Chema Alonso (Madrid, 1975), es probablemente uno de los ingenieros informáticos más reconocidos en España. El grueso de la población le reconoce por su faceta como hacker, sin embargo, desde 2016 es miembro del Comité Ejecutivo de Telefónica S.A., donde ocupa además el cargo de Chief Digital Officer de la compañía. Desde ese puesto supervisa la Innovación, Datos, Plataformas, Productos y Servicios Digitales de la compañía. Un amplio espectro en el que también se engloba Open Gateway, el proyecto estrella de Telefónica para este 2023.

Pocos meses después de anunciar este proyecto durante el Mobile World Congress 2023, celebrado en Barcelona, Hipertextual se sienta con uno de los principales artífices de este proyecto, el cual no solo tiene el beneplácito de Telefónica, sino de toda la industria de las telecomunicaciones.


Todo el mundo asocia la palabra ‘hacker’ a Chema Alonso. Pero desde hace tiempo tu día no tiene nada que ver con eso, a pesar de que en redes sociales y en tu blog sigues hablando sobre ello. Me veo casi obligado a preguntarte: ¿cómo ha sido la transición? ¿Echas de menos estar en las trincheras de la ciberseguridad?

Es verdad que la gente me conoce por mi trabajo de hacking, pero yo soy informático de toda la vida. Y nunca he dejado de ser hacker. Para nosotros, ser hacker es una actitud: resolver problemas con la tecnología, empujar los límites y llevarlo más allá. 

Yo empecé con 12 años a programar, que era lo que más me gustaba. Fui a la universidad y me especialicé en todo lo que tenía que ver con programación, estructuras de datos, algorítmica… De hecho hice mi proyecto de fin de carrera en geometría computacional, con un algoritmo de una recta de barrido utilizando una estructura de datos que era un árbol AVL doblemente hilvanado para conseguir hacerlo en tiempo n log n... Y curiosamente, lo único que no estudié cuando fui a la universidad fue seguridad informática. Era optativa y en aquel entonces no me interesaba. 

Yo nunca he estado en el mundo underground del hacking. De hecho, cuando entré en el mundo de la ciberseguridad y el hacking, mis amigos me llamaban de broma “el no hacker”. Porque claro, yo decía: “no soy un hacker”. Yo me dedico a la tecnología, que es lo que me gusta. Y tengo esa actitud de innovar y de empujar las cosas. Y de esa manera es como acabo encontrando las técnicas de hacking.

Cuando salí de la universidad, me especialicé mucho en bases de datos. Mis primeros trabajos eran hacer tuning de bases de datos Oracle, de hecho. Sabía muchísimo del tema. Y dio la casualidad de que, el 25 de diciembre de 1998, un hacker publicó la primera referencia a las técnicas de SQL injection, que permitían con una consulta SQL así de chiquitita, saltarse la seguridad de toda una aplicación web y hacer consultas así de grandes… Fue como ¡wow! ¡Esto es el paraíso! 

Desde ese momento sí que empecé a focalizarme en el tema de la ciberseguridad, a dar conferencias… Y la gente me conoce mucho por esa faceta. Pero en realidad adoro la tecnología en todas sus modalidades.

Más adelante, en el año 2016, gracias a todo el conocimiento que tenía de bases de datos y ciberseguridad, tuve la suerte de que Telefónica me diera la oportunidad de ser el responsable de datos de la compañía. Pero no era casualidad. Es que yo, como decía, venía del mundo de los datos, que era lo que conocía. 

Entonces, para mí no ha sido un cambio. Ha cambiado mi rol, pero sigo haciendo lo mismo que hacía cuando empecé, que es disfrutar con la tecnología. Y no he dejado por supuesto la ciberseguridad, el hacking ni nada de eso.

