Si algo distinguió a Ted Lasso en sus dos temporadas anteriores fue su optimismo, buenas intenciones y gran corazón. Pero, en concreto, centrar el interés de su argumento en la integridad de sus personajes. Por ese motivo, la traición de Nate (Nick Mohammed) al volverse contra AFC Richmond y entrenar a West Ham sorprendió. El cierre de la entrega anterior implicó que el final de la serie tendría que hacer frente a la posible vulneración de su argumento central.

Sin embargo, los nuevos episodios de la historia de Ted Lasso están más interesados en dejar claro que Ted (Jason Sudeikis) sigue esforzándose por ser optimista. De nuevo al frente del equipo, su intención es obvia. Vencer. No importa que el enemigo tenga un rostro conocido y que sea, además, símbolo de sus temores. Algo que se exploró a fondo durante los anteriores capítulos y que en los más recientes es un trasfondo que no deja de resultar amenazante. El entrenador deberá superar su punto más bajo y avanzar hacia un nuevo horizonte.

Todo pese a que el AFC Richmond ya es considerado el evidente perdedor. La serie se toma muy en serio precisar que hay pocas o nulas posibilidades de que el equipo logre el triunfo. Algo que el argumento ha hecho antes, pero que ahora tiene cierto aire de conclusión. Es evidente que los guionistas Brendan Hunt, Joe Kelly, Bill Lawrence y el propio Jason Sudeikis desean brindar a Ted Lasso un toque de gloria épica. La sensación de que el desafío inminente será el todo o nada que suele ser parte de los momentos cruciales de los dramas deportivos.

Ted Lasso

La tercera temporada de Ted Lasso recupera el optimismo de la primera, pero tiene poca evolución durante sus primeros episodios. Con un protagonista con ansias de ganar el campeonato con un equipo que tiene todas las de perder, no hay mucho que añadir a la conocida premisa de la producción. Aun así, el guion conserva toda la alegría optimista e ingenua que la hizo famosa. Con una historia que avanza hacia su final, todavía hay muchas preguntas que responder. ¿Será la serie capaz de hacerlo? Esa es la mayor incógnita que tiene por delante el regreso a la pantalla de Apple TV+ de una de sus series más emblemáticas.

Puntuación: 4 de 5.

Ted Lasso, un apoteósico final para una serie entrañable

Pero en Ted Lasso nada es tan directo y es una de las cosas que se agradece de la serie. Antes de llegar a la conclusión, primero el personaje titular debe reponer el ánimo. También luchar contra la irritante insistencia de Rebecca (Hannah Waddingham), obsesionada con derrotar a su exmarido. Más allá de eso, la serie debe transformar el enfrentamiento entre dos rivales jurados en una idea épica sobre las buenas y malas razones al tomar importantes decisiones.

Antes, el tema central del argumento había sido el problema de la fe y la voluntad de las buenas acciones contra una idea práctica del mundo. Ahora la premisa es más sutil y está mejor trabajada. Ted Lasso debe encontrar la manera de llevar a su equipo a vencer sus deficiencias y limitaciones.

Aunque también debe enmendar las propias. En un punto bien narrado, la temporada pasada dedicó interés a profundizar en sus inseguridades, problemas de pánico y miedo. De modo que, ahora, el objetivo de Ted es superarlos, no solo en el terreno de juego, sino también en su vida personal.

En sus cuatro primeros episodios, la última temporada de Ted Lasso regresa a la pregunta de en qué consiste el triunfo. ¿Son decisiones de origen estratégico como incluir al delantero Zava (Maximilian Osinski)? ¿Se trata de confiar en la habilidad de un equipo menospreciado y superar las dudas sobre sus capacidades?

La respuesta no está clara y es evidente que la historia basará su argumento en una culminación apoteósica. Pero, más allá de eso, resulta de enorme interés la forma en que el guion recupera su sentido de un heroísmo casual y casi doméstico. Lo verdaderamente importante está en las pequeñas cosas, repiten los personajes. También en la forma en que cada uno de ellos comienza un lento trayecto hacia un reencuentro con sus mejores virtudes personales.

Ted Lasso empezó como un personaje de anuncio

Más ambiciosa, pero con algunos fallos

La novedad en la nueva entrega de Ted Lasso es que, además de construir una narración que evidentemente se encamina al final, la serie reformula su premisa. Con capítulos de una hora, la trama se enfrenta a un cambio de ritmo en sus diálogos, escenas y en la forma de resolver sus conflictos. ¿Logra resolverlo?

En sus dos primeros episodios, la tercera temporada de Ted Lasso muestra algo de torpeza. Hay cabos sueltos sin atar, que terminan por ser giros argumentales que no se resuelven de inmediato con habilidad. No se sabe bien lo que ocurre entre Roy (Brett Goldstein) y Keeley (Juno Temple) y tampoco se profundiza en la angustia de Ted. Este último elemento tuvo una relevancia considerable en la anterior entrega y regresa a la actual sin que haya una evolución en su análisis. ¿Es necesario mostrar de nuevo el pánico del personaje ante el futuro?

A la vez, la historia sigue la vida — y aparente madurez — de Jamie (Phil Dunster), más allá de su identidad como irritante héroe local. Incluso en lo concerniente al restaurante de Sam (Toheeb Jimoh). Todo mientras el entrenador continúa en medio de un vaivén emocional sobre su capacidad y su habilidad para llevar el equipo al triunfo. 

Las sorpresas que Ted Lasso se está guardando están a punto de ser reveladas

Quizás, lo que se echa de menos en la tercera temporada de Ted Lasso es una verdadera evolución en los personajes o de las situaciones que viven. Algo que comienza a ser importante cuando el anuncio de la conclusión es una especie de contexto con el que lidiar entre capítulos. 

Ted Lasso siempre ha sido una producción que enfoca todo su interés en una bienintencionada mirada sobre el futuro y el presente. Ahora, con el peso de cerrar todas sus historias en una temporada, parece tener problemas para llegar a un final natural. 

¿Todo se resolverá en un partido de vida o muerte? ¿Habrá un cierre de cada conflicto planteado en el recorrido hacia un triunfo casi ideal? La serie no lo aclara de inmediato, pero todo parece indicar que, como siempre, tiene más de una sorpresa bajo la manga. Un último juego que demuestre su capacidad para emocionar. 

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