Es algo a medio camino entre Los Sims y Westworld. Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford y Google soltaron a 25 agentes de inteligencia artificial (IA) en una ciudad virtual llamada Smallville. El objetivo era analizar si podían simular el comportamiento humano de manera creíble y desarrollar algunas habilidades, como la memoria.
Se crearon avatares con diferentes identidades para hacer el estudio. Los científicos utilizaron GPT 3.5, el modelo detrás de ChatGPT de OpenAI. Ingresaron un párrafo por cada agente, describiendo su ocupación, su relación con los otros "personajes" y los recuerdos con los que contaban. Ya con esto listo, activaron todo el despliegue, al que llamaron "Simulacro interactivo del comportamiento humano".
Smallville estaba equipada con un dormitorio, una escuela, una cafetería, un parque, un bar, varias casas y tiendas, en donde las IA podían interactuar entre ellas. ¿Qué hicieron? Pues durmieron, desayunaron, tomaron café. Pero también armaron fiesta y se metieron en política.
Los avatares llamados Isabella Rodríguez y Tom Moreno, por ejemplo, debatieron sobre las próximas elecciones de la ciudad. "Para ser honesto, no me gusta Sam Moore", opinó Tom. Sam era otra IA "habitante" de Smallville, quien decidió postularse a alcalde luego de estar "involucrado en la política local durante años". El candidato ya había comenzado a hablar de sus planes con otros avatares. "Creo que no está en contacto con la comunidad y no guarda nuestros más importantes intereses en su corazón", explicó Tom a Isabella.
Smallville demuestra qué tanto se puede parecer la IA a los humanos
La investigación concluyó que estos agentes de IA de Smallville tenían la capacidad "producir comportamientos sociales individuales y emergentes creíbles". Los personajes pudieron, incluso, responder a las contingencias de su entorno. Isabella, por ejemplo, apagó la estufa y preparó un nuevo desayuno cuando le advirtieron que se estaba quemando la comida.
Otros avatares, como John Lin, sostuvieron conversaciones espontáneas sin que se les ordenara hacerlo durante todo el día. Algunos armaron sus propias rutinas y hasta organizaron, por iniciativa propia, una reunión para celebrar el Día de San Valentín. Isabella fue la encargada de la fiesta e invitó a varios amigos que había conocido en la cafetería. Todos llegaron juntos, puntuales, a las cinco de la tarde.
Los investigadores "entrevistaron" a cada personaje después de que la simulación estuvo funcionando durante un tiempo. Así pudieron comprobar que estos personajes eran capaces de recuperar información de su “memoria” y usar sus recuerdos para decidir cómo actuar.
Los agentes también podían reflexionar. Los responsables del estudio descubrieron que algunos de ellos habían desarrollado carreras e intereses propios en el tiempo que duró el experimento.
La IA en el futuro de los videojuegos
El análisis sostiene que la capacidad de crear simulaciones creíbles puede potenciar el desarrollo de varios espacios virtuales, como el de los videojuegos. Desarrollar algo como Los Sims, pero con un nivel independencia de los personajes considerablemente mayor y un desarrollo más rico e impredecible.
El equipo diseñó una representación animada de las interacciones de los avatares que se puede consultar en línea. Parece un videojuego pixelado de 16 bits, parecido a Harvest Moon. Las IA de Smallville están representadas por sus iniciales en esta simulación, pero se pueden ver sus acciones con más detalle si se hace clic sobre ellos.
Los especialistas destacaron dentro de las conclusiones que registraron "una serie de patrones de comportamiento emergentes". Es decir, acciones realizadas por estos agentes que no habían sido pre configuradas. Por ejemplo, el compartir información entre ellos de manera espontánea o la creación de nuevos vínculos.
El posible salto al mundo real
Este tipo representaciones cada vez más realistas ofrece una idea de lo que se puede lograr en el mundo real. Los desarrolladores de IA podrían perfeccionar las capacidades cognitivas de agentes de este tipo sin necesidad, por ejemplo, de implementar la robótica en el mundo real, explicaron los responsables del estudio en su reporte.
Ya hay quienes, por supuesto, están viendo las maneras de implementar este tipo de realidad simulada al mundo real. Artur Sychov, el fundador de una empresa de metaverso llamada Somnium Space, está creando un proyecto llamado "Live Forever". Su idea es que las personas puedan hablar con sus familiares en el metaverso, incluso después de su muerte. Sychov también ha integrado la tecnología de ChatGPT.
El experimento de las IA de Smallville dejan algunas alertas éticas. Existe el riesgo de "que los seres humanos formen relaciones parasociales con agentes generativos, incluso cuando tales relaciones pueden no ser apropiadas", apuntó el equipo de Stanford y Google. También advirtieron sobre la producción de información errónea y otro contenido malicioso, una de las grandes quejas sobre la IA generativa.