Gracias a los últimos avances de la inteligencia artificial, los astrónomos disponen de herramientas más eficaces para la búsqueda de vida inteligente. O, al menos, para la búsqueda de señales que puedan ser un indicio de la misma. Es precisamente lo que ha conseguido recientemente un equipo de científicos de la Universidad de Curtin, cuyos resultados se acaban de publicar en Nature Astronomy.

Su inteligencia artificial es capaz de encontrar algo llamado tecnofirmas. Es decir, analiza las señales captadas por los radiotelescopios, en busca de aquellas que no se correspondan con ningún fenómeno cósmico. Después, hace un segundo cribado, separando las que puedan estar relacionadas con posibles interferencias del propio telescopio. 

Las que quedan, son aquellas que, inicialmente, no pueden explicarse de ninguna manera, por lo que podrían corresponderse con señales enviadas desde tecnologías similares a las nuestras. Es decir, que podrían tener su origen en otra civilización de vida inteligente, capaz de indagar en el espacio como lo hacemos nosotros. De momento, las primeras pruebas de esta inteligencia artificial han dado con ocho de esas tecnofirmas. ¿Significa eso que hay vida inteligente ahí fuera? Ni confirman ni desmienten, pues es algo mucho más complejo.

Un algoritmo entrenado para buscar vida inteligente

Como con cualquier otro algoritmo de inteligencia artificial, el que desarrollaron estos científicos tuvo que adiestrarse antes de ponerse en uso. Para ello, se tomaron datos reales y se introdujeron algunas señales simuladas. Estos datos fueron procesados por el algoritmo, a la vez que se indicaba si se trataba de algún tipo de interferencia. Esto le permite a la máquina saber cuáles son las características principales de una señal de radio normal. Es importante decir que, aunque se denomine inteligencia artificial, estos algoritmos no piensan ni son inteligentes, simplemente aprenden de las coincidencias y diferencias en una muestra enorme de datos

Ya finalizado el entrenamiento, se introdujeron en el algoritmo los datos de 480 horas de observación del Observatorio Green Bank, de Virginia Occidental. Una vez procesadas, la inteligencia artificial arrojó 20.515 señales de interés. Pero no todas estarían necesariamente relacionadas con la vida inteligente.

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Foto por Stephen Leonardi

La inteligencia artificial no le quita el trabajo a los astrónomos

La inteligencia artificial ahorra trabajo a los astrónomos, pero estos siguen siendo necesarios en la búsqueda de tecnofirmas. De hecho, las 20.515 señales detectadas por el algoritmo tuvieron que analizarse manualmente.

Así, los autores de la investigación encontraron que había ocho que no podían atribuirse a interferencias de radio. Esas serían las tecnofirmas que podrían relacionarse con vida inteligente.

Ahora bien, ¿significa eso que este algoritmo ha logrado encontrar vida inteligente? Desde luego que no. De hecho, según ha explicado en un artículo para The Conversation uno de los autores del estudio, Danny Price, pueden ocurrir dos cosas. Por un lado, que, en realidad, esas señales se correspondan con algún tipo de interferencia rara que no se haya catalogado y difiera de las que se suelan dar normalmente.

Esto indicaría que no ha detectado vida inteligente. Pero, por otro lado, podría ser que no diese con ninguna tecnofirma y eso no significaría necesariamente que no haya vida inteligente. Podría haber civilizaciones capaces de producir tecnología similar a la nuestra, pero que estén demasiado lejos o, por algún motivo, no hayan llegado a toparse aún con nosotros.

De momento, no se ha logrado detectar de nuevo esas tecnofirmas, por lo que sigue sin haber explicación para ellas. Será necesario continuar estudiándolas con nuevos instrumentos, tanto los que ya existen como los que aún están en desarrollo. 

Al menos, ahora sabemos que la inteligencia artificial brinda las herramientas para buscar estas firmas más rápido y, como ejemplifica el propio Price, encontrar esa aguja civilizada en el inmenso pajar que constituye el universo.