A partir del martes, 7 de febrero, ya no será obligatorio llevar mascarillas en el transporte público en España. No se había decidido una medida de este tipo desde abril del año pasado, cuando se retiraron de algunos lugares cerrados. ¿Pero significa eso que ya no tendremos que usarlas nunca más, en ningún lugar del país? 

Esta es una pregunta que está surgiendo mucho en los últimos días. Sin embargo, el pasado jueves, el ministerio de sanidad anunció durante el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) que aún habrá que llevar mascarilla en centros y establecimientos sanitarios, con tres excepciones: ópticas, ortopedias y establecimientos de audioprótesis. Ahí ya no será obligatorio. 

Además, los expertos insisten en que, a pesar de que ya no sean obligatorias las mascarillas en el transporte público, si tenemos síntomas respiratorios deberíamos continuar llevándolas. No solo ahí, también en cualquier establecimiento cerrado. Al fin y al cabo, no todo es COVID-19. Este año, otras enfermedades respiratorias, como la gripe y el virus respiratorio sincitial, están haciendo un fuerte acto de presencia, por lo que será mejor prevenir que curar.

Si no hay que llevar mascarillas en el transporte público, ¿dónde sigue siendo obligatorio?

Los lugares en los que aún es obligatoria la mascarilla son los hospitales y centros de salud, así como centros sanitarios de atención especializada. Estos incluyen, por ejemplo, los dentistas, las clínicas de reproducción asistida o los centros de interrupción voluntaria del embarazo.

También seguirá siendo obligatoria en farmacias y en centros sociosanitarios como las residencias de ancianos. En estas últimas, se incluyen tanto los visitantes como los trabajadores, siempre que estén en contacto con residentes. Estos, en cambio, no tienen obligación de llevarla. 

Por lo tanto, aunque ya no haya que llevar mascarillas en el transporte público, aún se mantienen en algunos puntos. No debemos olvidar que recientemente la Organización Mundial de la Salud tomó la decisión de mantener la declaración del estado de pandemia por COVID-19. Lógicamente, estamos mucho mejor ahora, gracias a las altas tasas de vacunación.

Por eso España y otros países están retirando las pocas medidas de contención que quedan. Pero hay que seguir ojo avizor, pues la enfermedad no nos ha abandonado. Así que lo mejor es recordar que el hecho de que la mascarilla ya no sea obligatoria en ciertos sitios no quiere decir que esté prohibido usarla. Ante la duda, si hay posibles síntomas, o si somos personas de riesgo o convivimos con ellas, lo mejor será seguir utilizándola. En el transporte público y en cualquier lugar cerrado y mal ventilado.