Un nuevo estudio señala que las lámparas ultravioleta que se usan para secar las uñas de gel podrían dañar el ADN de las células de la piel si se usan con frecuencia. Es importante incidir en esto último. Para personas que se hacen este tipo de manicura unas pocas veces al año no entrañaría riesgo. Pero es cierto que se ha puesto de moda ir cambiando más o menos cada quince días, según lo que crezca la uña, y ahí sí sería interesante tener ciertas consideraciones.

En el pasado se han realizado otros estudios en los que se concluía que estas lámparas son seguras. Sin embargo, no se habían analizado posibles daños a nivel molecular. Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de California San Diego ha puesto bajo su luz tanto cultivos de células humanas como de ratón.

El resultado es que, efectivamente, algunas células mueren y otras quedan dañadas, con signos similares a los del cáncer. Cabe destacar que sus experimentos no son equivalentes a la experiencia de introducir las manos en la lámpara ultravioleta. Sin embargo, para los autores de la investigación, sí que justifican que se lleven a cabo estudios epidemiológicos sobre los efectos de las uñas de gel a largo plazo.

¿Hacerse las uñas de gel es como tomar el Sol?

Hoy en día, por fin, nos hemos hecho a la idea de la importancia de usar crema solar para proteger nuestra piel de las radiaciones ultravioleta. Es cierto que la capa de ozono, incluso con su agujero, nos protege de las más peligrosas. Sin embargo, siguen colándose algunas que pueden acabar causando cáncer de piel si no nos protegemos.

Lo mismo ocurre con las famosas camas bronceadoras. Entonces, ¿por qué hemos puesto de moda introducir las manos en una pequeña lámpara ultravioleta sin preguntarnos si hay peligro en ello? Bueno, lo cierto es que algunos científicos sí que se lo han preguntado. Y sus conclusiones han sido que no hay riesgo. De hecho, se comercializan como un producto seguro. No solo en salones de belleza. En realidad, cualquiera que esté dispuesto a pagar por ello puede tener una en casa. El motivo es que el espectro ultravioleta de las lámparas de las uñas de gel es diferente al de las camas de bronceado. Además, las bombillas que contienen son menos intensas. Aun así, en 2013 se publicó un estudio en el que se señalaba que la dosis de radiación de estas lámparas es más de cuatro veces mayor que la del Sol.

Ante esta maraña de datos en conflicto unos con otros, los científicos de la Universidad de California San Diego decidieron utilizar un nuevo enfoque. No se centrarían en el proceso de secar las uñas de gel, sino que analizarían directamente el efecto de las lámparas sobre las células de la piel.

20 minutos bajo la lámpara ultravioleta

Para la realización de este estudio, sus autores tomaron cultivos de células de la piel de humanos y ratones. Ambos se colocaron bajo lámparas ultravioleta durante dos periodos de 20 minutos, separados una hora entre sí. Además, realizaron este procedimiento durante tres días consecutivos.

Así, vieron que con las dos sesiones de 20 minutos, morían entre el 20% y el 30% de las células expuestas. Y, tras los tres días, sucumbían ni más ni menos que el 70%. En cuanto a las que sobrevivían, su ADN quedaba dañado, con lesiones que, en un organismo completo, podrían producir cáncer de piel.

Aquí es importante aclarar que, en total, una sesión de colocación de uñas de gel no suele ir más allá de los 10 minutos en total bajo la lámpara ultravioleta. Además, no son continuados, sino que se hacen en pequeñas dosis, con intervalos de descanso. Y nunca en tres días consecutivos. 

Por eso, incluso los autores del estudio insisten en que no se puede asegurar que este tipo de manicura sea peligroso. Sí que es cierto que, según explican en Science Alert, una de las autoras del estudio, Maria Zhivagui, quien se hacía las uñas de gel con regularidad, decidió dejar de acudir a su salón de belleza cuando vio los resultados. 

uñas de gel, lámparas ultravioleta
Unsplash

Dudas sobre las uñas de gel a nivel epidemiológico

A pesar de las diferencias con un procedimiento normal para poner las uñas de gel, estos científicos creen que se deberían hacer estudios epidemiológicos a largo plazo. Es decir, seguir durante un tiempo a personas que se hagan esta manicura con regularidad, para comprobar si acaban desarrollando cáncer de piel.

Se conocen dos casos, reportados en 2009, en los que mujeres sin antecedentes familiares desarrollaron cáncer de piel, habiéndose hecho las uñas de gel con cierta regularidad. No obstante, es imposible determinar si fue una simple casualidad. Sería necesario realizar un estudio con muchas más personas para intentar buscar una correlación.

De momento, no debe cundir el pánico, pero sí que es verdad que, como es mejor prevenir que curar, se recomienda a quienes se hagan las uñas de gel que se unten los dedos con protección solar. Aunque no esté formulada para ello, su objetivo es proteger de las radiaciones ultravioleta, así que puede ser útil. Esto es especialmente recomendable para quienes lo hacen cada quince días, aunque cualquiera que vaya a introducir sus manos en una lámpara ultravioleta podría tomar esta precaución. No cuesta ningún trabajo, no supone ningún riesgo y, desde luego, sí que puede acarrear grandes beneficios. En el pasado solía decirse que para lucir hay que sufrir. Este es un refrán que deberíamos desechar en absolutamente todos los sentidos, pero especialmente en este. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: