La Organización del Bachillerato Internacional (OBI) anunció que permitirá que los estudiantes utilicen ChatGPT en sus ensayos. A diferencia de otras instituciones educativas, la fundación cree que esta IA se convertirá en parte de nuestra vida diaria. Es por ello que reveló que no prohibirá el uso del chatbot creado por OpenAI; en su lugar, trabajará con los colegios para que apoyen a sus alumnos a usar la tecnología de manera ética.
En una entrada de blog titulada Inteligencia artificial en la evaluación y la educación del OBI: ¿una crisis o una oportunidad?, Matt Glanville, director de Principios y Prácticas de Evaluación en la fundación educativa, comenta que es necesario adaptar y transformar los programas educativos para abrir paso la IA. Glanville piensa que ChatGPT se volverá algo cotidiano, como las calculadoras, correctores ortográficos o el software de traducción.
Si bien la fundación no prohibirá el uso de ChatGPT en los ensayos, los estudiantes deberán mencionar en el cuerpo que el texto es de una IA y citarlo en la bibliografía. La OBI declaró que el trabajo producido por herramientas de IA no puede considerarse como propio del estudiante, incluso si se trata de un pequeño fragmento. Las reglas impuestas por la organización son para que el alumno comprenda que el chatbot es una herramienta que se rige bajo los principios de integridad académica.
La decisión de la OBI contrasta con otras organizaciones educativas. Tras la explosión de ChatGPT, algunas escuelas anticiparon que sería imposible diferenciar un ensayo escrito por una IA o un humano. El Departamento de Educación de Nueva York fue más allá y prohibió el uso del chatbot, ya que impactaría negativamente en las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas en los estudiantes.
ChatGPT y otras IA nos llevarán al borde de lo que es éticamente permitido
Aunque ChatGPT llevará a algunos estudiantes al borde de lo que es aceptable, bloquear su acceso no tiene sentido para el OBI. Matt Glanville dijo que la fundación no solo se centrará en abordar la parte ética, sino también en explorar las oportunidades educativas que ha creado este software. En el primer caso, los profesores usarán cuatro lineamientos para confirmar si el trabajo es de un alumno o una IA.
Si el estudiante ha desarrollado el trabajo durante un periodo considerable de tiempo, puede explicarlo claramente, y es capaz de citar ideas de otras personas o llegar a una conclusión de su proyecto, el profesor tendría un punto de partida. En su análisis, Glanville menciona que estas directrices también aplican para aquellos que delegan sus tareas a otra persona.
Antes de la llegada de ChatGPT, algunos estudiantes dependían de páginas donde es posible contratar a alguien para que haga tu trabajo. Algunos servicios como PaperHelp, GradeMiners o EssayBox, ofrecen servicios de redacción de ensayos por una cuota fija. Otros de plano optan por copiar y pegar de Wikipedia y otras fuentes, alterando ligeramente el contenido final.
El directivo de la OBI también considera los sesgos que tienen las IA generativas como ChatGPT. Es por ello que los estudiantes deberán prepararse para identificar los errores y refinar el mensaje. De igual modo, es indispensable que entiendan que deben pensar en torno a la resolución de problemas, y no a buscar la salida fácil por medio de un prompt.
La OBI considera que las IA como ChatGPT no son una crisis en la educación, sino un área de oportunidad. En el corto plazo, los profesores deberán educar a los alumnos sobre el uso ético de estas herramientas, mientras que a mediano o largo plazo, las prácticas educativas deberán cambiar.