“¿Y esto para qué sirve?” Probablemente esta sea una de las preguntas que más veces hayan escuchado los profesores de matemáticas. Los odiadores de esta materia tienden a pensar que nunca la usarán en su día a día, a pesar de que las matemáticas están en todas partes, desde la lista de la compra hasta la pandemia que nos ha tocado vivir. Pero no solo eso, las matemáticas también están detrás del orgasmo perfecto.

Es la conclusión de un equipo de científicos de la Universidad de Sussex, cuyos resultados pueden leerse en un estudio de Chaos: An Intrdisciplinary Journal of Nonlineal Science

En él, han desarrollado fórmulas matemáticas complejas, basadas en las cuestiones psicológicas y fisiológicas del orgasmo perfecto. No son fórmulas que cualquiera pueda poner a prueba en el dormitorio, pero sí que pueden ayudar a los expertos a entender mejor el orgasmo masculino y aconsejar a aquellos hombres que acudan a consultas médicas o de sexología por problemas con sus orgasmos. Además, con lo aprendido con esta primera investigación esperan poder hacer lo mismo para el orgasmo femenino, a pesar de que este sea mucho más complejo.

Primero hay que entender el cerebro

En el orgasmo perfecto influyen tanto factores psicológicos como fisiológicos, de modo que en ambos el cerebro juega un papel muy importante. 

Por eso, estos científicos comenzaron analizando investigaciones anteriores en las que se estudió mediante resonancia magnética el cerebro de los hombres durante el acto sexual. Esto permitió comprobar que, justo antes del orgasmo, muchas áreas del cerebro cesan su actividad. Estas son, principalmente, la amígdala, responsable de procesar las emociones y los estímulos amenazantes; las regiones corticales frontales, que controlan el juicio y la toma de decisiones, y la corteza orbitofrontal, que integra la información sensorial y participa en la toma de decisiones para el comportamiento emocional y relacionado con la recompensa. 

Por lo tanto, se puede decir que, durante el clímax, buena parte del cerebro se apaga. Es totalmente una desconexión de los pensamientos. Todo esto, junto a las fases del clímax, que incluyen excitación, meseta, orgasmo y resolución, se tuvo en cuenta en el desarrollo de las fórmulas.

Las matemáticas del orgasmo perfecto

Estos científicos han desarrollado fórmulas matemáticas muy complejas, que permiten calcular los mejores factores psicológicos y fisiológicos para alcanzar el orgasmo masculino. Aunque son cálculos que deben ser manejados por personas con buenos conocimientos de matemáticas, sí que se pueden extraer algunos consejos de ellos.

Por ejemplo, es mejor empezar poco a poco. Si hay demasiada excitación al principio, o incluso antes de empezar el acto sexual, será mucho más difícil llegar al orgasmo. Ya hemos visto que se busca apagar el cerebro, por lo que pensar demasiado no ayuda. 

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Ejemplo de las complejas fórmulas empleadas en el estudio.

¿Para qué sirve todo esto?

Los cálculos tienen también en cuenta factores ajenos al acto sexual, como la excitación durante el día o lo que se conoce como sueños húmedos.

En definitiva, se tienen en cuenta todos los factores estocásticos, que son fenómenos aleatorios que se pueden cuantificar estadísticamente. Así, se pueden ver las combinaciones de pasos que llevan más fácilmente al orgasmo y, a su vez, comprender mejor las patologías que conducen su ausencia.

Ya sabemos que el orgasmo no debe ser el único objetivo de una relación sexual. De hecho, pensar mucho en buscarlo es lo peor que se puede hacer. Pero también sabemos que es un resultado placentero que indica una buena salud sexual. Por eso, estas fórmulas son una bendición para quienes tienen problemas para alcanzarlo. Si con esto hay quien sigue creyendo que las matemáticas no sirven para nada, nosotros nos rendimos.

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