Un día como hoy en 1986, a la 1:23 de la mañana, un ejercicio rutinario de comprobación del sistema de refrigeración en el reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl acabó en una tragedia sin precedentes. En cuestión de segundos, el vapor hizo estallar el techo del reactor, liberando a la atmósfera y a la ciudad circundante una gran cantidad de gases y trozos de escombros con altos niveles de radiación.

Hoy, 37 años del desastre, repasamos quiénes fueron las cuatro personas clave en el desarrollo de los eventos. Desde la explosión de la central nuclear de Chernobyl, hasta la campaña de control de daños que tanto la Unión Soviética, como también la comunidad internacional, tuvo que llevar a cabo para evitar una catástrofe mayor.

Arquitectos, políticos, ingenieros y familias. Todos los miembros de la Unión Soviética se vieron sacudidos por el desastre de Chernóbil. Muchos de estos personajes han aparecido en obras de ficción sobre esta catástrofe, como Chernobyl, la adaptación del suceso a miniserie por parte de HBO Max, por lo que seguro te sonará el nombre de más de uno. No obstante, no olvides que fueron víctimas de una de las mayores tragedias humanas y biológicas de nuestra historia.

Anatoly Dyatlov, ingeniero jefe adjunto de operaciones en la central de energía atómica de Chernobyl

Anatoly Dyatlov en el centro de la imagen, ingeniero de Chernobyl
Anatoly Dyatlov en el centro de la imagen

Dyatlov fue uno de los ingenieros nucleares más experimentados en la central nuclear de Chernóbil. A pesar de no ser considerado un hombre simpático por las personas que le rodeaban, era respetado en gran medida por sus conocimientos. Eso sí, para Anatoly Dyatlov la obediencia era obligatoria y el castigo el método. En poco tiempo, esto le ganó el odio de gran parte de aquellos que se encontraban bajo sus órdenes.

¿Dónde estaba Dyatlov la noche del accidente? Pues muy, muy cerca. El ingeniero estaba encargado de supervisar las pruebas de seguridad para el reactor 4. Cuando comenzó el proceso, se encontraba en su amargado humor habitual, y después de un error cometido por el joven Leonid Toptunov, Dyatlov insistió en continuar con las pruebas del reactor a pesar de que todas las señales apuntaban en la dirección opuesta. El resultado ya lo conocemos.

Leonid Toptunov, ingeniero superior de control de reactores, quinto turno, reactor n.º 4 en Chernobyl

Leonid Toptunov, ingeniero de la central nuclear de Chernobyl

Tras graduarse en el prestigioso Instituto de Ingeniería y Física de Moscú, Toptunov llegó a los mandos del centro nuclear de Chernóbil con apenas 25 años de edad. Leonid, quien había escrito su tesis en los detalles de la física de los reactores, conocía algunos de los procedimientos en caso de emergencia y otras circunstancias.

Toptunov tenía apenas dos meses de experiencia en el reactor 4, una zona conocida por su dificultad para controlar. De alguna forma, el ingeniero se saltó uno de los pasos esenciales para asumir control del reactor antes de que comenzase la prueba. Esto llevó a que la potencia de este cayera a números muy bajos, muy cerca del cero. Aunque los conocimientos de Leonid le indicaban que pusiera fin al proceso de prueba, Anatoly Dyatlov, su superior, le amenazó para que aumentara la potencia.

La prueba solo duró 36 segundos, momento en el que Toptunov pulsó el botón de apagado del sistema de seguridad de emergencia. El reactor se encontraba en un punto muy volátil, y este último proceso lo precipitó a su destrucción.

Maria Protsenko, arquitecta jefe de la ciudad de Prípiat

Protsenko, de origen sino-ruso y criada en la Unión Soviética, fue excluida del Partido Comunista por haber nacido fuera de las fronteras del país. No obstante, la mujer se las arregló para participar activamente en el desarrollo de la región y consiguió trabajo como arquitecta jefe en la ciudad de Prípiat. Aquí, se encargó de supervisar cada una de las construcciones, reprendiendo a todos aquellos obreros que hicieran un trabajo deficiente. Todo esto mientras llevaba a cabo planes de expandir Prípiat de los 50.000 habitantes para los que había sido diseñada, hasta los 200.000 que se proyectaban para el futuro.

Lamentablemente, el desenlace fue otro, pero Maria Protsenko no se dio por vencida y supervisó la evacuación de todos los ciudadanos de Prípiat. Con mapa en mano, planificó las salidas de todas las familias en cada uno de los bloques de apartamentos y, cuando llegaron los autobuses, fue la encargada de dar instrucciones a los conductores acerca de adonde debían ir.

Protsenko se quedó en Prípiat, con la esperanza de que pronto todos regresarían a sus hogares y el desarrollo de la región continuaría con más fuerza. Meses después, un oficial de la KGB la encontró en el corazón de la Zona de Exclusión dispuesta en Chernóbil para evitar la contaminación por radiación. Aquí, Maria solo tuvo una petición: que le ayudasen a trazar una valla para aislar del resto del mundo la ciudad que con tanto esfuerzo había construido.

Valery Legasov, primer subdirector del Instituto Kurchatov de Energía Atómica

La mañana del sábado 26 de abril, Legasov se enteraba del incidente de Chernobyl durante una reunión ordinaria del Partido. Debido a su posicionamiento en lo más alto del estamento científico soviético y los prestigiosos premios que había recibido durante sus años de carrera, se le ordenó que formase parte de la comisión gubernamental que se encargaría de estudiar lo sucedido en la central nuclear.

Valery Legasov no tenía demasiados conocimientos sobre reactores nucleares. No obstante, el caos y la incompetencia que presenció sacudieron sus convicciones políticas más profundas. El científico fue testigo en primer mano de la torpeza del socialismo mientras intentaba de todas las formas contener las consecuencias de la explosión de Chernóbil.

La cantidad de radiación recibida durante esos días hicieron mella en la salud de Legasov. Lamentablemente, su carrera tampoco acabó muy bien parada, fracasando en todos sus intentos para reformar el sistema científico soviético.