Realme parece saber más que nadie que competir en la gama alta, donde los smartphones destacan principalmente por su apartado fotográfico, es cada vez más complicado. Por tanto, la única opción para intentar hacerse un hueco en esta reñida categoría de producto dominada por Samsung, Apple o Xiaomi, es apostar por un smartphone que principalmente destaque en otra área. La que ha escogido la compañía asiática propiedad del grupo BBK con su nuevo Realme GT 3 es, sin duda, muy interesante.

El nuevo buque insignia de Realme, anunciado durante el Mobile World Congress de 2023, llega con una carga rápida de hasta 240 W como característica estrella. La más rápida del mundo disponible comercialmente, superando, por supuesto, los 150 W de la tecnología UltraDart que la propia Realme reveló durante el congreso de telefonía móvil del año pasado.

La potencia de carga, por supuesto, no es un punto decisivo a la hora de comprar un smartphone, por lo que el Realme GT 3 también destaca en otras áreas que tal vez sí pueden convencer a alguien a la hora de adquirir este modelo frente a otro de su competencia.

Una de ellas es su diseño, que precisamente también está inspirado en otro de los puntos clave de este Realme GT 3: el rendimiento. De hecho, el nuevo móvil de Realme tiene una parte posterior un tanto llamativa y, sobre todo, muy diferente al resto de smartphones de gama alta de los fabricantes más tradicionales por un motivo en particular.

Diseño y rendimiento

Realme GT 3

Junto al módulo fotográfico, Realme ha incluido en su Realme GT 3 una especie de ventana donde se puede ver el procesador —o al menos una pegatina que simula ser el procesador—. Está bajo un cristal ligeramente opaco, y la serigrafía del chip solo se ve cuando la luz incide directamente, por lo que es bastante sutil; algo que, en mi opinión, es ideal. Principalmente, porque la estética refleja una de las claves de este smartphone. También porque presume de ese diseño gaming sin ser ostentoso.

A la ventana que muestra el procesador del Realme GT 3, además, le rodea una tira LED RGB que únicamente se enciende de forma momentánea al activar el Modo GT, una función que permite maximizar el rendimiento de la CPU y la GPU.

Por si te estás preguntando cuál es el procesador que se puede ver en la parte posterior de este smartphone, es el Snapdragon 8+ de primera generación. Por supuesto, SoC que se incluye en este dispositivo y el cual está acompañado con diferentes versiones de memoria RAM, que parten desde las 8 GB hasta las 16 GB, así como una variante de almacenamiento interno de 256 GB.

Es, por supuesto, una configuración más que suficiente para poder realizar cualquier tarea sin problema. De hecho, el Realme GT 3 puede ejecutar todo tipo de juegos con total fluidez sin necesidad de activar el Modo GT. Tal vez el rendimiento no esté a la altura de otros gama alta anunciados recientemente, como el Honor Magic 5 Pro; pero Realme tiene otra baza: la carga.

Así funcionan los 240W del Realme GT 3

Realme GT 3 240W

Vayamos por partes. El Realme GT 3 cuenta con una batería de 4.600 mAh, una capacidad más que suficiente para poder aguantar durante todo el día con un uso medio. Es decir, navegando por redes sociales, realizando alguna que otra fotografía, visualizando vídeos, etc. Con un uso más intensivo, en los que se incluyen juegos con gráficos al máximo, también es posible llegar al final del día, pero con un porcentaje considerablemente inferior, entorno al 10% o 5 % de batería. ¿Es un problema? Realmente, y teniendo en cuenta la velocidad de carga, no.

Los 240 W del Realme GT 3 permiten suministrar el 50 % de batería en apenas 4 minutos. El 100 % se completa en poco más de 9 minutos. Resulta realmente curioso ver cómo el porcentaje de batería del smartphone sube rápidamente nada más conectar el cargador.

Es, sin duda, un avance relevante respecto a otros smartphones de gama alta, sobre todo si tenemos en cuenta que un móvil con una carga considerablemente potente, como la de 120W del Xiaomi 12, tarda unos 20 minutos en cargarse. Eso sí, es importante mencionar que el terminal se calienta ligeramente cuando se conecta al cargador, pero no es nada alarmante. De hecho, Realme afirma que es algo normal. En cuanto la carga se completa, bastan unos minutos sin usar el dispositivo para que vuelva a su temperatura habitual.

