Ya anticipábamos en nuestras primeras impresiones que Final Fantasy XVI apuntaba a ser uno de los bombazos del año y uno de los grandes RPG de la generación, y lo cierto es que, tras completarlo, todas nuestras expectativas se han visto colmadas.

Aunque la demo de Final Fantasy XVI ya lleva unos días disponibles, y si bien sirve para adentrarse en muchas de las nuevas mecánicas del juego, lo cierto es que solo es un pequeño aperitivo para uno de los puntos más importantes del juego: su narrativa.

Final Fantasy XVI cambia un poco los tercios respectos a otras entregas de la franquicia. Nos lleva a una épica de fantasía que bebe directamente de obras como Juego de Tronos e incluso del universo de Tolkien, pero con el punto que caracteriza la franquicia y con nexos de unión entre otros muchos de sus títulos que bien sirve para contentar tanto a propios como a extraños.

No es una historia sencilla de seguir en sus primeros compases, pero lo cierto es que gana profundidad a lo largo que avanza el juego y sigue ofreciendo giros de guion a lo largo de toda su duración, que puede ser completada en torno a las 40 horas disfrutando de todo lo que ofrece Final Fantasy XVI.

La trama es, junto con su sistema de combate, los dos elementos más característicos y que más peso tienen en esta nueva entrega. Brilla en cada uno de los dos aspectos, y permite al jugador conectar mucho más con el universo que recrea el juego que otras entregas de la franquicia. Es compleja, sí, como la mayoría de tramas de fantasía, con gran carga familiar y ramificaciones.

Alianzas imposibles y traiciones en uno de los títulos que, quizás, hace un esfuerzo enorme por mantener al jugador interesado ante lo que está viendo en pantalla. El gameplay, el sistema de combate, los diferentes biomas del juego y la impresionante banda sonora hace el resto. Es, realmente, uno de los Final Fantasy más completos en este sentido, y desde luego, uno de los títulos para PS5 más interesante de lo que llevamos de año.

Un mundo semiabierto con gran variedad de biomas

Final Fantasy XVI no es un juego de mundo abierto, sino una sucesión de sandboxes que componen una serie de escenarios que combinan bastante bien entre exploración y narrativa. Quizás este sea su mayor acierto, y lo que mejor combine con la enorme carga dramática que ofrece juego, mucho más fácil de diluirse si sus creadores hubieran elegido la máxima libertad para el jugador. Lo cierto es que, aunque tiene muchos componentes de mundo abierto, así como tareas y misiones secundarias que disfrutarán los más completistas, todo está bastante medido para que encaje a la perfección. Y que nadie se lleve a engaño: Final Fantasy XVI es un juego totalmente lineal que utiliza estos sandboxes para dar una falsa sensación de libertad. Y esto, tal como está estructurado, es más una alabanza que una crítica.

Esto además sirve para que, al estar el juego contenido dentro de zonas relativamente pequeñas, ofrezca unos escenarios muy ricos y, sobre todo, llenos de vida y detalle. Sí, hay varios biomas que son simples escenarios de paso, grises y desérticos, pero también castillos llenos de vida, de NPCs, animales, etc.

Lo mismo sucede con el sistema de combate. Final Fantasy XVI estilo por turnos para abrazar los combates en tiempo real. Sin perder sus elementos de RPG, añade una capa de complejidad mediante un sistema de combos y habilidades que lo acercan más a los juegos de acción occidentales que a los otros estilos de RPG por lo que es conocida la saga. Esto es especialmente importante para atraer a nuevos jugadores a la franquicia, y lo cierto es que es un título mucho más amable para el jugador no experimentado que otras entregas.

Los combates en tiempo real hace que la acción sea tremendamente dinámica y fluida. Los combos y las habilidades no quitan profundidad al juego, pero sí permiten que, aquellos que quieran quedarse en la superficie, y simplemente disfrutar de una buena historia, no tengan problemas en disfrutar lo que ofrece el juego. Es, en pocas palabras, el título de la franquicia que apela al mayor número de jugadores.

Si es cierto que juego tiene algunos altibajos en este sentido, sobre todo en los primeros compases del juego, y no brilla hasta que el jugador es lo suficientemente experimentado y sabe dominar las habilidades Dominante y sus eikon (uno de los puntos fuertes del sistema de combate, que permite trasformarse en una suerte de alter ego de cada personaje). No obstante, el arranque lento de Final Fantasy XVI no es solo necesario por cuestiones narrativas, también sirve para que el jugador pueda experimentar y, más importante, conocer las posibilidades que ofrece el título, que tienen bastante profundidad en según que mecánicas de combate.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, debido a cómo el título desarrolla su historia, Final Fantasy XVI peca demasiado de quitar el control a jugador para mostrar cinemáticas in-game de forma algo reiterativa. Si bien es cierto que es necesario en muchas ocasiones, hay algunos puntos en el que el jugador se pasa más tiempo viendo el juego que jugando al juego. Las cinemáticas in-game, son, a todas luces, de primerísima calidad, como el propio juego. Final Fantasy XVI ofrece dos modos gráficos, los clásicos rendimiento y fidelidad, y lo cierto es que, aunque en el primero perdemos algo de detalle y resolución en las texturas, el sistema de combate pide a gritos jugarlo a máximo rendimiento.

Como decimos, apenas hay caída gráfica significativa, y teniendo en cuenta que el modo calidad bloquea la tasa de refresco a 30 FPS, el juego es muchos más disfrutable a máximo rendimiento. No obstante, aquellos que decidan primar la calidad al rendimiento, hay que decir que la tasa de refresco limitada no se siente especialmente pesada como sí sucede en otros títulos, y solo es más acusada en combates.

¿Merece la pena Final Fantasy XVI?

Final Fantasy XVI es uno de los mejores títulos a los que hemos jugado este 2023. Tiene todos los elementos en su sitio y dispuestos de tal forma que encantarán a todo tipo de jugador. Es el juego más amable de la saga para los nuevos jugadores, y si no te gustan los Final Fantasy, nuestra recomendación es que des una oportunidad a esta entrega, puesto que no dejará a nadie indiferente.

Final Fantasy XVI

Explora el reino de Valisthea. Un mundo asombroso, sumido en el conflicto por naciones en guerra entre sí y con uno de los mejores sistemas de combate en un Final Fantasy.

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Para el jugador tradicional de la franquicia, quizás el juego incluya cambios de más, pero es igualmente disfrutable. El más significativo es el sistema de combate en tiempo real, que lo aleja de los sistemas tradicionales de los títulos JRPG, pero la profundidad añadida del mismo encantará a los más acérrimos de la saga.

Seas o no fan de la franquicia, no hay duda de que Final Fantasy XVI es uno de los mejores juegos del año.

Puntuación: 4.5 de 5.