Según un nuevo estudio, publicado por científicos de la Universidad de la Sorbona y la Universidad de Harvard, los cuadros de Monet podrían ser un magnífico indicador de cómo evolucionó la contaminación ambiental durante la Revolución Industrial. 

Es bastante interesante, pues se puede ver cómo en sus primeras pinturas es fácil distinguir el cielo del resto del paisaje. Sin embargo, a medida que pasan los años, estos bordes se van difuminando cada vez más. La imagen se vuelve borrosa e incluso los colores más fríos y menos vibrantes. 

Esto es algo que pasa con los cuadros de Monet, pero también de otros pintores. De hecho, los autores del estudio, publicado recientemente en PNAS, analizan también las de otro gran artista, el inglés Joseph Mallord William Turner. Este último, además, no solo reflejó la contaminación ambiental. También mostró otros fenómenos de la época, como la erupción de un famoso volcán. Todo esto constituye lo que los investigadores han bautizado como realismo contaminado

La niebla en los cuadros de Monet

Para la realización de este estudio, sus autores analizaron 38 cuadros de Monet pintados entre 1864 y 1901 y 60 de Turner, realizados entre 1796 y 1850. Debemos recordar que la Revolución Industrial se extendió desde 1760 hasta 1840, aunque fue en los años posteriores a su finalización cuando sus efectos comenzaron a hacerse mucho más intensos.

Todas las obras que se analizaron de Turner representaban escenas de lugares de Inglaterra. Sin embargo, las de Monet estaban ubicadas tanto en Londres como en París. Inglaterra y Francia fueron países en los que la Revolución Industrial tuvo un gran peso. No obstante, es principalmente en Londres donde pueden verse los mayores efectos, por esa famosa niebla, o smog, tan característica.

Los autores del estudio no solo analizaron los cuadros, sino que buscaron registros meteorológicos de la época y cartas de los pintores. Así, pudieron ver, por ejemplo, que el pintor francés se quejaba en sus misivas los días que no había niebla, ya que disfrutaba mucho pintándola. Estos días se corresponden con momentos en los que la lluvia y el viento disipaban ese velo de contaminación, procedente principalmente de las fábricas de carbón.

Aun así, este solía volver, por lo que a partir de cierto momento aparece en prácticamente todos los cuadros de Monet. Pero hay un punto de inflexión muy claro, tanto para él como para Turner. Lógicamente, este se da en las etapas más tempranas de Monet y en las más tardías del inglés. 

¿Por qué se produjo el cambio en los cuadros de Monet?

Las partículas de hollín liberadas en las fábricas de carbón pueden absorber y dispersar la luz del Sol. Esto hace que los colores se vuelvan más opacos y que los bordes de los objetos se difuminen al mirar a lo lejos.

De hecho, si se analizan los cuadros de Monet, se puede ver que en algunos la visibilidad promedio es muy corta. En las pinturas diurnas de Londres es de unos 6 kilómetros de media. Es decir, si se compara con el paisaje real que se representa, no se pueden distinguir con claridad los objetos ubicados más allá de esa distancia. Sin embargo, algunas pinturas nocturnas son mucho más confusas. Por ejemplo, en 1903 llegó a representar el puente de Charing Cross con una visibilidad de alrededor de 1 kilómetro. Puede parecer una exageración, pero los registros de la época señalan que, como mucho, había una visibilidad de 2 kilómetros.

El volcán que inspiró a Turner

Las erupciones volcánicas también se reflejan en los colores de los cuadros de muchos pintores. De hecho, se cree que los estridentes y cálidos colores del famoso Grito, de Edvard Munch, pueden ser fruto de la reciente erupción del Krakatoa.

Pero, además, en el caso de Turner, también hay cuadros que se vieron influenciados por la erupción del Tambora. Este volcán, ubicado en Indonesia, tuvo una gran erupción en 1815, que liberó tantas partículas al aire que el cielo quedó enrojecido. Justo entonces, el inglés pintó algunos cuadros en los que se refleja justamente esa paleta de colores.

No tiene nada que ver con la vista

Los autores de esta investigación han incidido en que estos cambios se dieron antes de que Monet desarrollase cataratas. Otros pintores, como Edgar Degas, mostraron un cambio en sus pinturas debido a este problema de visión. Pero no parece ser el caso de los cuadros de Monet.

Con él, simplemente podemos hacer un viaje a través de la revolución industrial y los años que vinieron después. Un viaje a través de la contaminación. Quizás, sea lo único bonito que se puede sacar de ella.

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