo XXI, la Unión Europea ha terminado creciendo de forma un tanto aislada y distinta a otros sistemas políticos. "Es posible que el orden posmoderno europeo se ha vuelto tan avanzado y tan particular a su entorno, que es imposible que otros puedan seguirle el ritmo. El continente ha evolucionado de tal forma que se encuentra blindado del resto de la sociedad".

Toshiba, Sanyo, Sharp y Pioneer

Pioneer
Sistema de audio Pioneer 80s

Empresas como Toshiba, Sanyo, Sharp y Pioneer, que lideraban el mercado tecnológico en los 70s y los 80s, se quedaron atrás una vez que otras compañías con perspectivas más globales entraron a la competencia. Muchas de ellas americanas, pero también coreanas, chinas y taiwanesas, fueron comiendo cuota de mercado con productos más económicos pero sobre todo con más prestaciones, gracias a un diferencial clave.

La razón es que en Japón nunca cambió la postura que hardware es el mayor diferenciador y el aspecto más importante en un producto tecnológico. Pero el resto del mundo entendió que la evolución real está en el software.

Es por eso que muchas de las tecnológicas japonesas como Toshiba, Sanyo, Sharp o Pioneer fueron perdiendo relevancia con los años. La única excepción, a medias, es Sony, que supo evolucionar y adaptarse a un mercado global. Con algunos momentos complicados como el Betamax.

El caso de Toyota, su rechazo a la movilidad eléctrica y al software en el coche

Uno de los casos más recientes del síndrome de Galápagos es Toyota, que aún sigue siendo el mayor fabricante de coches del mundo. Los inventores de la metodología just in time para las líneas de producción, revolucionaron la industria automovilística.

Pero, cuando el mundo empezó a derivar a los coches eléctricos, como solución al inmenso problema de contaminación que generan los vehículos, Toyota redobló esfuerzos en sus motores de combustión interna. Además, la multinacional japonesa eligió una solución completamente diferente para sus vehículos cero emisiones, optando por el hidrógeno. Una tecnología que nunca funcionará para turismos, o coches de transporte personal.

El efecto negativo a partir del síndrome de Galápagos en Toyota ha causado que empresas de coches que hace 20 años no existían, ahora los sobrepasen en la lista de coches más vendidos del mundo. El Tesla Model Y, un SUV crossover 100 % eléctrico, se convertirá en el vehículo más popular de 2023.

El Toyota Mirai es la propuesta de la automotriz de un coche impulsado por hidrógeno.

El síndrome de Galápagos de la industria automotriz, que rechaza la innovación tecnológica por medio el software

Pero Toyota no es el único ejemplo cuando se trata de coches. De hecho, la compañía japonesa comparte un problema cada vez mayor con el resto de la industria automotriz: el rechazo a la innovación tecnológica por medio del software.

Casi toda la industria automotriz se encuentra en su particular síndrome de Galápagos, aislándose cada vez más de los cambios cada vez más profundos impulsados por el software y los beneficios que podría traer a vehículos que, con una integración real, podrían dar mucho más valor al consumidor.

De cierta forma, la industria automotriz se encuentra en el mismo punto que Nokia, quienes ignoraron las señales de hacia donde evolucionarían los dispositivos móviles. Los fabricantes tradicionales siguen sin dar los pasos necesarios para hacer integraciones profundas del software en sus vehículos, poniéndose cada vez en mayor desventaja con nuevos jugadores como Tesla.

Los móviles japoneses y el síndrome de Galápagos

Japón inició el desarrollo de smartphones en 2002, mucho antes que la mayoría de las empresas tecnológicas que hoy tenemos más identificadas, como Apple, Google, Samsung o Xiaomi. En aquella época, los dispositivos, cargados con funciones de hardware, ofrecían funciones avanzadas totalmente inexistentes en el resto del mundo.

En aquellas épocas ya era posible utilizar el móvil como tarjeta de crédito, pagar para acceder al metro, ver contenidos audiovisuales, ser usado como método de identificación personal, videojuegos, entre muchas otras cosas. El problema es que todas estas funciones estaban totalmente orientadas al mercado japonés y era sumamente difícil de implementar en otros mercados.

En la mayoría de los casos se trataban de desarrollos de hardware que funcionaban únicamente con la infraestructura japonesa, carecían de estándares o simplemente no contemplaban la expansión internacional. La consecuencia fue que estas tecnologías se quedaron aisladas a Japón y nunca pudieron exportarse, ya que era demasiado caro, u otros estaban desarrollando alternativas estandarizadas que podían ser implementadas por cualquier empresa en diferentes mercados.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: