Con el anuncio de los nuevos Model S Plaid y Model X Plaid, Tesla introdujo un nuevo tipo de volante, el controvertido yoke. Su forma no es redonda, es alargada y optimizada para dar mayor visibilidad. Además, carece de palancas para los intermitentes, que se hace directamente con botones hápticos en el volante y palanca para cambio de marchas, que se hace en la pantalla.

A medida que los nuevos Model S y Model X llegan a nuevos mercados, Tesla ha ido actualizando algunos componentes, incluyendo los faros frontales y traseros, el puerto de carga adaptado a Europa (CCS) o una mejor pantalla para la fila de asientos traseros. Pero en un movimiento bastante sorprendente, dan pasos hacia atrás con el volante yoke y ofrecen, en el configurador, la posibilidad de adquirirlo con un volante de forma redonda. De hecho, es la opción predeterminada, causando aún más sorpresa.

Tesla Model S Yoke

Cuando se anunció el nuevo volante yoke, Elon Musk explicó que el cambio permite una mejor visibilidad a la hora de conducir. Algunos de los que hemos tenido la oportunidad de probarlo, consideramos que la posición de las manos es más correcta y adecuada. No solo para evitar que los brazos se interpongan en la apertura del airbag, también para el control del vehículo a altas velocidades.

Pero las maniobras en velocidades más bajas, para algunas personas, pueden ser un problema, sobre todo dentro de ciudad. Mi experiencia con el volante yoke es que tras unas horas te acostumbras a la nueva forma. Pero la selección de intermitentes puede ser engorroso en ciertas situaciones.

Este problema no se solucionará con el volante redondo porque, al igual que el yoke, no incluye las palancas para intermitentes o cambio de marchas. Sigue haciéndose por medio de botones o selección en pantalla.

¿Por qué Tesla recula con el volante yoke y vuelve a ofrecer uno redondo en el Model S y Model X?

Una de mis teorías sobre el retorno del volante redondo en el Model S y Model X responde a una serie de movimientos que la compañía está haciendo para volver a capturar el interés de clientes potenciales que sienten que las innovaciones de Tesla representan demasiados cambios en sus hábitos. La sensación —un tanto errónea en mi opinión— del esfuerzo asociado al cambio en la forma de conducir con un volante yoke puede derivar en rechazo. Eso haría que muchos descarten la compra de uno de estos coches.

También tengo la sospecha de que en Europa el volante simplemente no hizo gracia a la mayoría de potenciales clientes. Pero debido a que Tesla no revela este tipo de datos, y que no tienen departamento de comunicación, es imposible saberlo. Aunque no sé qué tanta coincidencia hay detrás del anuncio pocos días después de las primeras entregas del Model S Plaid y Model X Plaid.

Este cambio también rompería con la filosofía de Tesla, impulsada por Elon Musk, de hacer qué gran parte de las innovaciones de la compañía, ya sea en cuanto a nuevos productos, o características y funciones en vehículos actuales, se hagan bajo la óptica de la conducción autónoma total. Parte del sentido del yoke es la visibilidad de ambas pantallas por parte del conductor, sobre todo cuando el vehículo se conduce solo. Pero queda claro que faltan muchos años para que eso suceda. Esperemos que esto también signifique que esfuerzos internos dentro del fabricante vuelvan a centrarse más en un vehículo de 25.000 dólares y menos en un potencial robotaxi, que no podrá circular más que en poquísimas ciudades y regiones donde la regulación lo permita.

Para aquellos propietarios de un Model S o Model X con el volante yoke, Tesla ofrece un retrofit a volante redondo por 650 dólares en Estados Unidos o 900 euros en Europa. Estará disponible a partir de marzo de 2023.