En la película La madre, de Nikki Caro, disponible en Netflix, la protagonista interpretado por Jennifer Lopez no tiene nombre. De hecho, en las pocas ocasiones en que se identifica a sí misma, lo hace solo con dos palabras: madre o asesina. La combinación podría definir el argumento, pero el guion de Andrea Berloff, Peter Craig y Misha Green intenta que la figura central de la historia tenga algunos matices. Lo que genera una singular combinación entre el género de acción y el drama emocional. Pero la historia no logra siempre abarcar ambos extremos y tiene verdaderas dificultades para profundizar en cada punto que propone.

La mujer encarnada por Jennifer Lopez es un espectro. Veterana del ejército, superviviente a la violencia y con un turbio pasado a cuestas, debe lidiar con la posibilidad de una venganza. También con la responsabilidad emocional de cuidar a su hija, a la que dio en adopción en un intento por protegerla. De modo que, para la Madre, las opciones son pocas. Desaparecer sin dejar rastro o, como termina ocurriendo, volverse una fuerza imparable para evitar que su hija Zoe (Lucy Paez) sea una víctima en un enfrentamiento brutal. 

La madre

La película La madre, de Nikki Caro, disponible en Netflix, es una combinación fallida y confusa entre el género de acción y el drama. La actriz Jennifer Lopez encarna a una mujer con un pasado turbio, marcado por la violencia, que debe volver a la vida que abandonó para proteger a su hija. Pero el argumento es incapaz de profundizar en su personaje central y los, en apariencia graves, conflictos que atraviesa. Con una trama atropellada y superficial, la asesina sin nombre se convierte en un cliché del giro del ejército de un solo hombre. Con un apartado visual plano y poco vistoso, la película no logra explorar sus puntos más interesantes, que desdeña en favor de un efectismo barato.

Puntuación: 3 de 5.

Un papel extraño para Jennifer Lopez

El habitual giro del ejército de un solo hombre se reconstruye en La madre a la medida de esta figura de pocas palabras y habilidades letales. Que, además, tiene una meta emocional que hace que todos sus esfuerzos estén justificados. Pero es complicado para la actriz salir de su registro de comedia, por lo que su papel no resulta creíble. Al menos, no para sostener un argumento que depende de su capacidad para explorar el misterioso rango emocional de su personaje.

La intérprete tiene verdaderos problemas para brindar solidez a esta marginada que muestra sus sentimientos de forma gradual. En lugar de eso, está más interesada en mostrar sus indudables capacidades físicas. No obstante, el enigma de la fortaleza que la sostiene queda relegado a un segundo plano y resulta uno de los puntos más flojos del largometraje.

La madre, una mujer capaz de todo

Nikki Caro, conocida por el live action de Mulan, intenta construir un contexto denso y peligroso para hacer avanzar la narración. Lo logra en los momentos en que la cámara capta la dualidad de la Madre, una figura atípica que considera que la crueldad y la muerte son opciones antes que consecuencias. La realizadora intenta que su personaje sea una presencia al margen que se mueve entre sombras. Pero La madre cae en subrayados innecesarios del talento de la asesina al enfrentarse a una legión de enemigos o proteger a su hija. 

Jennifer Lopez es la protagonista de La madre
Jennifer Lopez es la protagonista de La madre, de Netflix.

No queda claro si Caro desea que el viaje introspectivo de la protagonista se compenetre con la naturaleza desolada que la rodea. Las tomas, en las que la asesina se desvanece en favor de un anonimato forzoso, carecen de pulso e identidad. Lo que brinda a la película un apartado visual plano y la mayoría de las veces genérico. Entorpeciendo la progresiva madurez de la Madre, cuyos claroscuros se acentúan a medida que debe tomar decisiones para mantener con vida a Zoe.

El guion flaquea en su intento de ser oscuro y doloroso y no logra brindar suficiente información acerca del mundo en el que la Madre se movió antes de su reclusión. Los pocos datos que el argumento aporta son desordenados y recuerdan a clichés de tramas mejor construidas. Hay mucho de Acorralado, de Ted Kotcheff, en la mujer que se mueve entre los límites de lo legal. Pero, en lugar de analizar el punto de vista de una figura destrozada por el mismo sistema por el que fue creada, la historia da paso a un predecible tramo sobre un reencuentro emocional. 

Una figura solitaria frente al mundo

Jennifer Lopez protagoniza La madre, la última película de Netflix

En su tercer tramo, es evidente que La madre enlazará la necesidad de su personaje central de evitar el asesinato de su hija con su redención. Al menos, con la búsqueda de una identidad más allá de su habilidad con las armas o con la estrategia militar.

Pero, otra vez, la película falla. La premisa se vuelve endeble al conformarse con una figura cuya mayor cualidad es la destreza y agilidad física. No existe la menor intención de brindar un sentido del objetivo ni otorgar importancia a un sacrificio mayor. Por otro lado, la relación de la asesina con Zoe es un vínculo que se construye de forma apresurada y torpe. 

En su anticlimática y previsible escena final, el argumento de La madre demuestra que todas sus intenciones estaban dirigidas a una reconciliación tardía. Un elemento que logra sin esforzarse en justificar y que carece de peso dentro de una historia superficial.