Twitter restringirá el acceso gratuito a su API a partir del 9 de febrero, cuando lanzará en paralelo una versión de pago como única alternativa. La API de Twitter es un conjunto de funciones que los desarrolladores pueden integrar en sus propias aplicaciones para interactuar con el servicio y los datos contenidos en la red social. La mayoría de plataformas y servicios ofrecen una API ya que ofrece valor al desarrollador y éste a la plataforma.
El aviso de esta nueva política sólo ofrece una semana de plazo a los desarrolladores para adaptarse a los cambios y no ofrece detalles ni de las funciones que incluirá ahora la API de Twitter ni de su precio o diferentes planes. El abrupto mensaje no ha dejado indiferente a la comunidad de desarrolladores, que lamentan ver vilipendiada su labor: miles de servicios dejarán de funcionar si no pagan o se actualizan en una semana.
Esto no sólo perjudica al desarrollador, sino al propio servicio de Twitter. Numerosos bots aportan valor añadido a la plataforma, bien sea ofreciendo funciones con las que el servicio no cuenta, o aportando información que, indudablemente, es de interés público.
¿Qué va a dejar de funcionar tras los cambios en la API de Twitter?
«Durante los últimos años, cientos de millones de personas han enviado más de un billón de tuits, con miles de millones cada semana», dijo Twitter anunciando a su vez que «los datos con los que cuenta Twitter son una de las fuentes de información más poderosas del mundo» y que están comprometidos a ofrecer un acceso a la API «rápido e integral». Eso sí, pagando por él. La próxima semana darán más detalles, dicen, pero la próxima semana es cuando se restringe el acceso gratuito, así que los desarrolladores han quedado en el limbo.
Los clientes
Los primeros afectados fueron los clientes de terceros como Tweetbot o Twitterrific, que ofrecían una experiencia de consumo diferente. Desde sus inicios, Twitter ha ofrecido una API capaz de usar sus principales funciones. Gracias a las aplicaciones de otros, Twitter obtuvo ideas que posteriormente aplicó en sus propias aplicaciones como el deslizar para refrescar.
Sin aviso ni explicación alguna, restringieron el acceso de esos clientes para, días más tarde, anunciar que incumplían una difusa y abstracta norma que promulgada días más tarde. Musk actúa y luego lo justifica. O lo intenta.
Los bots informativos o que añaden funciones
Cuentas automatizadas dejarán de funcionar a no ser que el desarrollador pague la tarifa para usar la API de Twitter que todavía está por anunciar. Muchos de ellos han sido programados con el único propósito de ofrecer valor a la comunidad. Ahora Twitter les cobrará por ello aunque, en realidad, estén ya trabajando por ofrecer valor a la plataforma.
Obviamente, no todos los bots aportan a la plataforma. La mayoría son diseñados para realizar spam o usados como herramienta de propaganda política pagados por algún partido, organización o estado para apoyar sus propios intereses dentro del debate y discurso públicos.
Curiosamente, son estos malos actores los que se pueden permitir pagar por el acceso a la API de Twitter, pues están obteniendo un beneficio directo o indirecto pese a que, en lugar de ofrecer valor añadido a los usuarios, degraden la plataforma con sus prácticas.
El objetivo de Musk era acabar con los bots, pero puede que sólo acabe con los bots que ofrecían algo bueno y sólo se queden los que hacen publicidad de criptomonedas y los de propaganda rusa.
Las investigaciones
Numerosas universidades usan la información de Twitter para detectar tendencias del comportamiento humano. También empresas privadas. A través del lenguaje, se puede detectar los niveles de violencia, crispación o, simplemente, qué es lo que preocupa a cierto demográfico.
A estos datos sólo se podrán acceder ahora pagando, por lo que sólo las organizaciones que puedan permitírselo podrán seguir con su labor. Esto podría crear sesgos de información a estudios que ya de por sí están obviamente condicionados por las ideas y creencias del investigador.
Muchas webs y servicios tendrán que pagar
Publicar un artículo y que se comparta directamente en Twitter sólo es posible gracias a la API. Ahora WordPress, Substack y similares deberán de pagar por ello para ofrecer esa función fundamental a sus usuarios. YouTube, Facebook… casi cualquier servicio ofrece una API de acceso gratuito para estos propósitos, pero ahora Twitter cobrará por ello. Las grandes empresas se lo pueden permitir, pero tal vez no ocurra lo mismo con los servicios y aplicaciones de desarrolladores independientes, pues todavía no se han dado a conocer las tarifas.
Ideas de bombero con el agua al cuello
Musk está en problemas. Tiene que pagar una cuantiosa deuda y Twitter no da tanto dinero, así que tiene que sacar todo el jugo posible al servicio. Cobrar por el acceso a la API a las grandes empresas –ofreciéndoles herramientas de inteligencia avanzadas– era una de las ideas que los analistas y periodistas de tecnología han propuesto desde que se confirmó la compra, pero limitar unilateralmente la puerta de entrada a tu servicio a todos los programadores podría ser perjudicial.
Mientras tanto, Musk está ocupado estos días comprobando desde su cuenta si el algoritmo promociona mejor los tuits de las cuentas cerradas o las abiertas. Está todavía investigando.