La franquicia Final Fantasy tiene tantas iteraciones como diferentes juegos hemos visto desde el lanzamiento del primer juego en 1987. Con tantos años a sus espaldas es lógico que la saga no solo haya cambiado, sino que también se haya adaptado a las tendencias en gameplay y las idas y venidas de sus jugadores. Final Fantasy XVI es la siguiente iteración de la saga, y vuelve a cumplir con esta máxima.
Es un título que se parece a lo que hemos visto en estos últimos años, pero con una personalidad muy diferente que va desde su narrativa hasta su gameplay. Nosotros ya hemos jugado al nuevo título de Square Enix, y hemos comprobado de primera mano como la madurez de la saga se ha convertido en un título que, sin duda, es una de las grandes promesas del año.
De hecho, una de las cosas que sorprende del título nada más sentarse a los mandos con él es su puesta en escena. Es muy similar a las entregas más recientes, pero lo cierto es que viene en su propio mundo, con elementos estructurales comunes que, aunque abrace las tendencias más recientes de la industria, mantiene la esencia que hacer ver al jugador que está ante un Final Fantasy. Este es uno de los principales elementos diferenciadores. El estudio ha tomado de aquí y de allá para dotar al juego de los suficientes elementos que lo convierten en un potencial referente de la saga, pero también lo suficientemente novedoso como para que funcione por sí solo.
Final Fantasy XVI: uno de los mejores apartados narrativos y artísticos de la saga
No habrá pocos que ven reflejados en el nuevo título de Square Enix elementos de HBO, de Juego de Tronos, de traiciones familiares y épica medieval, pero también de pura fantasía , de combates en tiempo real tremendamente frenéticos y, sobre todo, de un apartado artístico que es de los mejores que nos ha entregado la franquicia en la última década. Final Fantasy XVI se siente fresco, familiar y tremendamente inmersivo.
Quizás las novedades en el sistema de combate, la fluidez del movimiento y esa suerte de mundo semiabierto que se contiene a sí mismo a través de pequeños sandboxes que ofrecen relativa libertad, hacen que sea una delicia jugarlo. Final Fantasy XVI sabe perfectamente presentarse a sí mismo a su historia, y lo cierto en que en las varias horas que hemos tenido la oportunidad de jugarlo se puede comprobar de primera mano lo bien que loa ha hecho Square Enix en el apartado narrativo. Las reminiscencias de Juego de Tronos, de traiciones y alianzas imposibles, se va construyendo poco a poco a lo largo de los primeros compases del juego, haciendo partícipe al jugador.
A partir de ahí, a medio camino entre la libertad de un mundo abierto contenido en su propio nivel, y un combate que combina jefes secundarios menores y combates espectaculares contra jefes finales. Combates en los que destacan las habilidades especiales de cada uno, que tienen un impacto importante tanto en la construcción de los mismos como en el arco narrativo del juego, completan un juego que, a falta de jugarlo en su totalidad, apunta a ser uno de los grandes lanzamientos del año.
Final Fantasy XVI es sin duda uno de los títulos más esperados del año
Quizás cuatro horas son pocas para conocer todo lo que puedes ofrecernos un título de la talla de Final Fantasy, pero sin duda son suficientes como para ser que en Square Enix saben lo que se hacen. Final Fantasy XVI capta como nadie todo lo que hacer divertido a un título de estas características. Hay cambios directos en el gameplay y en el sistema de combate que le sientan de maravilla. Otros a lo mejor no tan buenos, como los 30 FPS de su modo calidad, pero ya es el peaje de la mayoría del los títulos que ofrecen el modo rendimiento enfocado a la máxima calidad gráfica y el modo calidad. Sea como sea, en la build que nosotros probamos, aunque habiendo diferencias obvias en la calidad de las texturas o la distancia de dibujado, el juego luce bastante bien en sus dos modalidades.
Mucho tiene que ver el aspecto artístico del juego y los diferentes biomas que ofrece, como decimos, en forma de pequeños sandboxes. Si bien hay muchos tramos lineales, las zonas en las que se prima la exploración son una delicia, y lo suficientemente amplias como para ofrecer a los más completistas secundarias y herramientas como para ocupar su tiempo y adentrarse más en la narrativa épica que ofrece Final Fantasy XVI.
Final Fantasy XVI es quizás el RPG menos RPG de la saga en los últimos años, por eso es un juego tremendamente recomendable (y amable) para aquellos jugadores que vean con nostalgia a los títulos clásicos, pero que hayan abandonado la franquicia por el camino. Y también un reclamo muy interesante para los más acérrimos. Y un título para el que no podemos esperar jugar en su totalidad cuando salga a la venta el próximo 22 de julio.
Las impresiones de Final Fantasy XVI corresponden a una versión especial del juego para la prensa, su contenido puede ser diferente al de la versión final comercial del juego en lanzamiento. El juego se ha probado en PS5 en un evento especial organizado por Plaion para la prensa. Todas las imágenes son propiedad de Square Enix.