Predecir terremotos no es posible. A veces se suele decir que un enjambre sísmico es siempre el preámbulo de un gran temblor, pero esto puede ocurrir o no. No sirve como predicción. De hecho, hay quien considera que algún método que permitiese la predicción de terremotos sería casi como el Santo Grial de la sismología. Nadie ha llegado a él hasta ahora, pero hay estudios prometedores, como uno, publicado recientemente por científicos polacos, que demuestra una relación entre la actividad sísmica y los cambios en los patrones de las radiaciones cósmicas.

Esto es algo que hace tiempo que se intuye, pero hasta ahora no se había demostrado si realmente existe una correlación. Estos científicos lo han hecho con una gran probabilidad de acierto. De hecho, según sus hallazgos, se podría predecir terremotos con 15 días de antelación. Pero hay un problema, ya que, de momento, no han logrado determinar el origen de los seísmos.

Es decir, se puede detectar que va a haber un gran terremoto a nivel global, pero es imposible saber dónde. Al menos de momento. Puede que, puliendo el método, lo logren. Por ahora, es uno de los momentos en que más cerca están los científicos de predecir terremotos. Tendrán que seguir indagando en este camino.

¿Qué son las radiaciones cósmicas?

Las radiaciones cósmicas son partículas subatómicas que viajan hasta la Tierra desde el espacio exterior, a gran velocidad. Esa velocidad les confiere mucha energía. Pero, además, están cargadas eléctricamente. Y es por eso por lo que son desviadas por el campo magnético de la Tierra. Esto último es importante para entender cómo pueden ayudar a predecir terremotos.

Su origen no está del todo claro. Se sabe que las erupciones solares liberan rayos cósmicos, pero estos son mucho más frecuentes que dichas erupciones. Por lo tanto, debe haber otros fenómenos, como los agujeros negros, que también estén interviniendo. 

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La alteración de las corrientes generadas en el flujo terrestre relacionan los terremotos con las radiaciones cósmicas. Crédito: NASA

¿Cómo nos ayudan a predecir terremotos?

Se sabe que las corrientes generadas en el núcleo terrestre son responsables de la formación de ese campo magnético que ya hemos visto que desvía las radiaciones cósmicas. Por otro lado, los terremotos pueden afectar a esas corrientes subterráneas, interviniendo en el campo magnético y, a su vez, en la forma en que se desvían las radiaciones cósmicas. Así, si se pudiese detectar una correlación entre los temblores y los desvíos en estos rayos, estaríamos ante un método para predecir terremotos.

Con el fin de comprobar si esto es posible nació CREDO (Cosmic Ray Extremely Distributed Observatory), un proyecto del Instituto de Física Nuclear de la Academia de Ciencias de Polonia (FIP PAN). Este cuenta con varios observatorios, aunque para esta investigación se basaron en los datos de dos, uno en cada hemisferio: el del proyecto Base de datos del monitor de neutrones, recopilados durante los últimos 50 años, y el Observatorio Pierre Auger, recopilados desde 2005. En cuanto a la información sísmica global, la obtuvieron del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

Así, vieron que, efectivamente, había una correlación entre la suma de la magnitud de todos los terremotos mayores a 4 y la intensidad de las radiaciones cósmicas secundarias. Estas radiaciones son las que se producen por la interacción de los rayos procedentes del espacio exterior con la atmósfera terrestre.

Los cambios podían detectarse 15 días antes de los picos de actividad sísmica. Por lo tanto, podría ayudar a predecir terremotos. El problema es que, como hemos visto, se hacía la suma de todos los temblores del planeta. Saber dónde se producirían los que conducirían a esos picos, de momento, no ha sido posible.

Ciclos misteriosos

Otro dato interesante que se ha visto con este estudio es que los cambios en la intensidad de las radiaciones cósmicas ocurren en ciclos de 10 u 11 años. Curiosamente, coincide con la duración de los ciclos solares. Pero los picos no se dan a la vez, por lo que, posiblemente, esa periodicidad venga de otra parte. Puede que saber de dónde viene ayude a predecir terremotos de otra forma más exacta. Hay trabajo por delante, pero, quizás, estos científicos hayan dado un paso más hacia el hallazgo de ese anhelado Santo Grial.