La primera bomba atómica explotó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Para llegar a ese momento de la historia, hubo al menos tres años de trabajo. Un grupo de científicos, agrupados bajo el Proyecto Manhattan, se reunieron en un contexto de guerra para llevar al límite diversas ideas de la física, la química y las ciencias humanas: sus conclusiones terminarían poniendo en riesgo al mundo entero. Esa es parte de la historia que se contará en Oppenheimer, la próxima película de Christopher Nolan.
La descripción anterior bien podría valer para llamar la atención de un cineasta o de cualquier creador artístico. Sin embargo, en el caso de Christopher Nolan, hay también un interés de fondo: perteneció a una generación que creció escuchando y siendo advertida por relatos de ese estilo, en los que las bombas y los misiles surgían de forma corriente en distintas conversaciones. Con base en esto, es válido pensar que esta producción tiene un tono personal para el realizador.
Más allá del hecho en sí, Oppenheimer explorará el factor humano detrás de la decisión, de la construcción de la bomba atómica, haciendo hincapié en las tensiones morales de los científicos y personalidades políticas que estuvieron relacionadas con el proyecto. Con base en esto, el director describió parte de su relación personal con esta historia durante una entrevista.
Oppenheimer, un viaje al pasado de Christopher Nolan
En una entrevista con Wired, el cineasta reflexionó sobre su relación con parte del relato que se cuenta en Oppenheimer. Empezó así: “La historia de Oppenheimer ha estado conmigo durante años. Es simplemente una idea increíble: personas que hacen estos cálculos y observan la relación entre la teoría y el mundo real, y deciden que existe una posibilidad muy pequeña de que destruyan el mundo entero. Y, sin embargo, apretaron el botón. (...) Es, literalmente, el momento más dramático de la Historia”.
Ante la pregunta sobre si creció con el fantasma de la bomba atómica cerca, el director respondió: “Crecí en la década de 1980 en el Reino Unido y teníamos la Campaña por el Desarme Nuclear y todo eso. La gente estaba muy, muy consciente. Cuando tenía 13 años, mis amigos y yo estábamos convencidos de que moriríamos en un holocausto nuclear”.
Ese recuerdo estuvo presente en una conversación con otra de las personalidades de la industria del cine. Así lo explicó: “Estuve hablando con Steven Spielberg sobre esto el otro día. Creció bajo la amenaza de la crisis de los misiles en Cuba en los años 60. La misma cosa. Absolutamente. Hay momentos en la historia humana en que el peligro de una guerra nuclear ha sido tan palpable, táctil y visible para nosotros que somos muy conscientes de ello. Y luego nos preocupamos por un tiempo, y seguimos adelante. Nos preocupamos por otras cosas. El problema es que el peligro en realidad no desaparece”.
Profundizando aún más sobre aquellos años 80 en los que creció y esa sensación de muerte con la que convivió, Christopher Nolan dijo lo siguiente: “Lo que recuerdo de los años 80 es que el miedo a la guerra nuclear había retrocedido a favor del miedo a la destrucción del medio ambiente. Era como si no pudiéramos mantener el miedo por algo tanto tiempo. Tenemos una relación complicada con nuestro miedo”.
Un miedo que, quizá, logra conjurar a través de su obra cinematográfica. Oppenheimer, una de las películas más esperadas del año, se estrenará el próximo 20 de julio de 2023 en cines.