Cuando se piensa en Tina Turner, la cantante que murió este miércoles 24 de mayo, lo normal es recordarla por su trabajo sobre escenarios musicales inmensos. Una mujer con una fuerza en escena electrizante, capaz de levantar a miles de personas con las notas de su voz y producir sorpresa por su despliegue en tarima. En ese marco, quizá no todas las personas que conozcan su nombre recuerden su trabajo en Mad Max: más allá de la cúpula del trueno.
Dicha película fue estrenada en 1985 bajo la dirección de quien ha estado a cargo de las cuatro entregas: George Miller. El más reciente largometraje de esta franquicia fue Mad Max: Fury Road, lanzado en 2015. La misma tuvo como protagonista a Charlize Theron, interpretando a Furiosa. ¿Por qué se trae ese nombre a la mesa? Las figuras femeninas, dentro del universo narrativo planteado por Miller, han tenido un espacio relevante. En ese sentido, Tina Turner lo tuvo en aquella tercera entrega.
Tina Turner compartió rol protagónico con Mel Gibson, una de las figuras del cine de acción más importante durante los 80 y los 90. Gibson dio vida a Max Rockatansky, quien comienza siendo un policía, dentro de un mundo postapocalítico, y termina transformándose en una suerte de antihéroe. ¿Su objetivo? Cuidar cuanto puede de sí y guardar respeto por la memoria de su esposa.
Tina Turner, la Tía Ama
y un tema icónico en la saga Mad Max
A través de la saga Mad Max, la Tierra se va despoblando. De forma progresiva, el paisaje se va liberando de edificios y todo se va haciendo desierto. Es un recurso metafórico de su director, quien sugiere que incluso las personas se están quedando vacías. En ese entorno árido aparece la Tía Ama, el personaje que Tina Turner interpretó.
En el largometraje, la Tía Ama lidera a los Negociudad, una comunidad que se encuentra en algún punto del desierto. Ella es un personaje que está en control absoluto sobre todo lo que ocurre a su alrededor. Una referente que intimida a la vez que resulta seductora; capaz de negociar, en algún momento, y de ser implacable en otros. Eso puede explicar parte de su estética: llevaba, al igual que en varias etapas durante su carrera como cantante, una cabellera frondosa, más propia de un león que de una actriz.
Pero ese es solo otro detalle simbólico dentro de los que se pueden conectar entre la cantante y la coprotagonista de Mad Max: más allá de la cúpula del trueno. Si la Tía Ama evocaba a un león es porque, en tarima, Tina Turner era una bestia artística capaz de rugir de esa manera. Su personaje, ante la cámara, tiene mucha de esa fuerza salvaje, indómita, del rey de la selva.
El clásico We Don't Need Another Hero
Por eso, llegado el momento, es implacable cuando conoce a Max. Ante ella, este se ve forzado a distintas pruebas. Luego de superarlas, y salvar su vida en ese viaje, la Tía Ama accede a negociar un mejor trato para él. Sin embargo, más adelante en el filme, esta intención termina pervertida. El protagonista vuelve a tener que pelear por su vida, hasta el punto de terminar exiliado. Durante todo ese tramo, Tina Turner se presenta al espectador como una figura robusta, de carácter, con una fortaleza que no solo parece física sino también mental.
La última descripción, en términos generales, es la misma, o al menos una similar, a la que se podría decir sobre la cantante cuando estaba en escena (fuera de ella, su vida personal fue más compleja). Ella dejó, quizá, el tema más reconocible de esa franquicia cinematográfica, una suerte de clásico de los 80: We Don't Need Another Hero. En la pieza se pueden escuchar los distintos matices de su voz, en especial su fuerza.
Esa canción calza de buena manera con todo el sentido narrativo de la saga Mad Max: en ese mundo, ya no se trata de héroes, sino de la capacidad que puedan tener unos y otros de confiar entre sí. Esto, sin dejar de mirar hacia el futuro de las próximas generaciones. Esas que, probablemente, en algún momento escuchen ese tema musical y vayan a ver una de las sagas más importantes del cine.