La mejor forma de dejar de fumar es no empezar nunca. Pero, apartando eso a un lado, por muy enganchados que lleguemos a estar, también podemos dejarlo. El problema es que, si bien hoy en día hay muchísima información sobre los peligros de consumir tabaco, no hay tanta sobre los mejores métodos para dejarlo. Sí, la fuerza de voluntad es importante, pero eso no es todo. Por eso, podemos caer en el reclamo de ciertos métodos que, más que ayudarnos a dejar de fumar, nos ayudan a vaciar más rápido nuestra cartera. Y nada más.

Es esencial saber cuáles son los métodos que realmente ayudan a dejar de fumar, pues la vida de los fumadores va en ello. De hecho, según un estudio publicado el año pasado, el riesgo de muerte de las personas que dejan el tabaco antes de los 35 años se iguala al de los no fumadores. Y tampoco es tarde para el resto. Antes de los 45, el riesgo de mortalidad se reduce un 90% y, antes de los 64, un 66%.

Está claro que, cuanto antes mejor, pero que dejar de fumar en cualquier momento es positivo para la salud. Ahora bien, ¿cuáles son los mejores métodos para hacerlo?

Dejar de fumar con fármacos, un método útil que muchos dejan como último recurso

Generalmente, los fumadores no consideran que fumar sea un problema de salud. Por eso, cuando deciden dejarlo, no buscan ayuda médica. Pero, aunque no sea una enfermedad como tal, sí es cierto que los fármacos pueden ayudar mucho.

Si otros métodos fallan, el médico puede recetar o bupropion o vareniclina. El primero es un antidepresivo, pero no solo sirve para tratar la depresión. Se ha visto que las áreas cerebrales sobre las que actúa están también asociadas a las adicciones, por lo que da muy buenos resultados para dejar de fumar. En cuanto al segundo, es un agonista parcial y antagonista en la presencia de nicotina. Esto quiere decir que se une a los receptores del sistema nervioso a los que normalmente se une esta, evitando tanto sus perjuicios como los efectos placenteros que generan la adicción.

También se pueden usar terapias de reemplazo

Antes de estos dos fármacos, se puede probar con terapias de reemplazo. Estos son métodos de liberación corta de nicotina, que ayudan a superar los antojos, sin generar grandes daños. No se trata de usarlos eternamente para sustituir al tabaco, pero pueden ayudar a dejar de fumar en las primeras fases. Algunos ejemplos son los parches y los chicles de nicotina.

Terapia psicológica, esencial para dejar de fumar

Por supuesto, la terapia psicológica también es muy útil para dejar de fumar, como ocurre con cualquier otra adicción. Puede ser un primer recurso por sí sola y, llegado el momento, si se considera necesario se podría recurrir a ella en conjunto con los fármacos. La terapia cognitivo conductual es la que dispone de más evidencia científica.

El ejercicio físico también ayuda

A veces es frustrante que nos digan que todo se soluciona con ejercicio. Pero en este caso es cierto que, si no como solución, al menos puede servir como ayuda en conjunto con otras terapias.

De hecho, se ha visto que la práctica de ejercicio regular, tanto aeróbico como de resistencia, puede ayudar a los fumadores a reducir los síntomas de abstinencia y los antojos de tabaco. Además, es bien conocido que muchas personas engordan al dejar de fumar. De hecho, algunas dejan de intentarlo cuando empiezan a coger peso. Por eso, también es útil practicar ejercicio, ya que se evita este efecto.

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Hombre fumando un cigarrillo electrónico.

Ni cigarrillos electrónicos ni tabaco de liar

Algunas personas piensan que el tabaco de liar es menos dañino y que los cigarrillos electrónicos pueden servir como terapia de reemplazo. Sin embargo, ambas son ideas equivocadas.

Para empezar, el papel que se usa con el tabaco de liar suele tener sustancias tóxicas que se suman a las que ya de por sí contienen las hojas de tabaco. Hay estudios que muestran que puede ser incluso más peligroso que los cigarrillos convencionales. Y algo parecido pasa con los cigarrillos electrónicos. Cada vez se descubren más perjuicios de su consumo. Y es que, aunque contengan sustancias que en un principio son inocuas, cuando se calientan para generarse el vapor sí que se liberan compuestos tóxicos y cancerígenos. Además, aunque algunos estudios señalan a que sí puede tener cierta utilidad para dejar de fumar, otros apuntan en el sentido contrario. Todo eso sin olvidar que el beneficio que se obtendría no superaría el riesgo. 

Otras técnicas que no sirven para dejar de fumar

Hay personas que recurren a la acupuntura o a la hipnoterapia para dejar de fumar. Sin embargo, ninguna de las dos técnicas tienen suficiente evidencia científica. Existiendo tantas otras opciones que sí han demostrado ser útiles, invertir una cantidad de dinero, normalmente alta, en algo para lo que no hay pruebas de que sea eficaz no es la mejor de las ideas.

En definitiva, sí, se puede dejar de fumar con algo más que voluntad,pero hay que tener cuidado con las técnicas elegidas. No todas son inocuas, algunas no sirven y no hay nada peor que desfallecer en algo tan vital como decir adiós al tabaco de una vez por todas. Debemos elegir muy bien los métodos que nos ayudarán a conseguirlo. 

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