Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, de Rian Johnson, se convirtió en uno de los grandes sucesos de Netflix. Tanto como para ocupar un lugar privilegiado entre los contenidos más vistos en la historia de la plataforma. Pero la película de suspense también ha sido la demostración de que una secuela puede ser tan ingeniosa y genial como la historia de la cual procede. Johnson logró crear un misterio ingenioso y ofrecer una mirada sobre la codicia que asombra por su burlón sentido del humor.

Por supuesto, no es la primera vez que una película de suspense sobre un misterio que debe ser resuelto contra reloj y entre varios sospechosos capta la atención del público. Desde las queridas obras de Agatha Christie y Sir Arthur Conan Doyle, hasta la extensa variedad de thrillers cinematográficos populares en todas las décadas.

Los asesinatos enigmáticos, robos imposibles y sucesos criminales desconcertantes han captado la atracción del público. En especial, cuando el guion tiene el buen tino de retar la imaginación del público y hacerlo partícipe de la experiencia.

Te dejamos cinco películas de suspense que querrás ver si eres fanático de los thrillers y enigmas policiacos. O también si Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion te dejó con la necesidad de más historias semejantes. Historias que podrán a prueba tu ingenio y capacidad de deducción de maneras por completo nuevas y singulares.

Perdida, una película de suspense basada en un best seller

La película de David Fincher, basada en el libro superventas de la escritora Gillian Flynn, se convirtió en un clásico del cine de suspense. Pero, en especial, en una de las películas que con mayor elegancia se atrevió a subvertir el habitual enigma del asesinato.

Cuando Amy Dunne (Rosamund Pike) desaparece sin dejar rastro, su marido Nick (Ben Affleck) parece ser el principal sospecho. Algo inevitable después de que la policía descubra que el aparente modélico esposo es, en realidad, un hombre violento, infiel y tramposo.

¿Lo es, en realidad? Para su segundo tramo, el guion de esta película de suspense se atreve a romper todos los códigos del cine de asesinatos y enigmas policiacos. De la misma manera que el libro, no solo se enfrenta a la sospecha desde una dimensión impensable. También reconstruye por completo la noción sobre la víctima y el agresor, en un juego de pistas falsas que resulta fascinante e incluso abrumador.

Para sus últimas escenas, queda claro que Perdida es algo más que la historia de un asesinato. En realidad, es una mirada a los secretos que se ocultan y los temores que se esconden en la intimidad violenta. Y por si no fuera suficiente, los espacios dolorosos que crean los peores y más imprevisibles criminales. Una joya del género digna de un revisionado. 

Feliz día de tu muerte

Tree Gelbman (Jessica Rothe) es la típica chica popular del campus universitario sin ninguna preocupación, hasta que resulta asesinada. Solo para despertar y encontrar que la cruenta escena de su muerte fue un sueño. Al menos, de eso está convencida, hasta que, de nuevo, un asesino con una aterradora máscara de niño pequeño la acuchilla otra vez.

Esta película de suspense utiliza el clásico tropo del loop temporal de una forma tan original que, a pesar de sus fallas de guion, resulta ingeniosa. Pero también hace algo más: convierte a la víctima principal en la única persona capaz de investigar su propia muerte.

El recurso brinda al Feliz día de tu muerte un extraño juego de macabras situaciones mortales. Tree deberá escapar del asesino que la persigue — y morir cada vez en el intento — al tiempo que intenta descubrir su identidad. Todo mientras las últimas doce horas de su vida se repiten en idéntica sucesión.

Al final, la premisa de la película de suspense es mucho más estimulante que su vulgar conclusión. Pero, con todo, resulta un mecanismo bien engrasado de buenas decisiones argumentales. Al menos, las que hacen más divertida una trama que pudo ser simplemente tópica.

Otra maravillosa película de suspense: Noche de juegos

Max (Jason Bateman) y su esposa Annie (Rachel McAdams) disfrutan de una extraña velada entre amigos. ¿La premisa de la noche de diversión? Deberán resolver un asesinato con las pistas que una elaborada puesta en escena deja a su paso. Pero todo se convierte en algo mucho más complicado cuando la pareja y el resto de sus conocidos se ven en medio de un crimen real. Por si eso no fuera suficiente, no lo descubrirán de inmediato, lo cual hará la situación aún más caótica.

Uno de los puntos altos de John Francis Daley y Jonathan Goldstein es jugar con las dimensiones de la realidad y la fantasía. Algo que esta película de suspense profundiza gracias a un humor negro elegante y una inteligente visión sobre la provocación. Mientras el grupo de aterrorizados e improvisados investigadores intentan descubrir qué es en realidad lo que ha ocurrido, el guion toma inteligentes decisiones.

Por un lado, la de seguir la investigación en medio de la incertidumbre de tratar de comprender lo que ha ocurrido. Al otro extremo, la de enfrentar todo tipo de dilemas privados y maritales, tan importantes como el crimen. El resultado es una comedia, en apariencia inofensiva, con varias capas de negrísimo cinismo. Una que, además, incorpora el crimen como una excusa para la autoexploración de sus personajes.

Un adiós peligroso

Philip Marlowe (Elliott Gould) es un investigador y digno heredero de otros tantos personajes del cine noir. Pero tiene un problema: sospecha de cualquiera que no lleve un cigarrillo entre los dedos. Recluido en su ático junto a su gato malhumorado, no suele aceptar casos con tanta frecuencia como una década atrás. Pero, aun así, sigue teniendo una mente brillante para la deducción.

Quizás esa será su única ventaja cuando se encuentre en medio de lo que parece una trampa bien construida. Una que lo convierte en el único sospechoso de un asesinato en medio de una situación inexplicable. De modo que Marlowe deberá no solo demostrar su inocencia, sino encontrar al asesino de una mujer desconocida.

Esta película de suspense de Robert Alman es un clásico que utiliza los mejores elementos de cine noir de una forma imaginativa y bien construida. Mucho mejor, que brinda al personaje de Marlowe la posibilidad de convertirse en el centro de una trama cada vez más compleja. Para su sorprendente escena final, el misterio termina por resolverse. Pero, más allá de eso, de demostrar que el guion engañó a la audiencia — casi con tanta elegancia como el asesino — durante buena parte del metraje.

Dos tipos peligrosos

En la pintoresca década de los 70, el asesino a sueldo Holland March (Ryan Gosling) solo quiere que le dejen en paz. Mejor dicho, que le dejen asesinar con habilidad sin mayores tropiezos.

Pero, en lo que parece un giro inexplicable del destino, March termina por unirse a la investigación de la desaparición de una mujer desconocida. Sin sospechar que lo que comenzó como una especie de favor bien intencionado, termina por ser algo más peligroso. 

Pronto, March se encuentra en mitad de la industria del cine porno, sus peligros, riesgos y límites. Y por si eso no fuera suficiente, intentando no ser asesinado mientras trata de encontrar a la víctima de lo que parece una conspiración. Todo en veinticuatro horas críticas en las que deberá decidir si huir es la opción que podría salvar su vida o todo lo contrario.

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