Cuando entraste en el órgano directivo de Telefónica, muchos se sorprendieron. Ese movimiento supuso la apertura de la compañía a un talento diferente. Y ahora, echando la vista atrás, tiene todo el sentido que fuese así, considerando toda la transformación que la compañía ha atravesado y aún tiene que atravesar. Mirándolo en retrospectiva, ¿crees que podríamos afirmar, ahora sí y con rotundidad, que Telefónica ha dejado de ser una empresa de telecomunicaciones, que es como siempre la solemos identificar, para convertirse en una empresa puramente tecnológica y que tú fuiste uno de los primeros gérmenes que han permitido esa transformación de concepto?

Bueno, creo que Telefónica ha sido una empresa de tecnología siempre. Y además ha tenido la suerte de contar con los mejores ingenieros de este país durante muchos años. Y recordemos que estamos a punto de cumplir 100. Aquí ha habido gente innovando desde mucho antes de que llegara yo.

Telefónica fue la primera empresa en poner una red digital de paquetes al servicio de empresas. Julio Linares estuvo liderando Telefónica I+D durante mucho tiempo, innovó e hizo una disrupción en el mundo de internet con Infovía, logrando que España se convirtiera en el primer país de Europa en conexiones a internet. También se apostó por la fibra, logrando que España se convirtiera en el país con más fibra de toda Europa. Y ha habido muchas evoluciones: pasamos a la red digital de datos, nos convertimos en un ISP, entramos en las redes móviles, apostamos por el 2G, el 3G y el 4G, se apostó por la TV... 

Por otra parte, en el año 2010, se apostó por crear Wayra. ¡Que es la hostia! Telefónica dijo: “voy a abrirme definitivamente al ecosistema de innovación abierta”. Y todo esto pasó antes de que Chema Alonso pasara por aquí. Yo entré en esa avalancha, en la que tiene que ver mucho nuestro actual presidente, que en aquel entonces, cuando se montó Wayra, era el presidente de Telefónica Europa y luego pasó a ser el Consejero Delegado.

El equipo directivo de aquel entonces se dio cuenta de que era necesario traer talento mucho más centrado en el software. Y entonces, en ese movimiento, entro yo. Lo hago en el año 2012, como subcontratado, llevando un programa para atraer talento a Telefónica, que era Talentum.

Chema Alonso

Más adelante, en el año 2013, José María y el equipo directivo, que ya tenía en Telefónica Digital un vertical de ciberseguridad, piensa que mi aporte puede complementar la estrategia del mismo. En aquel entonces lo lideraba Javier García de Castro, un gran profesional y ejecutivo de esta casa, el cual construyó servicios que hoy en día seguimos comercializando. Y yo entro con mi pequeña empresita, Informática64, que se convierte más adelante en Eleven Paths y se termina fusionando con el vertical de ciberseguridad.

En general, creo que el movimiento fue muy inteligente. No creo que yo sea el motor de ese cambio, pero sí es cierto que entiendo mi mundo, el mundo del software, y me he sentido retado con los ejecutivos de esta casa, que tienen una visión mucho más holística. 

Y es importante entender bien el tipo de empresa que es Telefónica: una compañía de casi 100 años, que tiene un compromiso con sus inversores y un guidance financiero que tiene que cumplir cada trimestre y que cumple sistemáticamente. De hecho, no conozco a ningún ejecutivo de Telefónica que haya vivido una sola vez en la que no se haya cumplido el guidance financiero. Porque es nuestro día a día. Y combinar esa disciplina financiera con la innovación es un éxito de muchas personas. Y sobre todo de la gobernanza.

Y luego, cuando vienes a Telefónica, sabes que la tecnología es parte de nuestro ADN. Por ejemplo: hemos hecho una inversión en una startup de criptomonedas hace poco –de hecho hemos invertido no en una, sino en varias dentro el mundo de tokenomics y demás– y estamos haciendo pruebas piloto con redes de telecomunicaciones que utilizan modelos de tokenomics. Y lo comentaba recientemente con mi equipo: hemos llevado este proyecto al comité ejecutivo, les hemos hablado de tokenomics y nadie ha levantado una ceja como diciendo “¿qué es esto de web3 o de token?””. Todos entienden este mundo en el que estamos. Y lo mismo con la inteligencia artificial. 

