Ver una aurora boreal o austral es el sueño de muchas personas. Hay quien viaja a los polos terrestres solo con el objetivo de presenciarlas y ve cómo se acerca la fecha de su billete de vuelta sin haber logrado cazarlas. Es lo que tiene la naturaleza. Ver auroras no es como presentarse en París para ver la Torre Eiffel. No son algo fijo, pues dependen de la actividad solar, que sigue ciertos ciclos, pero no puede predecirse a largo plazo. Pero sí con unos pocos días de antelación. Por eso, ahora sabemos que desde esta noche y durante unos días las auroras serán visibles en sus lugares habituales, pero también en otros mucho más al sur o al norte.

Esto se debe a los efectos de una tormenta solar que empezó el pasado 14 de enero. Las consecuencias sobre la Tierra, en principio, no irán más allá del bonito espectáculo de las auroras. No parece que vaya a interrumpir telecomunicaciones ni nada por el estilo.

Por eso, solo queda disfrutar del cielo. Si estamos en uno de los lugares privilegiados, será un grandísimo motivo para emprender una excursión nocturna. Si no, seguro que en los próximos días tendremos las redes sociales plagadas de imágenes para deleitarnos. No es lo mismo que ver una aurora boreal en persona; pero, si no hay tiempo de comprar billetes, nos tendremos que conformar.

¿Cómo se forma una aurora boreal o austral?

Antes de hablar de auroras, es importante recordar algunos conceptos importantes sobre actividad solar

Para empezar, las erupciones solares son liberaciones súbitas de radiación electromagnética que se dan en una capa del Sol cononcida como cromosfera. Pueden ocurrir en cualquier punto, pero lo más habitual es que se den en parches con mucha más actividad, conocidos como manchas solares.

aurora boreal
Vincent Guth (Unsplash)

Como resultado de las erupciones solares se puede producir otro fenómeno conocido como eyección de masa coronal, consistente en una liberación abrupta de plasma. Esto hace referencia a un cuarto estado de la materia, más allá del sólido, el líquido y el gaseoso, en el que se encuentran los elementos que componen nuestra estrella. Todos estos procesos son la antesala de lo que se conoce como tormenta solar. 

Ahora bien, si esta expulsión de materia y energía llegase hasta la Tierra, podría causar daños en los satélites y los sistemas eléctricos. Sin embargo, esto no suele ocurrir, gracias a que nuestro planeta está envuelto en una especia de burbuja protectora, conocida como magnetosfera. 

Dicho escudo obedece al campo magnético originado por el núcleo terrestre y está formado por líneas invisibles que parten de los polos de nuestro planeta, actuando como un imán. Por eso, cuando el plasma y la radiación procedente de las erupciones solares chocan contra el escudo, se desvían automáticamente hacia los polos. Una vez allí, excitan las partículas presentes en la atmósfera, dando lugar a la emisión de esas fulguraciones luminosas que conocemos como auroras. Si ocurre en el polo norte estaremos ante una aurora boreal y, si pasa en el sur, una aurora austral.

Diferentes colores

En cuanto a los colores de las auroras, se deben a la composición de la atmósfera en el lugar en el que se originan. Si mayormente se excitan átomos de oxígeno, predominarán los tonos verdes y amarillos. En cambio, si tenemos una aurora boreal más rojiza o azulada, será porque en la atmósfera hay más nitrógeno. 

En definitiva, no hay dos auroras iguales y eso es lo que las convierte en un espectáculo magnífico.

Esta vez ocurrirán en lugares poco frecuentes

Las auroras que están por venir se deben a la erupción solar acaecida alrededor de la mancha AR3182. Esto ha generado una explosión de radiación y materia que ha ido directa hacia la magnetosfera terrestre, en un punto en el que se espera que se genere una gran actividad auroral.

De hecho, según las predicciones de los científicos, se verán en lugares poco habituales. Por ejemplo, en Europa se podría ver alguna aurora boreal tan al sur como el norte de Inglaterra o Dinamarca. En Estados Unidos quizás se vea alguna en Seattle, Des Moines, Chicago, Cleveland y Boston. Es algo muy raro. Como también lo será ver auroras australes en lugares como Tasmania o la Isla Sur de Nueva Zelanda. Normalmente ocurren muchísimo más al sur.

Estas son las predicciones, aunque habrá que esperar para ver qué ocurre en realidad. Sea como sea, parece ser que se avecina un gran espectáculo.