Succession, de HBO y disponible en HBO Max, siempre ha sido una batalla por el poder y la influencia. Tan encarnizada, cruel y perversa como para que cada miembro de la familia Roy asuma la posibilidad de perderlo todo al más mínimo error. Precisamente con ese mismo argumento comienza su cuarta y última temporada.
Logan Roy (Brian Cox) acaba de vencer a sus hijos en el juego estratégico de la venta de Waystar RoyCo. Lo que, además, atestó un golpe mortal a la precaria complicidad entre ellos. Shiv (Sarah Snook) descubrió que cuenta con menos apoyo del que pensaba en la negociación de la que depende su lugar en la empresa.
Por su parte, Roman (Keiran Culkin) y Kendall (Jeremy Strong) comprendieron que la influencia de su padre tiene mucho de capacidad para predecir sus argucias. De modo que, metidos en la misma trampa y con posibilidades mínimas de mantener su poder, los hermanos deben decidir cuál es el siguiente paso.
Succesion solo está disponible en HBO Max
El inicio de la cuarta entrega de Succession muestra cómo la estructura interna de Waystar RoyCo se tambalea. No importa si el triunfo es de Logan y su intención de desmembrar el centro de las ambiciones de los que le rodean. El problema radica en que la compañía es más frágil de lo que podía suponerse y solo el patriarca sabe con exactitud hasta qué punto. Por supuesto, es el mejor truco de la serie hasta ahora para mostrar el panorama de enfrentamientos entre sus personajes. La venta no es únicamente la cúspide de la codicia de un grupo familiar envenenado por las tensiones, es también un movimiento audaz para evitar la caída definitiva del imperio.
Succession
La cuarta y última temporada de Succession comienza sobre las cenizas de lo ocurrido en el cierre de la anterior. Roy Logan triunfó, pero no de forma tan total y definitiva como quería. Sus hijos saben que todavía pueden evitar una fusión que les apartará del camino al poder. Aún sin recursos para enfrentar a su padre, deben replantear sus armas para la lucha, sus lealtades y nuevos apoyos. La última temporada de la serie comienza con lo mejor de su conocido estilo. La derrota de los herederos se extiende como una onda expansiva, pero todavía existe una posibilidad de triunfo. Todo dependerá de lo que pueda hacer el patriarca familiar para destrozar por completo la breve alianza que unió a Shiv, Roman y Kendall.
El peligroso juego de engaños continúa en la última temporada de Succession
Si la temporada anterior cerró con Roy en la plenitud de su poder tras atestar el golpe definitivo contra sus herederos, ahora el panorama es distinto. Pese a que la nueva entrega comienza casi inmediatamente después de los acontecimientos de la traición de Tom (Matthew Macfadyen), el cabeza de familia debe encontrar la manera en que la próxima negociación le beneficie. No es fácil, tampoco será tal y como lo imaginaba. Succession plantea que el camino hasta el éxito pasa por mantener a sus hijos fuera de cualquier decisión.
Pero no todo será tan sencillo como lograr polarizar la circunstancial sociedad entre Roman, Shiv y Kendall. En realidad, el personaje interpretado por Brian Cox necesita estabilizar los escombros después de la caída.
Y eso significa pactar. Lo sabe, aunque no lo dice. Pero la venta no es un proceso inmediato y es preciso que pase desapercibido que la transacción tiene un objetivo concreto para evitar una posible pérdida de activos significativa. La reestructuración de Waystar RoyCo se ha convertido en un paraje complicado. Por un lado, la presión de Lukas Matsson (Alexander Skarsgård), que insistió en que la fusión se llevara a cabo en sus términos, debilitó la estrategia del patriarca. Por otro, el riesgo de que la venta — o los engaños que la acompañan— termine por desviar sus planes de futuro control total está siempre latente.
Una y otra vez, el primer capítulo de la cuarta temporada de Succession recuerda que este es el final. Que la lucha será a muerte — ¿también en el sentido literal? — y el vencedor lidiará con los perdedores, que continuarán siendo peligrosos incluso sin armas. Durante los primeros diez minutos, el episodio resume lo que puede ocurrir de ahora en adelante. ¿Habrá una negociación incómoda que deje a Logan con su poder reducido, pero con la ganancia necesaria para retirarse sin perder su posición? Al menos, es lo que él espera mientras intenta, junto a Kerry (Zoe Winters), evitar que sus hijos puedan reunificar fuerzas.
Los Roy, enemigos en la última batalla
La victoria de Logan se ha convertido en una onda expansiva. Cada uno de sus hijos necesita replantear estrategia y lealtades. Para Roman, todo está claro. Continuará oponiéndose al organigrama sin nombres que supone la fusión, aunque el interés personal comienza a primar sobre su frágil voluntad de colaborar con el resto de su familia. ¿Qué podría ganar enfrentándose a su todopoderoso padre? No hay respuestas simples. Pero, al menos, sabe que la alianza con sus hermanos no fue tan útil como defender, por primera vez, sus intereses.
¿Existe alguna otra opción? Con sus hermanos aplastados por el desánimo, Roman da un paso atrás y valora qué dirección tomar. ¿Una complicidad inútil o una negociación turbia, pero que le brinde alguna ganancia personal? En Succession, ganar no siempre significa que el camino a seguir esté claro. Los Roy solo necesitan triunfar, incluso de manera parcial. Lo más importante es que cualquier rival pueda avanzar.
Al menos, esa es la convicción de Shiv cuando asume que Tom tiene toda la información necesaria para derrotarla, como ya ha hecho. El matrimonio, herido de muerte tras el final de la temporada anterior de Succession, no se recupera. Aun así, como digna hija de su padre, prefiere asumir la derrota y sacar ventaja, incluso la más mínima que las circunstancias puedan ofrecer. La fractura entre ambos es insostenible y duradera, pero la pareja se mantendrá junta mientras encuentra una forma de triunfar.
Tal como supone Kendall, el enfrentamiento ya no será solo sobre estados financieros o la posibilidad de que Waystar RoyCo les pertenezca. Logan triunfó, pero el escenario de Succession es mucho más inestable de lo que podría suponerse. El nuevo movimiento de la serie definirá hacia dónde se dirigirán las fuerzas en pugna.
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¿Logrará el cabeza de familia apartar a sus hijos de la vengaza, incluso sin saber qué forma tomará? ¿Podrá Shiv mantener a sus hermanos unidos? ¿Roman romperá el frágil equilibrio? Por ahora, Succession guarda bien sus secretos. La serie no ha mostrado hacia dónde se dirige su argumento de cara al final de su historia. Uno de los puntos más altos de este ambiguo primer episodio de temporada.