Con algunos alimentos es complicado saber si están en mal estado y ha llegado el momento de desecharlos. Por ejemplo, ¿cómo sabemos si el queso azul está malo? Al fin y al cabo, incluso en perfectas condiciones, está inundado con hongos. Ocurre lo mismo con otros muchos alimentos. Es difícil saber hasta cuándo son seguros.

Sobre todo es complicado con los alimentos frescos, sin envasar. Siempre podemos guiarnos con la fecha de caducidad o de consumo preferente. Y también con el número de días en los que se aconseja el consumo, una vez abierto el envase. Pero, si no hay envase, es más complicado.

Por eso, vamos a ver algunos ejemplos de alimentos en los que es un poco confuso saber cuándo se pueden comer. Y, de paso, repasaremos por qué se usan los métodos que se emplean con algunos de ellos para determinar si están en mal estado. 

El queso azul y los hongos buenos y malos

queso azul
Jez Timms (Unsplash)

Dicen que el queso azul se descubrió por casualidad en la Edad Media, cuando los quesos se curaban en cuevas. Alguien dejó junto al queso una barra de pan a medio comer y, cuando volvió, el moho que se había adueñado del pan había crecido también sobre este producto lácteo, dándole un increíble buen sabor.

Y es que eso es lo que le da al queso azul su color característico: el moho. Por eso, es uno de esos alimentos en los que es difícil saber cuándo se han echado a perder. Lo primero que debemos tener en cuenta es que no todos los hongos son comestibles o seguros. El queso azul sigue una serie de controles de seguridad para asegurar que no contiene ninguno peligroso. Generalmente, los causantes de su aspecto son dos: Penicillium roqueforti y Penicillium glaucum. Como otros hongos, estos también producen toxinas, pero la mayoría son inocuas o seguras a las dosis que se generan en el queso. 

Ahora bien, llega un momento en que, como ocurre con otros quesos, otros microorganismos menos seguros comienzan a proliferar en el queso azul. Uno de los consejos que se suele dar para percibir cuando esto ocurre es buscar un olor similar al amoniaco. Según explicó la maestra quesera Carie Wagner al medio The Take Out, si huele solo un poco no hay problema. No obstante, a medida que este olor se hace más intenso, sí que puede ser señal de que está en mal estado. Por otro lado, es importante tener en cuenta que solo es normal ver las típicas vetas azul verdoso. Si, además, hay moho negro o gris, o unos racimos brillantes, rosas o amarillos, algo viscosos, habría que tirar el queso azul a la basura de inmediato.

Por eso, como con otros alimentos, lo recomendable es comprar cantidades pequeñas, para consumirlo en un par de semanas como mucho. 

Cuándo son demasiadas las manchas oscuras del aguacate

aguacate que no se oxida

El aguacate es un poco traicionero. Un día está demasiado verde para consumirlo y, de repente, poco después, ya se ha pasado de maduro. Hay incluso memes sobre su rapidez a la hora de madurar. Parece que nunca está en el punto perfecto. ¿Pero cuándo, además de maduro, podemos decir que está echado a perder?

Hay varios trucos para detectarlos. Se puede ver desde fuera. Por supuesto, si tiene moho, hay que tirarlo. No es un queso azul. Pero hay algunos detalles más sutiles. Por ejemplo, si la piel cambia de color o se hunde al apretarla, ha llegado el momento de desecharlo.

Ahora bien, la confusión llega a veces cuando lo abrimos. Es bastante habitual que tenga manchas oscuras en la pulpa. Esto se debe al proceso natural de oxidación de la carne del aguacate. Si, por ejemplo, guardamos uno cortado por la mitad, tardará muy poco en oscurecerse por completo, ya que no cuenta con la protección de la piel y está expuesto plenamente al oxígeno. Ahora bien, ¿qué pasa si encontramos esas manchas nada más abrirlo?

Puede ser que haya solo unas pocas. Esto se suele deber a que han llevado algún golpe o, quizás, a que alguien lo apretó en la frutería para ver si estaba maduro. Esto ocurre porque las células del aguacate, como las de otras frutas, como la manzana, contienen unas enzimas, llamadas polifenoloxidasas. Si se golpea o aprieta la fruta, las células se dañan y liberan estas enzimas, que actúan localmente acelerando la oxidación. En esos casos no hay nada que temer.

En cambio, si la pulpa está negra casi por completo, sí que se debe a que estos alimentos se han echado a perder, por lo que hay que desecharlos. Para los aguacates, además, es un mal indicador si, aparte de negra, la pulpa está fibrosa.

Alimentos con truco: puedes comer yogures caducados

yogur, close-up photo of white cream in clear shot glass
Foto por Sara Cervera en Unsplash

Sí, se pueden comer yogures adecuados. De hecho, estos alimentos tienen fecha de consumo preferente, no de caducidad. Ahora bien, ¿cómo sabemos entonces si están en mal estado?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que la fecha de consumo preferente marca cuándo se pueden empezar a dañar sus propiedades sensoriales. Es decir, su textura, aroma y sabor pueden cambiar un poco, pero sigue siendo seguro su consumo.

En cambio, hay un punto en el que deja de serlo. Este se puede detectar de varias formas. Por supuesto, la presencia de moho indica que ese yogur debe ir a la basura. Volvemos a lo mismo: no es un queso azul. Además, si tiene un exceso de líquido, es mala señal. Es normal que tenga un poco de suero, pero, si es demasiado, indica que se ha empezado a echar a perder. Por último, aunque es normal que la textura y el aroma cambien cuando pasa el consumo preferente, si llega un momento en que la textura es grumosa y el olor es rancio o agrio, como el de la leche cortada, ese yogur ha llegado al final de su vida. 

Ya te sabes el truco de los huevos, ¿pero a qué se debe?

congelar huevos
Cara Beth (Unsplash)

A simple vista, es difícil saber si los huevos están en mal estado. Sin embargo, con estos alimentos no hay duda. Casi todo el mundo conoce el típico truco consistente en introducirlos en el agua y ver si flotan. Ahora bien, ¿sabemos a qué se debe?

En realidad, la explicación es muy sencilla. Algo flota en el agua cuando su densidad es menor que la de esta. Normalmente, la densidad de un huevo es mayor que al del agua, por eso se hunden. Sin embargo, cuando estos alimentos están en mal estado, comienza a producirse la descomposición de su contenido, por parte de bacterias.

Se suele decir que flotan porque tienen más gas, pero esta no es la respuesta exacta. Si el gas se mantuviera en el interior del huevo, no flotarían, ya que la densidad seguiría siendo la misma. Lo que ocurre es que el huevo es poroso, por lo que parte de ese gas sale al exterior. Dado que ese gas procede del contenido del huevo que antes contribuía a su masa, pasa a pesar menos. La densidad es igual a la masa dividida entre el volumen. Puesto que el volumen del huevo no cambia, si la masa disminuye también lo hace la densidad. Así, esta se hace menor que la del agua y el huevo flota. Una vez que llega a la superficie, cógelo y tíralo a la basura. Ni se te ocurra comerlo.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: