La próxima gran controversia en el sector de la automoción eléctrica promete llegar desde Francia. Ayer, el gobierno de Emmanuel Macron presentó al Consejo de Ministros un proyecto de ley para reformar las ayudas económicas que se otorgan para la compra de nuevos coches eléctricos, con el fin de desincentivar la comercialización de aquellos fabricados fuera de Europa.

En términos sencillos, lo que se busca es establecer un mecanismo que impulse la venta de coches eléctricos de producción 100 % europea. El mismo consistiría, básicamente, de excluir de las ayudas gubernamentales a los automóviles de fabricantes asiáticos, o de marcas que los importan desde esa región (Tesla, por ejemplo).

La medida ya ha recibido críticas por su carácter proteccionista. Sin embargo, desde el gobierno de Francia aseguran que lo que se busca es dar respuesta a un "triple desafío de soberanía, sostenibilidad y prosperidad". Bruno Le Maire, ministro francés de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital, explicó que, bajo la nueva ley, ya no será suficiente con que los coches eléctricos no produzcan emisiones o se encuentren bajo un determinado precio para acceder a las ayudas. Lo que se pretende analizar en adelante es toda su "huella ambiental".

"Seguiremos criterios de emisiones relacionados con la fabricación, como la huella de carbono del acero utilizado o el uso de materiales reciclados y de base biológica. La medida propuesta pretende, por tanto, excluir del bono de automoción a los vehículos cuya producción tenga un bajo rendimiento medioambiental".

Bruno Le Maire, ministro de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital de Francia.

Francia quiere desincentivar la compra de coches eléctricos chinos o de Tesla

Francia quiere desincentivar la compra de coches eléctricos chinos o de Tesla

Antes de avanzar, es importante comprender cómo funcionan las ayudas gubernamentales para comprar coches eléctricos en Francia. Estos vehículos son elegibles para un crédito de 5.000 euros, siempre y cuando su precio no supere los 47.000 euros y su peso no exceda los 2.400 kilogramos.

Pero el nuevo proyecto de ley del gobierno de Macron busca reservar las ayudas solamente a los vehículos con una baja huella de carbono. Así, pretenden dejar afuera a aquellos producidos con materiales que no son considerados sostenibles, que provienen de países donde la generación de energía es muy dependiente del carbón, o que deben importarse desde sitios muy lejanos y cuyo traslado genera grandes emisiones.

La legislación parece hecha a la medida para frenar el asalto de las automotrices chinas en el mercado europeo. No obstante, también podría impactar a coches eléctricos provenientes de otros países, como Japón y Estados Unidos. Por lo pronto, no se ha divulgado el listado de marcas y modelos que quedarían excluidos de las ayudas gubernamentales, pero incluiría, básicamente, a todos aquellos que se produzcan fuera de Europa.

"Vamos a apoyar las baterías y los vehículos fabricados en Europa porque su huella de carbono es buena. No vamos a utilizar el dinero de los contribuyentes franceses para impulsar industrias no europeas", dijo recientemente el presidente de Francia, aunque negó que se tratase de una medida proteccionista.

Le Maire fue más explícito sobre hacia dónde apunta el nuevo proyecto de ley. "Estas medidas llevarán a reservar la bonificación para los vehículos producidos en Europa. Les recuerdo que los coches eléctricos fabricados en nuestro continente emiten un 45 % menos en promedio que los vehículos producidos fuera de Europa. Además, no pretendemos financiar con fondos públicos el desarrollo de fábricas en Asia", argumentó.

Será interesante oír que tiene para decir Elon Musk sobre el tema. No olvidemos que, si bien Tesla ya tiene en marcha la Gigafactory Berlín donde fabrica el Model Y, muchos de los vehículos que vende en Europa provienen de Shanghái.

Frenar el asalto asiático al mercado europeo

Que los coches eléctricos de marcas asiáticas —de China, especialmente— han tomado por asalto el mercado europeo, no es novedad. Algo que no solo se ve en Francia, que es donde se quiere limitar la aplicación de las ayudas gubernamentales para impulsar la venta de vehículos fabricados en Europa.

En España, por ejemplo, el MG4, de MG Motor, una firma británica, pero subsidiaria de la automotriz china SAIC Motor, fue el coche eléctrico con mayor cantidad de matriculaciones durante abril pasado. En tanto que el Dacia Spring, que se importa desde China, estuvo en la sexta ubicación del listado.

De hecho, el caso del Dacia Spring es bastante curioso, puesto que se trata del vehículo urbano 100 % eléctrico más vendido de Francia. Pese a que puede quedarse fuera de las ayudas gubernamentales por ser fabricado en Asia, desde Renault salieron a defender el proyecto de ley. Al punto tal que argumentaron que dicho modelo representa una porción ínfima de los esfuerzos de la automotriz en el sector de los coches eléctricos.

Otros puntos de la legislación ya están generando mucho ruido. Por ejemplo, si todas las fábricas de coches europeas estarán en condiciones de cumplir con los criterios de emisiones que Francia pretende imponer. En Alemania, por citar un caso, ya estarían mirando esta propuesta de reojo.

El proyecto de ley también declara a las fábricas de baterías como de "mayor interés nacional". En tal sentido, Le Maire aseguró que el estado tomará medidas para impulsar su instalación en territorio francés. Para ello, por ejemplo, se acelerarán los trámites de conexión eléctrica, las licencias de obra y los planes urbanísticos locales.

Con respecto a cuándo podría aprobarse la ley y entrar en vigor, aún no está del todo claro. La intención es que las nuevas ayudas gubernamentales solo para coches eléctricos europeos comiencen a regir antes de fin de año. Aunque no sería extraño que se apliquen recién desde 2024.

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