Un equipo de científicos chinos ha encontrado agua en las perlas de vidrio de impacto ubicadas en un cráter lunar. No es la primera vez que se encuentra agua en la Luna. Sin embargo, esta es una ocasión única, pues es un enclave nuevo, que indica la presencia de posibles masas de agua que amortiguarían el ciclo de esta en nuestro satélite.

Cabe destacar que la búsqueda de agua en la Luna es esencial de cara a un futuro. No solo para conocer mejor cómo se formó. También porque ayudaría a los astronautas que colonicen nuestro satélite a no tener que transportarla desde la Tierra. Existen opciones como obtenerla de la orina, pero esta sería una forma más agradable.

El problema es que, de encontrar agua en la Luna a poder convertir esas reservas en surtidor, va un largo camino. No podemos olvidar que el agua líquida no puede permanecer en la superficie y el vapor sería descompuesto por la luz solar. Generalmente suele encontrarse como hielo en las zonas sombreadas o como una capa fina de gas sobre la superficie. Sin embargo, las masas de agua que se han encontrado hasta el momento no concuerdan con un ciclo del agua que permita que esta se mantenga en el satélite, del mismo modo que en la Tierra. Es decir, debe haber un equilibrio entre la liberación, retención y reposición del agua en la Luna. En este ciclo faltaba una pieza y, ahora, los científicos detrás de la misión Chang’e-5 creen que la han encontrado.

Vidrios de impacto: una nueva fuente de agua en la Luna

Si solo nos ceñimos a la que se ha encontrado hasta el momento, el agua en la Luna se perdería poco a poco. Por eso, los científicos llevan años planteando la posibilidad de que exista una capa hidratada en las profundidades del suelo de nuestro satélite que sirva como amortiguadora del ciclo de agua.

Para comprobarlo, se ha analizado multitud de granos minerales y rocas, recogidas en misiones diferentes. Pero no se ha podido dar con ese tan buscado depósito. Al menos no se había podido hasta ahora.

Y es que, en un estudio publicado en Nature Geoscience, un equipo de científicos de varios centros de investigación china han descrito el que podría ser ese amortiguador del ciclo del agua en la Luna.

Se trata de los vidrios de impacto encontrados en el cráter en el que se posó Chang’e-5. Estos vidrios se forman por el enfriamiento de la roca que sale disparada tras impactar en la superficie un meteorito. Esta se somete a una gran presión, se calienta y luego se enfría bruscamente, dando lugar a cuentas de vidrio. La presencia de este vidrio no es algo nuevo. Sin embargo, esta vez ha llamado la atención de los científicos; ya que, al analizar su composición química, han encontrado hasta 2.000 μg/g de agua. 

agua en la Luna
Prof. HU Sen’s group

El papel de los vientos solares

Cuando se está buscando el origen del agua sobre un planeta o un satélite, se suele analizar la proporción de isótopos de hidrógeno. Veamos qué quiere decir esto.

La molécula de agua, H₂O, está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Sin embargo, no siempre se trata del hidrógeno que encontramos más abundantemente en la Tierra. También puede haber lo que se conoce como isótopos. Estas son variantes de un mismo átomo, más o menos ligeras. En este caso, en el agua podemos encontrar átomos de deuterio, que es un isótopo de hidrógeno más pesado que el convencional.

En la Tierra, por ejemplo, hubo una época en la que se pensaba que toda el agua procedía del impacto de asteroides. Sin embargo, la proporción de deuterio no cuadra. Hay algunas moléculas más ligeras, con una cantidad menor de deuterio, que no concuerdan con la teoría del asteroide. Esto se solucionó hace años, al comprobar que se trata del efecto de los vientos solares, que pueden transformar en agua las rocas presentes en la capa más superficial de un objeto. 

Y eso precisamente es lo que parece haber pasado con este amortiguador del agua en la Luna. Las cuentas de vidrio que se encontraron en el cráter contenían una proporción de deuterio que cuadraría con el agua formada por vientos solares.

Es un hallazgo muy interesante, que nos deja un paso más cerca de comprender el comportamiento del agua en la Luna. Todavía queda bastante tiempo para que se instalen las primeras bases lunares, así que aún se puede intentar saber más. Sin duda, estos científicos seguirán tirando del hilo que acaban de encontrar.