Empleados de Tesla compartieron vídeos privados de propietarios de vehículos de la marca, según un explosivo reporte publicado por Reuters. Las conclusiones llegan después de entrevistas a nueve diferentes ex-empleados.

Los vídeos se grabaron por las cámaras externas e internas de los vehículos de la marca, los cuales son subidos automáticamente a los servidores de Tesla. Aunque es verdad que los propietarios pueden desactivar la función, la compañía recuerda que este material es anónimo y utilizado para diagnosticar problemas o accidentes.

Pero en un aparente problema inmenso de privacidad, los empleados de Tesla no solo son capaces de acceder a estos vídeos, sino que —al menos entre 2019 y 2022— tenían la posibilidad de compartirlos en grupos privados y mensajería interna.

Entre los vídeos compartidos está el de un hombre totalmente desnudo, acercándose al vehículo. O un coche atropellando a un niño en su bicicleta. Este último se compartió "como pólvora" por toda la oficina en San Mateo, California, por medio de chats privados.

También se compartían vídeos más cotidianos, mostrando perros, mascotas, o señales de tránsito graciosa, según explicaron a Reuters. Algunos de los cuales fueron convertidos en memes. Tesla asegura que toman muy en serio la privacidad de sus propietarios y que los datos subidos a sus servidores son totalmente anónimos. Es decir, que la cuenta de Tesla no se puede relacionar con las grabaciones realizadas.

Pero uno de los ex-empleados entrevistados por Reuters asegura que la aplicación utilizada en Tesla muestra la ubicación de la grabaciones, lo cual, a su vez, puede revelar la identidad del propietario.

"Podíamos ver dentro del garaje y dentro de propiedades privadas"

"Podíamos ver dentro del garaje y dentro de propiedades privadas", aseguró uno de los ex-empleados de Tesla que supuestamente tuvo acceso a las imágenes de cámaras de los vehículos. "Digamos que un propietario tenía un objeto muy distintivo en su aparcamiento, era el tipo de cosas que se publicaban en mensajes privados".

Lotus Espirit de Elon Musk, CEO de Tesla

De hecho, tres años atrás, un empleado se encontró con un vídeo de un vehículo que puede ser sumergido. Resultó ser el Lotus Espirit que se mostró en la película La espía que me amó, de James Bond. Ese vehículo pertenece a Elon Musk. El CEO de Tesla lo adquirió en una subasta por 968.000 dólares en 2013.

Se desconoce si Musk está enterado de la existencia del vídeo de su garaje o que este fue compartido por sus empleados en las oficinas de Tesla.

Aunque Reuters no fue capaz de obtener ninguna de las imágenes, el reporte se publicó tras contactar a más de 300 ex-empleados de Tesla que trabajan en el equipo de desarrollo de la conducción autónoma total. De ellos, contestaron doce, de los cuales nueve fueron entrevistados.