Un exejecutivo de Samsung ha sido arrestado y acusado por robar planos y diseños de la compañía surcoreana, con el fin de instalar su propia fábrica de chips en China. Así lo informó la Fiscalía del distrito de Suwon, que reveló el entramado detrás de este peculiar caso.
El sujeto en cuestión es un hombre de 65 años, quien ocupó un alto cargo directivo en Samsung durante 18 años. Sin embargo, en el transcurso de la última década había pasado a otra compañía del sector de los semiconductores. Tanto la identidad del detenido, como de la empresa para la que se desempeñaba, han permanecido en secreto.
La agencia de noticias Yonhap indica que, entre 2018 y 2019, el exejecutivo de Samsung accedió de forma ilegal a todo tipo de información confidencial perteneciente a dicha compañía. Desde planos de diseños de chips y procesos, hasta datos de ingeniería necesarios para montar una planta de semiconductores.
Las autoridades acusan al implicado de tratar de instalar una copia exacta de una de las fábricas que la compañía surcoreana tiene en China. Tarea para la cual no actuó solo, puesto que ya han identificado y acusado a, al menos, 6 cómplices.
Un sujeto quiso montar una réplica de una fábrica de Samsung en China
El espionaje y las acusaciones de copias o violaciones de patentes están lejos de ser nuevos en la industria de los semiconductores. Sin embargo, este caso es verdaderamente curioso. Después de todo, el exdirectivo de Samsung no está siendo acusado de querer copiar la tecnología de los surcoreanos, sino de intentar crear una réplica de una de sus fábricas.
Pero lo más llamativo de esta historia es que el arrestado quería construir la planta en Xi'an, China, a solo 1,5 kilómetros de donde se ubica la fábrica de Samsung que intentaba copiar.
Claro que montar una fábrica de chips no es algo que se pueda hacer sin un gran apoyo económico. Los fiscales del caso aseguran que una empresa taiwanesa habría comprometido una inversión de más de 6.000 millones de dólares para la instalación de la planta en cuestión. No obstante, el acuerdo no prosperó.
Pero la historia no terminó allí. Pese a no contar con el financiamiento necesario para concretar el proyecto a escala completa, el malhechor consiguió aportes de inversores chinos. Se estima que recibió poco menos de 360 millones de dólares, una suma muy inferior a la apuntada originalmente. No obstante, la utilizó para producir demos utilizando tecnología de Samsung en una fábrica instalada en Chengdú, China.
Un plan complejo
La Fiscalía del distrito de Suwon asegura que el empresario utilizó un peculiar método para robar la información necesaria para montar la fábrica de chips. Específicamente, se indica que el sujeto contrató a unos 200 empleados de dos empresas surcoreanas: Samsung y SK Hynix; esta última, nacida en el seno de Hyundai y hoy perteneciente al conglomerado SK Group.
Posteriormente, instruyó a los trabajadores para que sustraigan y utilicen los datos secretos de Samsung para el diseño y la fabricación de chips. Las autoridades estiman que la filtración de secretos comerciales le ocasionó daños por más de 230 millones de dólares a la corporación surcoreana.
Con respecto al exdirectivo, se le acusa de violar las leyes de protección de tecnología industrial y de prevención contra la competencia desleal de Corea del Sur. Por lo pronto, se desconoce qué castigo afronta por sus actos. Pese a ello, los fiscales dejaron en claro que el delito por el que se lo ha arrestado es muy serio. "Es un caso tan grave que es difícil compararlo en términos de la escala del delito y del grado de daño con casos anteriores de filtraciones de tecnología de semiconductores", afirmaron.