Ahora bien, ¿es seguro cargar el terminal siempre a esta potencia? La compañía afirma que es posible realizar hasta 1600 ciclos de carga con el cargador de 120 W antes de que la capacidad de la batería caiga al 80 %, por lo que el uso de este cargador en el día a día no debería ser un inconveniente.

Su pantalla también es rápida, aunque de otra forma

Otra característica no tan relevante del Realme GT 3, pero también interesante, es su pantalla. El terminal, en concreto, cuenta con un panel AMOLED de 6,74 pulgadas. Tiene una resolución de 1240 x 2772 píxeles, así como una tasa de refresco de 144 Hz. Es una pantalla brillante, con unos colores muy bien calibrados y con una nitidez que no deja indiferente.

Su elevada tasa de refresco, además, hace que la experiencia de uso sea considerablemente mayor. Eso sí, no hay una diferencia considerable frente a los 120 Hz. Tal vez, eso sí, sea porque la mayoría de apps o incluso el propio sistema operativo no son compatibles con esta frecuencia de actualización, o porque estoy muy acostumbrado a los 120 Hz y el salto a los 144 Hz no es tan notorio.

Tres cámaras con una configuración muy familiar

Realme GT 3

Donde Realme se ha mostrado más conservadora respecto a la generación anterior y donde no han preferido destacar frente al resto, es en el apartado fotográfico. Ojo, esto no quiere decir que sea malo. De hecho, la configuración de cámara del Realme GT 3 es bastante interesante.

Nos encontramos, por un lado, con un sensor primario de 50 megapíxeles de resolución, así como una cámara ultra gran angular de 8 megapíxeles. El Realme GT 3 también cuenta con un tercer sensor adicional de 2 megapíxeles, que está dedicado a la fotografía macro.

¿Cómo se comportan estas cámaras? El sensor principal del Realme GT 3 hace un trabajo correcto cuando las condiciones lumínicas son buenas. Consigue capturar un detalle decente y unos colores que no pecan en cuanto a saturación. La estabilidad del sensor principal, además, es bastante buena. La cámara ultra gran angular, como es habitual, tiende a perder bastante detalle respecto al sensor de 50 megapíxeles, la tonalidad también es ligeramente diferente cuando capturamos imágenes con este segundo sensor, aunque es algo que se puede editar fácilmente a posteriori.


¿Es el Realme GT 3 una apuesta interesante en la gama alta?

Realme GT 3

Realme comercializará el Realme GT 3 globalmente a un precio de 649 dólares para su versión de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento interno. En Europa, su precio todavía es una incógnita, puesto a que no hay definida una fecha de lanzamiento, pero es probable que se sitúe entorno a los 700 o 750 euros. Ahora bien, ¿es una opción a tener en cuenta en la gama alta?

El Realme GT 3 tiene prestaciones que pueden resultar una ventaja frente a otros smartphones de su competencia. Por ejemplo, su principal rival, el Xiaomi 12T Pro, no cuenta con una carga rápida tan potente, ni con un diseño tan llamativo, o con una pantalla a 144 Hz. El problema, es que esos 240W o esa frecuencia de actualización más elevada, pese a que son puntos muy bienvenidos, no llegan a compensar las áreas en las que el 12T Pro saca pecho a este móvil de Realme: su cámara, que ofrece mejores resultados; y su batería, que es de 5.000 mAh.

El Xiaomi 12T Pro, además, también tiene una carga considerablemente potente. Apenas hay unos minutos de diferencia. Los 144 Hz, por otro lado, apenas se notan frente a los 120 Hz. Y todo esto, por unos 740 euros en portales como Amazon.

Por tanto, a no ser que Realme decida lanzar su nuevo smartphone a un precio mucho más atractivo que esos 740 euros por los que se puede conseguir el móvil de Xiaomi, el Realme GT 3 lo tiene complicado para batallar en la gama alta, pese a que su diseño gusta, su pantalla es muy buena y su rendimiento no deja indiferente a nadie.