Un evento de Las Rockettes, en la ciudad de Nueva York, fue el escenario de un altercado entre una abogada, la tecnología de reconocimiento facial, y la compañía MSG Entertainment. Aparentemente, esta última utilizó el poder de la tecnología biométrica para detectar y echar a Kelly Conlon, la abogada en cuestión, de las inmediaciones del popular evento navideño.

Si bien parece una decisión totalmente arbitraria, lo cierto es que Conlon se encuentra trabajando junto a un despacho jurídico, quienes se encuentra tomando acciones legales en contra de MSG Entertainment.

No obstante, los hechos ocurridos en la ciudad de Nueva York marcan un antes y un después en las prácticas no reportadas de las compañías privadas. Probando que estos organismos usan este tipo de tecnologías de reconocimiento facial en formas vengativas y peligrosas.

El sistema de reconocimiento facial: un arma de doble filo muy peligrosa

El reconocimiento facial puede ser muy peligroso mezclado con el racismo. Un hombre arrestado por error al ser confundido por un algoritmo.
El reconocimiento facial puede ser muy peligroso mezclado con el racismo. Un hombre arrestado por error al ser confundido por un algoritmo.

Conlon se encontraba junto a su hija en un viaje de las Girl Scouts para ver The Christmas Spectacular, un evento anual de navidad presentado en el Radio City Music Hall en Nueva York. Sin embargo, para su sorpresa, no pudo pasar más allá de la puerta detectora de metales. Aquí, la seguridad de la compañía le pidió su nombre y una identificación. Posteriormente, el guardia de seguridad informó a una Conlon muy perpleja que había sido detectada por el sistema de reconocimiento facial.

"Sabían mi nombre antes de que se los dijera", comenta Conlon a NBC New York. "Sabían el despacho al que estaba asociada antes de que se los dijera. Y me dijeron que no estaba permitido que estuviese allí".

Kelly Conlon describió la experiencia como “vergonzosa” y "mortificante". "Solo era una madre que llevaba a su hija a ver un espectáculo navideño".

MSG Entertainment, por su parte, ha defendido sus acciones. Según comentaron a Gizmodo en un correo electrónico, la compañía mantiene "una política bastante directa que impide a los abogados que persiguen litigios activos contra la compañía a asistir a eventos en nuestros locales". Además, aseguran que siempre dejan claro de antemano a los asistentes de un evento que están siendo monitoreados mediante reconocimiento facial y otras prácticas.

"Siempre hemos dejado claro a nuestros clientes y al público en general que utilizamos el reconocimiento facial como una de nuestras herramientas para proporcionar un entorno seguro, y seguiremos utilizándolo para evitar la entrada de personas a las que hemos prohibido el acceso a nuestros locales."

MSG Entertainmet

Los expertos de seguridad se posicionan del lado de Conlon

Reconocimiento Facial Clearview

No es la primera vez que el uso del reconocimiento facial se ve envuelto en escándalos. Hace unos meses, se prohibió el uso de esta tecnología para ciertos organismos policiales de Estados Unidos, y se comenzó a investigar a una compañía que tenía intenciones de crear una base de datos de todos los seres humanos en el mundo. ¿Para qué? Por supuesto, para venderlos a terceros.

El caso de Conlon solo es la punta del iceberg, pero no lo hace menos peligroso. Según los expertos en esta tecnología, las compañías usualmente emplean estos sistemas con muy poca supervisión.

Albert Fox Cahn, director ejecutivo del Proyecto de Supervisión de la Tecnología de Vigilancia, comentó que hasta ahora no tenía conocimientos de otros casos como el de Conlon. No obstante, no existen regulaciones que prohíban a las compañías tomar represalias en contra de sus oponentes.

"Dar a las empresas, a los ricos y al gobierno la capacidad de rastrear a casi cualquier persona en cualquier momento es una receta para el desastre", comenta Fox Cahn al citado medio. "Nadie debe temer que se le prohíba el acceso a la vida pública por el mero hecho de luchar por los derechos de sus clientes en los tribunales".

Y es que este es específicamente el problema. Más allá del reconocimiento facial, las políticas de las compañías suelen tocar terrenos que rozan lo abusivo en el trato de clientes u oponentes. Así, darle tecnologías tan avanzadas a estas compañías solo es echar más leña al fuego.

"Me aterroriza un mundo en el que todas las empresas puedan tomar represalias contra los denunciantes e incluso contra los que dejan malas críticas, prohibiéndoles seguir adelante."

Albert Fox Cahn

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