El octavo episodio de The Last of Us, de HBO, mostró en sus secuencias finales la adaptación de uno de los momentos más duros del videojuego, que se convertirá en un punto y aparte para Ellie. También desarrolla y muestra un momento pivotal en la relación entre ella y Joel. El personaje de Pedro Pascal usó el apelativo baby girl mientras abrazaba a la adolescente, que acababa de matar a su agresor para evitar ser violada.
El apodo es el que Joel empleaba para referirse a su hija Sarah y que no volvió a utilizar desde la muerte de esta última durante el primer episodio de la serie.
Empezó insistiendo en que Ellie era una "cargamento" que debía proteger, pero ahora Joel le dedica el mismo trato afectuoso que alguna vez tuvo con su hija. Lo que termina por marcar el tono paternal en la relación que les une. Asimismo, el futuro de las decisiones que el hombre tomará de cara a la conclusión de la primera temporada de The Last of Us y la ya confirmada segunda temporada.
Ya en su tramo final, The Last of Us logró encontrar la manera de incluir la icónica expresión con naturalidad. Al mismo tiempo, demostrar que todo lo narrado hasta ahora tiene un nuevo sentido, debido a la experiencia padecida a manos del grupo de sobrevivientes liderados por David (Scott Shepherd).
Ellie sufrió un trauma considerable, que podría repercutir en su comportamiento en el futuro. Por otro lado, Joel comprendió que la niña que estaba bajo su protección ha llegado a ser una parte importante de su vida. La combinación de ambas cosas hace que el escenario, de cara a la llegada al cuartel de las Luciérnagas, cambie por completo. ¿Cuál será la decisión que el hombre tome una vez que deba entregar a su joven acompañante al grupo subversivo?
Un largo camino a punto de llegar a su fin
La producción de HBO, hasta ahora, ha logrado adaptar buena parte del material original sin perder la posibilidad de experimentar con información extra que tiene más sentido en una serie que en un videojuego. El octavo episodio de The Last of Us profundizó, además, en el mundo apocalíptico, más allá de los infectados y el caos de una sociedad sin reglas. En esta ocasión, mostró la manera en que las creencias y el dogma religioso pueden convertirse en una excusa para un tipo de violencia grotesca. Un reverso de la placidez ordenada de Jackson, el enclave aislado en que vive Tommy, hermano de Joel, encarnado por Gabriel Luna.
La congregación terminó sometida a la dominación de David utilizando el miedo mezclado con la fe. Algo que Ellie confronta y que termina venciendo en medio de una de las escenas más brutales de la temporada.
Asimismo, que tal y como señaló David, el personaje tiene una naturaleza agresiva poco explorada hasta ahora. La combinación de ambas cosas dio a The Last of Us la oportunidad de explorar la parte más agresiva del ser humano, convirtiéndose en su peor enemigo. Y de paso, abrir una pequeña ventana para ser testigos del lado más sangriento de Joel.
Al mismo tiempo, el guion de Craig Mazin también muestra cómo las personas son capaces de ser nobles y leales aún en las peores condiciones posibles. La llegada de Joel en busca de Ellie y el abrazo con que la sostiene, son un mensaje directo del cariño que comparten. Ambos ayudan a comprender los contrastes de una historia que va desde la crueldad más perversa hasta uno de los momentos más emotivos e íntimos que hemos visto a lo largo de The Last of Us.
El futuro de The Last of Us
Para el cierre del octavo episodio de The Last of Us, la gran pregunta es cuánto afectó a Ellie la experiencia vivida y cuáles serán sus implicaciones en el futuro. Quienes jugaron el clásico de Naugthy Dog saben lo que sigue y cómo acaba la historia. Pero, ahora, la serie deberá mostrarnos, a su manera, la forma en que este hecho traumático la transformó.
Con todo, reforzar la relación de los protagonistas de The Last of Us permite brindar múltiples matices a ambos. Lo que será de gran importancia para su conclusión y los acontecimientos que narrará la ya confirmada segunda temporada.