Entonces, creo que el éxito es de los ejecutivos y los líderes que estaban antes de que llegara yo. Y mi labor es acompañarlos con tecnología y estar ahí al servicio de ellos para que los equipos de ingeniería respondan a las necesidades que nos ponen.

Chema Alonso

Open Gateway ha sido el principal proyecto de la GSMA durante el Mobile World Congress. Y es un secreto a voces que vosotros habéis sido uno de sus principales impulsores, aunque sea una iniciativa GSMA. Echando la vista atrás, y nuevamente atando puntos, recuerdo que en 2019, cuando entrevistamos a José María, nos hablaba de digitalizar toda la red, de las diferentes plataformas, de que teníais una mina de datos que no se estaba aprovechando, etc. Open Gateway parece una primera culminación de esas ideas que el presidente exponía en aquel entonces. Pero quería preguntarte, ¿cómo ha sido el proceso de creación de este proyecto?

Nada es por casualidad. Para llegar de A a B tienes que pasar por muchos puntos intermedios, tomar muchas decisiones... Y Telefónica lo ha estado haciendo durante muchos años, porque era el camino lógico.

Nosotros hemos apostado por la softwarización de la red durante mucho tiempo. Hemos creado una plataforma que nos permite acabar con la complejidad en la gestión de nuestras redes, productos y servicios, que es la famosa 4ª plataforma. Y esto se hizo hace muchos años, cuando Telefónica tuvo el valor de apostar por este camino e incluso abrir una posición en el comité ejecutivo para el responsable de datos. Y no es Chema Alonso. En el 2015, se elige a la persona mejor preparada en aquel momento dentro del grupo Telefónica, que era Ian Small. Él tomó la responsabilidad de iniciar el proyecto. Y comienza un trabajo que conlleva tomar muchas otras decisiones:

  • Normalizar los datos, que fue un trabajo ingente. Ahora tenemos un modelo unificado dentro de todo el grupo Telefónica a día de hoy, que se llama el Unified Reference Model (URM).
  • Apificar todas las capacidades de Telefónica para que cualquier nuevo producto y servicio no se conecte a los legados, sino a la 4ª plataforma. Es como cambiar los motores en vuelo de la compañía.
  • Crear un punto único de autenticación. Ya no tenemos sistemas de autenticación separados. Hay uno que está en la 4ª plataforma. Y también le hemos integrado la gestión de consentimientos, porque sabíamos que llegaba GDPR.

Todo esto nos ha permitido, por ejemplo, que todas las aplicaciones de Telefónica se construyan exactamente igual, con la misma tecnología. Es una única aplicación móvil en todo el grupo Telefónica, que se conecta a las mismas APIs y a los mismos datos. Por supuesto, con la capa de personalización de las marcas que correspondan. Pero con la misma plataforma. 

Creamos también nuestro asistente de voz, que es Aura, el cual está integrado en la cuarta plataforma e incluimos todo el equipamiento de casa (la red Wi-Fi, Movistar Home, la televisión, el mando vocal, la pasarela de pago, etc.) en ese mismo sistema.

Chema Alonso hablando sobre Open Gateway

El siguiente paso natural es cambiar la manera en la que estamos comercializando nuestras capacidades a las empresas. ¿Cómo lo estamos haciendo hasta el momento? Pues mediante ventas uno a uno y proveyendo las capacidades, ya sea vía API, vía portal o vía plataforma, para que ellos construyan productos y servicios. Por ejemplo: a nosotros nos llega TikTok o YouTube, llegamos a un acuerdo de carrier billing y ellos se integran con nosotros, pero es un proceso como muy manual. Además, solo las grandes empresas tienen la capacidad de desarrollar un proyecto adhoc con cada una de las telcos para sacar el máximo partido.

