La cantante Ruth Lorenzo reconoció recientemente en una entrevista que padece desde adolescente algo conocido como hipertrofia mamaria. Ha contado, a pesar de los tabúes que supone hablar sobre pechos, que esto consiste en un crecimiento anormal de las mamas. Desde que pasó la pubertad, sus pechos comenzaron a crecer sin control. ¿Pero qué implica todo esto?

Ruth Lorenzo señaló en la entrevista que se siente muy molesta cuando hace ejercicio o se mueve en el escenario. Por eso, en el primer caso ha llegado incluso a tener que ponerse tres sujetadores. Ya lleva dos cirugías de reducción de pecho y planea la tercera. De hecho, aunque hay algunos fármacos que pueden usarse, lo más común es precisamente esta operación.

Se hace necesaria, pues las molestias no ocurren solo durante el ejercicio. Las mujeres con hipertrofia mamaria pueden tener síntomas como dolor de espalda y cuello, surcos en los hombros causados por los tirantes del sujetador o incluso eccemas bajo el pecho, causadas por el sudor que se acumula. Su origen no está del todo claro, aunque parece que hay una vinculación con las hormonas sexuales y que puede haber cierto componente genético. 

Así es la hipertrofia mamaria

Generalmente, a la hipertrofia mamaria que padece Ruth Lorenzo se la conoce como hipertrofia nulípara o virginal del seno. Esto se debe a que se da en mujeres que aún no han dado a luz, generalmente durante la adolescencia. Eso es lo que quiere decir nulípara: que nunca ha parido. Al hecho de que esto se considere sinónimo de virginal le atribuiremos que es un término bastante antiguo. 

Los motivos no están claros, pero parece ser que los estrógenos y la progesterona tienen mucho que ver. De hecho, se podría comparar con el crecimiento de los senos de las embarazadas, solo que llevado a la máxima potencia.

Puede darse de una forma más o menos continuada o en brotes, que pueden coincidir con la menstruación, pero no siempre lo hacen. En todos los casos, la consecuencia son unos senos tan grandes que incomodan mucho a las pacientes, como le ocurre a Ruth Lorenzo.

Esta incomodidad es tanto física como mental. En el primer caso, se producen dolores de cuello, espalda y hombros, derivados tanto del propio peso de los pechos como de la mala postura que estos obligan a tomar a las pacientes. También pueden darse los surcos y las eccemas antes mencionadas. Pero, por otro lado, están los síntomas psicológicos. Las personas con hipertrofia mamaria pueden sentirse muy mal con su cuerpo, llegando incluso a padecer depresión y trastornos de la conducta alimentaria. 

Existen varios tipos

La hipertrofia mamaria se puede clasificar según la masa del tejido mamario que se extrae durante intervenciones como a las que se ha sometido Ruth Lorenzo. Si este es menor de 300 gramos, se considera una hipertrofia leve. En cambio, si va de 300 a 700 gramos es moderada y de 700 a 1.200 gramos es marcada. Finalmente, si el tejido extraído pesa más de 1.200 gramos, se trata de un caso de gigantoplastia.

Se dice que la mama más grande que se ha operado de una mujer con hipertrofia pesaba más de 30 kilogramos. Además, hay casos documentados como el de Annie Hawkings-Turner, una mujer cuyos pechos pesan aproximadamente 25 kg cada uno. 

¿Qué se puede hacer?

Ruth Lorenzo ha dicho que en su caso ha recurrido ya dos veces a la operación de reducción de pecho. Esto es lo más habitual. No obstante, en algunos casos también se pueden usar tratamientos como el tamoxifeno, que compite con los receptores de estrógenos de las células, para que ese exceso de hormonas no pueda ejercer su función.

El problema es que tiene muchos efectos secundarios, de ahí que no se recomienda abusar. Además, incluso si se toma este fármaco, puede haber picos de crecimiento en periodos como el embarazo o la lactancia.

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Las medidas extremas de Ruth Lorenzo

En la entrevista realizada por Freeda, Ruth Lorenzo reconoció que, quizás, en esta tercera intervención terminen retirándole las mamas por completo. Esto se debe a que el pecho no para de crecerle, así que así evitan más intervenciones. Es una medida drástica, pero puede llegar a ser necesaria.

En definitiva, aunque los pechos grandes normalmente se vean como algo positivo, también pueden ser toda una tortura. Las personas con hipertrofiia mamaria lo saben bien.