La NASA se está preparando para volver a pisar la Luna en 2025. Sería el primer alunizaje humano después de más de 50 años. La misión se llama Artemis 3 y ya se perfila para ser histórica. Será, por ejemplo, la primera vez que una mujer pise el satélite natural. Además, en la lista de tareas a realizar por la agencia espacial estadounidense estaría verificar si la Luna, en efecto, puede albergar vida.
Una nueva investigación propone que algunos microorganismos podrían sobrevivir en cráteres superfríos, permanentemente sombreados, ubicados en el polo sur lunar. Y hasta hay una hipótesis sobre la posibilidad de que algún tipo de vida microbiana terrestre ya habría alcanzado la Luna.
«Puede haber nichos potencialmente habitables para esa vida en áreas relativamente protegidas en algunos cuerpos sin aire», dijo Prabal Saxena, investigador planetario en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. Es «una de las cosas más sorprendentes que nuestro equipo ha encontrado», declaró Saxena a Space.
El científico explicó que están analizando qué organismos podrían sobrevivir, específicamente, en la región ubicada hacia el polo de 84 grados de latitud sur de la Luna. Al mismo, tiempo, qué zonas de este territorio pueden tener mejores condiciones, como la temperatura máxima y la protección contra la radiación.
La hipótesis sobre vida que llegó a la Luna en meteoritos
Pequeños pedazos de nuestro planeta podrían haber sido arrojados a la luna como «meteoritos de la Tierra»: rocas lanzadas al espacio por poderosos impactos cósmicos.
Heather Graham, geoquímica orgánica de NASA Goddard y miembro del equipo de estudio, dice que esto es bastante probable.
Graham dice que una hipótesis interesante es que cierta vida microbiana podría haber viajado de nuestro planeta a la Luna de esta manera. Sin embargo, no hay datos que prueben su viabilidad. «Si bien la transferencia extraterrestre de moléculas orgánicas de fuentes de meteoritos es muy probable y, de hecho, se observa en nuestro propio análisis de meteoritos terrestres, la transferencia de microbios de fuentes similares no tiene el mismo peso de evidencia», explicó la especialista.
Pero algunos microorganismos, eventualmente, sí pueden viajar con los astronautas en Artemis 3. El equipo de estudio reconoce que los humanos son el mayor vector de microbios a la Luna. «Pronto tendremos 50 años de historia de humanos y sus objetos en la superficie sin requisitos estrictos con respecto a la contaminación directa», dijo.
Tampoco es que se piense que Artemis causará una avalancha de microbios que comenzarán a poblar el polo sur lunar. Sin embargo, Graham sostiene: «Es casi seguro que depositaremos abundantes esporas en micro nichos protegidos donde la temperatura máxima y las características de protección contra la radiación en ese sitio les permitirán persistir».
Cuidado de no tocar mucho
Paul Lucey, del Instituto de Geofísica y Planetología de Hawái en la Universidad de Hawái en Manoa, advierte que hay tener cuidado con el impacto humano en la Luna. «No hay duda de que las aproximaciones finales de la nave espacial de Artemis depositarán dióxido de carbono y hielo de agua en regiones permanentemente sombreadas», dijo Lucey a Space. Esto puede comprometer los resultados de este y otro tipo de investigaciones.
Saxena explicó que por eso la misión debe evaluar muy bien la ruta y la zona exacta de aterrizaje, algo que todavía está en evaluación. Todo lo que se haga en este caso también servirá de insumo para futuras misiones. Los medios de planificación, las técnicas y la instrumentación que se usen también podrían ser valiosos para la exploración de Marte, dijo el investigador.
Artemis 3 será el primer alunizaje humano desde 1972, cuando lo logró el Apolo 17. Se espera que sus cuatro tripulantes estén durante un poco menos de una semana. Dos de ellos tienen planificado realizar hasta cuatro caminatas lunares. Para este viaje, se usará la nave espacial Orion, que en diciembre del año pasado terminó un viaje de prueba alrededor de la Luna que duró casi 26 días.