Entonces nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar y abrirnos a toda la comunidad de desarrolladores. Es decir: que no tengas que ser del tamaño de TikTok, YouTube o Netflix para poder sacar partido de lo que nosotros tenemos en Telefónica. 

Para conseguir esto, gracias a la GSMA, lo que dijimos es: hagamos APIs estandarizadas en el sector, igual que tenemos estandarizado el roaming. Es decir: hagamos que el Quality on Demand, el Carrier Billing, el Device Location y el Number Verification sea exactamente igual. Que un desarrollador utilice esa API y le de igual si el cliente está conectado a una red de Movistar o de otro operador del mundo. Y hagámoslo con dos condiciones:

  1. Hagámoslo como quieren los desarrolladores: todas las APIs deben permitir configurar las características en una sola línea de código. Y lo digo así porque tiene que ser una sola línea de código.
  2. Y luego, tenemos que ir donde están los desarrolladores. ¿Y dónde están? En Azure, en Amazon Web Services, en Google Cloud, en Android… 

Es decir: nuestras APIs tienen que estar estandarizadas, hechas con la visión del desarrollador e integradas en las principales plataformas de aplicaciones y servicios.

¿Y en qué ventana temporal podemos decir que se planteó esta idea de Open Gateway?

Esta idea la viene rumiando en la cabeza nuestro presidente desde hace tiempo. Nuestro presidente no nos deja descansar mucho. Siempre tiene una visión. Y hace bien, porque su trabajo es pensar el futuro. Él ha recibido el legado de una compañía que tiene 100 años y tiene que durar otros 100 años. Por lo tanto, las decisiones que tomemos en el presente tienen que estar pensadas en el futuro para entregar una compañía mejor a los siguientes. Y lógicamente, nosotros tenemos que transformar nuestro sector.

En el 2020, como bien sabes, empezó a hablar de ella. En 2021 empezó a materializarse. Y en el MWC del 2022, ya dejó entrever hacia dónde iba. Durante todo el 2022 hemos estado trabajando entre bambalinas en esto. Y en el 2023 lo anunciamos con el early adopter program, que ha tenido muchísima tracción. 

De hecho, estamos viendo cómo damos soporte a todos los desarrolladores que están interesados. Y te aseguro que nuestro día a día es Open Gateway, Open Gateway, Open Gateway… Yo empiezo los comités de los lunes con mi equipo diciendo “Recordáis que lo más importante es Open Gateway, ¿no?”. [Rie]

Chema Alonso hablando sobre Open Gateway

El de las telecos es un sector con muchas compañías, quizá con intereses distintos en algunas ocasiones… ¿Cómo conseguisteis poner de acuerdo a toda la industria de cara a Open Gateway? Imagino que la presidencia de la GSMA por parte de José María habrá ayudado.

Yo creo que la iniciativa tiene sentido. Y además está bien aterrizada considerando el lugar en el que tenemos que estar dentro de la cadena de valor. 

Crear un servicio digital al final requiere de bases de datos, interfaces de usuarios, dispositivos, servidores de backend, conectividad… Son muchas cosas. Y hasta este momento creo que no hemos estado en el punto adecuado para los creadores de estos servicios, que es poniéndoles las cosas muy fáciles en forma de APIs.

Luego es verdad que estamos en un momento en el que los CEOs de la industria, no solo José María, tienen un liderazgo muy fuerte. Y tienen claro que tenemos que ir a un entorno en el que todos colaboremos buscando que nuestras capacidades luzcan más. 

Nosotros hacemos muchísimas inversiones. Muchísimas. Cuando pasamos de la red 2G a la red 3G o de la 3G a la 4G, no estamos aplicando un parche. No es como pasar del iOS 15 al iOS 16. Es desplegar un montón de nuevas antenitas. Y claro, como no se solapan al 100%, no puedes apagar la anterior. Entonces tienes que duplicar la operación. 

Las sociedades que no tienen buenas redes están mucho menos digitalizadas, tienen peores servicios digitales, peores herramientas de cultura, peores infraestructuras para la industria… Es decir: somos un motor de cambio de los países. Y los líderes que tenemos ahora, no solo en Telefónica, sino en el resto de las telcos, tienen la visión de trabajar para que le vaya bien a Europa, al sector y a las inversiones que estamos realizando. 

Así que no lo he visto tan complicado. Es verdad que a lo mejor podría parecer que iba a ser más difícil, pero ya te digo: empezamos en 2022 a trabajar en ello y anunciamos Open Gateway en el 2023.

Chema Alonso hablando sobre Open Gateway

En relación a lo que has dicho de colaborar, de ir más allá… Existe mucho debate en el mundo de las telecos sobre la coinversión por parte de las grandes tecnológicas en las redes. ¿Nace Open Gateway como respuesta a la necesidad de monetizar más las redes para que sigan siendo sostenibles en el futuro o el germen es otro?

Es en paralelo. Open Gateway es hacia donde tenemos que ir en el futuro. Y luego fair share es poner un poco de sentido común. Sobre todo en la gestión de las inversiones que hacemos en los países. 

Parece un poco extraño que si tú despliegas toda una red, solo seis proveedores de servicios usen el 60%. Y además con técnicas que son bastante curiosas. Para que te hagas una idea: si tú pagas por la versión premium de un servicio de streaming, ¿qué funciones ganas? El vídeo de más calidad, por ejemplo. Y eso nos cuesta más dinero a nosotros. También obtienes la posibilidad de descargar los vídeos localmente. Y, si no lo tienes, consumes más datos en la red móvil, por lo que también nos cuesta más a nosotros. 

Estos servicios podrían ofrecer descargas en la versión gratuita, y así costarme menos dinero, pero deciden no hacerlo para forzar que paguen por una suscripción premium. Entonces nosotros somos el by default. Nuestros costes no los paga nadie.

Yo creo que es necesario que hagamos un uso más justo de las inversiones que estamos haciendo en Europa. Porque ahora llega el metaverso, llega el vídeo de máxima calidad, entornos inmersivos… Nada de esto va a pasar si no tienes redes de alto ancho de banda, baja latencia, etc. Y son redes que tenemos que instalar. Nada de esto va a pasar sin despliegue de Edge Computing en los países, por ejemplo. 

Entonces, lo que tenemos que hacer es un reparto más justo de las inversiones. O por lo menos un uso más adecuado de nuestras redes, ¿no? Porque parece que da igual enviar todos los datos sin preocuparse y sin tomar ninguna medida de optimización.

Chema Alonso

¿Cómo está siendo la respuesta a Open Gateway por parte de los desarrolladores y de los partners como Microsoft, Google, Amazon, etc.?

Esto no será un proyecto de éxito hasta que no esté funcionando de verdad en el ADN de todos los desarrolladores. Y estamos al principio del proyecto. 

La respuesta en el early adopter program ha sido mucho más alta de la que esperábamos. Esperábamos trabajar con 20/30 empresas a nivel nacional, pero en España llevamos ya varios centenares. Y en Brasil igual. Allí ha tenido muchísima tracción.

Por el lado de los hyperscalers, estamos trabajando mucho con ellos. Ayer mismo el equipo de Google estaba hablando a su comunidad de desarrolladores en OpenExpo sobre Open Gateway, del portal de desarrollador que han creado para las APIs de Open Gateway, etc. Con Microsoft, igual. Porque tiene sentido. Para ellos es una pieza clave en la construcción de servicios digitales.

Pero todavía nos queda mucho por hacer. Tenemos mucho que afinar, mucho que trabajar… Yo diría que la recepción ha sido buena y que a la gente le ha parecido que tiene sentido. Pero nos queda mucho por hacer. Así que, de momento, digamos que bien, pero que nos queda mucho por trabajar.

Quería profundizar un poquito más en las APIs que están disponibles en Open Gateway. O que habéis anunciado, mejor dicho. Una de las que tiene más relevancia –porque tenéis mucho control sobre ello– es el tema de alterar el comportamiento de la red. Es decir: que un desarrollador pueda pedir a la red que tenga menos latencia o mayor ancho de banda para X servicio, por ejemplo. Y tiene todo el sentido, porque servicios como Game Pass necesitan por ejemplo que la latencia sea mínima y lo mismo ocurre con aplicaciones industriales. Pero, ¿cómo casa esto con la neutralidad de la red? Porque al final una empresa grande tiene más capacidad para asumir esos costes.

Lo de la neutralidad de la red es algo que solo lo sacan los que tienen algún interés. Neutralidad de la red es que tú no despriorices a uno por priorizar a otro. Pero, aparte de eso, nosotros tenemos muchísimos servicios empresariales que afectan a la latencia y a la calidad de la red. Entre otros: los que usan Google o Netflix, que se conectan al core de nuestra red.

De hecho, estamos trabajando en el 5G SA para hacer redes que puedan ser totalmente empresariales. Imagínate una red para gestionar los drones en las ciudades, que es uno de los proyectos que estamos mirando al futuro. La infraestructura de drones en una smart city no puede fallar. No se te pueden caer o perder drones. O lo mismo con el coche autónomo. Ahí, trabajar con network slicing, con servicios de 5G y apificando para que tú puedas contratar servicios de calidad de red es fundamental.

Lo que nosotros hemos puesto ahora es quality on demand, que se trata de un servicio especializado que configura la conexión que una empresa paga para que esté en un canal no congestionado. Ya está. No hemos quitado el tráfico a ninguno, ni lo despriorizamos, ni nada de esto. Y no tenemos toda la potencia del network slicing, que ahí sí que vamos a poder hacer redes privadas 100% para empresas y con determinadas calidades. De momento estamos en la primera fase, que es simplemente configurarlo en un canal no congestionado, que tiene mucho sentido.

¿El coste es caro o barato? No lo sé, todavía no le hemos puesto precio.

Justo te iba a preguntar por eso.

Estamos en la fase de aprendizaje. 

Y luego, por otra parte, debes preguntarte si esto es fundamental para tu caso de negocio. Si lo es, tú lo pagas y está en tu estructura de costes. Y no pasa nada. Si la conectividad extra es clave para tu modelo de negocio, tiene que estar en la estructura de costes.

Chema Alonso

Como experto, sabes obviamente que cuantas más barreras de seguridad se interpongan, mejor para el cliente. En Open Gateway tenéis por ejemplo una forma de verificar la identidad del cliente que no puede hacer nadie, porque lo hacéis a través de la red. Pero también ofrecéis otras APIs, como el carrier billing o la localización, para lo que se pueden utilizar muchas otras APIs. ¿Cómo pretendéis convencer a los desarrolladores en ese caso en el que vosotros ofrecéis APIs que se solapan con cosas que ofrece el propio sistema operativo? Imagino que en el carrier billing podéis encararlo desde el punto de vista de las comisiones…

Hombre, con el 30% que te cobran…

Bueno, tampoco sé cuánto cobráis vosotros.

Mucho menos, por supuesto.

Entonces, ¿cómo lo haríais?

Todas las grandes empresas al final tienen carrier billing con nosotros. El tema, fíjate, es que somos 700 telcos. Pero solo existen 2 sistemas operativos móviles. Las quejas que trae Fortnite con las comisiones de las plataformas móviles son por algo. Esto es un walled garden y estás sujeto a sus normas. 

Podría ser que el regulador obligara a abrir más pasarelas de pago… Pero tú fíjate la que se ha montado en Australia, que no han querido abrir el NFC para poner otras tarjetas de pago. Nos lo tenemos que hacer mirar en algún momento como sector.

Dicho esto: carrier billing es algo que están demandando los desarrolladores. Masivamente. Pero, ahora mismo, solo las empresas que son tan grandes como para hablar con todas las telcos pueden acceder a esos servicios. Sin embargo, estandarizarlo nos va a permitir que cualquiera lo pueda utilizar, que es algo fundamental.

Device location, por otra parte, es una API que se utiliza en casi todos los servicios antifraude. Ahora mismo, saber que una tarjeta de crédito está en uso en el mismo código postal en el que está el dispositivo móvil del propietario te puede ayudar a reducir el fraude.

A día de hoy tenemos acuerdos con las grandes entidades bancarias, pero en la industria fintech todo el mundo lo quiere. Y también la industria de la movilidad con patinetes eléctricos, coches y tal… Es muy útil poder matchear esto.

Pero esto también se puede hacer con el GPS del móvil. Con la API de GPS que tiene Android, por ejemplo. ¿Cuál es la diferencia? ¿Dónde aportáis valor con la API de Open Gateway?

El usuario, cuando obtiene su tarjeta de crédito, decide si quiere proteger su tarjeta o no con un consentimiento en base a la ubicación de su dispositivo móvil. Esto es un consentimiento que recoge la entidad bancaria. Y tú no tienes por qué tener ni la aplicación móvil instalada.

Una vez hecha esa recogida de consentimiento, lo que sucede es que, cuando se utiliza la tarjeta de crédito en un punto de venta, la información llega al backend del banco. Y lo que hace la entidad es preguntarnos vía API “¿está este número de teléfono en este código postal?”. Y nosotros decimos sí o no.

¿Aunque no tenga la app instalada en el móvil?

Claro, lo hacemos por la red. Eso reduce muchísimo el fraude. Es uno de los principales elementos que utilizan las entidades bancarias para proteger el robo de las personas.

En este país, donde tenemos una industria bancaria muy fuerte, los equipos de seguridad y antifraude son probablemente de lo mejor del mundo. Y utilizan la información que les proveemos desde las redes desde hace muchos años.

Chema Alonso

Habéis presentado 8 APIs de momento. Y habéis dicho que en 2023 la lista crecerá hasta 25. ¿Hacia dónde váis a apuntar con las próximas APIs y cuáles son los siguientes pasos con Open Gateway?

Mi visión es que el 100% de las capacidades de Telefónica estén disponibles vía API. A eso es a lo que vamos. Tenemos que ir trabajando de manera coordinada con el sector, estandarizando, etc. 

De momento estamos estandarizando muchas cosas: las de comunicación, las de seguridad (con silent authentication, para hacer verificación en tiempo real con el dispositivo móvil sin que el usuario tenga que interactuar), con el tema de web3 (porque nosotros tenemos una clara apuesta hacia el mundo de tokenomics y cómo matcheamos el número de teléfono, la identidad del usuario con las wallets públicas en web3), con todo lo que tiene que ver con conectividad (network slicing, etc.), la parte de conectividad en el hogar (la Wi-Fi)... En ese recorrido iremos viendo las que vamos estandarizando en Camara. Lo bueno es que Camara es un organismo que trabaja con la Linux Foundation. Y tanto los repositorios como las discusiones que tenemos de Camara son públicas. Ahí podéis ver a los ingenieros de Telefónica discutiendo y aportando para estandarizar las diferentes APIs. 

Pero la visión que tenemos como Telefónica y como sector es que el 100% de las capacidades estén apificadas. Y esa es la visión que le gusta mucho decir a José María, de “una vez tenemos todos los nodos con edge computing, toda la red softwarizada y todo apificado, es como tener un superordenador”. Pero cada vez que pensamos en esto, a mi me crea ansiedad. Así que vamos a ir paso a paso, poco a poco. [Ríe]

Nota: esta entrevista ha sido editada únicamente con fines de claridad.

Fotografías: Begoña Rivas.