El pasado jueves, de forma misteriosa, la mayoría de clientes de Twitter de terceros como Tweetbot o Fenix dejaron de funcionar. Un aparente error de la API, conjunto de funciones que se ofrecen para crear aplicaciones que accedan al servicio, fue la causa. No se ofreció comunicación alguna, pero todo parecía ser un error técnico temporal.

Sin embargo, pasaron las horas y los días, y este fin de semana se ha podido concluir que la maniobra no solo ha sido intencionada. Ha estado dirigida explícitamente para prohibir el acceso a Twitter con clientes de terceros.

¿Por qué? Porque no dan ingresos a la compañía, ya que la API no incluye los anuncios dentro del timeline. Y para Elon Musk es el principal objetivo si quiere seguir manteniendo Twitter a flote. Tiene una cuantiosa deuda que pagar por los préstamos solicitados para su adquisición. Y, sobre todo, porque la compañía siempre ha tenido dificultades para rentabilizar su impacto en el debate público.

«La suspensión de clientes de Twitter ha sido intencionada»

Dentro de uno de los canales de Slack que usan los empleados de Twitter para comunicarse internamente, un ingeniero de software senior escribió el jueves por la noche que «las suspensiones de aplicaciones de terceros son intencionadas» ante las preguntas que se estaban realizando, según ha podido comprobar el periódico digital The Information.

Mensajes en los que se discutía cuándo se informará de forma oficial de esta decisión, que afecta de forma directa a sus usuarios. También a programadores que han construido su negocio sobre la plataforma. Y, de la noche a la mañana, se han quedado sin alternativa, avisos, alternativas o unas disculpas siquiera.

Un empleado de producto preguntó el viernes por la mañana cuándo podrían esperar los empleados una lista de “temas de conversación aprobados”. De cara a responder preguntas que estaban realizando socios y consumidores sobre la «revocación de acceso a los clientes de terceros». ¿La respuesta? Un responsable de marketing apuntó que la «empresa había empezado a trabajar en las comunicaciones».

«Ha sido intencionado y han ido a por nosotros de forma específica»

Paul Haddad, el programador de Tweetbot, el cliente de Twitter de terceros más popular para iPhone, concluyó que no era un error, sino una limitación intencionada y dirigida. El primer indicio lo obtuvo al comprobar que otros clientes que empleaban las funciones de la API seguían funcionando, pero ninguno de los más populares, como Tweetbot, Fenix o Twitterrific. El segundo fue al cambiar la llave de acceso dentro de su aplicación, ya que disponía de otras. Al realizar el cambio, la funcionalidad se recuperó parcialmente. Hasta que Twitter volvió a revocar el acceso a esa clave, todavía válida.

Haddad reconoce en su cuenta de Mastodon que dispone de varias claves de acceso a la API más para mantener en vida el servicio durante unas horas, pero no «quiere jugar a jueguecitos o arriesgarse a ser demandado por alguien que tiene un presupuesto infinito para meterse en juicios». Solo quiere una explicación, ya que su aplicación requiere del pago una suscripción mensual o anual, algo a lo que sus clientes ya no pueden acceder.

Ninguna sorpresa

La abrupta decisión y la peculiar forma de ejecutarla no es, sin embargo, tan sorprendente. Musk necesita que haya más anunciantes invirtiendo y sacar el máximo partido de cada uno de ellos. Por eso, está maximizando la cantidad de anuncios que cada usuario visualiza por sesión. Cada vez es más común encontrarse uno o dos anuncios en pantalla cada vez que se abre la aplicación o se desliza para ver más tuits.

Además, Musk ha hecho justo lo contrario de lo que prometió, y ahora el timeline por defecto es uno basado en algoritmos, el que llaman «Para ti». Este timeline selecciona los tuits que más te pueden gustar basado en las personas que sigues y los temas de actualidad. Es decir, el usuario pierde el control sobre lo que lee, y Twitter muestra lo que sus algoritmos creen que le harán estar más tiempo dentro del servicio. Es decir: contenido que le entusiasme o que le enfade. Esta estrategia fue tomada por Facebook, y criticada severamente tras el escándalo de Cambridge Analytica por polarizar a sus usuarios y propagar desinformación.

Meses antes, el popular empresario recomendó a sus usuarios emplear el feed cronológico para que ellos tomasen el pleno control sobre las noticias que consumían. Ahora que tiene el control, ve más adecuado aumentar los ingresos que la salud mental o la calidad de la información que consumen sus usuarios.

Twitter es una compañía privada y puede hacer lo que considere más oportuno para los intereses de su negocio y el de sus usuarios. El acceso de la API siempre ha traído problemas a la empresa, ya que ni pueden controlar la experiencia de uso ni generan ingresos de forma directa. De la misma forma que TikTok, Instagram, YouTube o Facebook no permiten un acceso tan amplio, es lógico que Twitter quiera limitar su uso si, económicamente, están con el agua al cuello.

El bloqueo llegó sin previo aviso, y todavía no hay comunicado oficial

El problema de restringir los clientes de Twitter de terceros, como todo en la vida, son las formas. Sin avisar, con nocturnidad, sin dar explicaciones, sin una disculpas e ignorando los miles de tuits que los usuarios le escriben sobre el tema. No se ha respetado el trabajo de otros, ni a los propios usuarios. Mientras tanto, Musk, sigue enfrascado en su guerra cultural. Pero el tiempo pasa, y Twitter necesita atraer más anunciantes porque las suscripciones al servicio Twitter Blue no pueden compensar los ingresos que se pueden obtener por publicidad.

Lo abrupto de la decisión nos sorprendería a todos si todas sus decisiones desde que llegó no hubiesen sido exactamente igual que ésta: impulsivas y sin responsabilizarse de las consecuencias.