Una de las cosas que más sorprende de la serie animada Sonic Prime, de Netflix, es que parece extraída directamente del videojuego homónimo. Algo que podría ser una buena señal, de no ser porque la adaptación se limita a imitar, sin imaginación o entusiasmo, una historia conocida por su agilidad.

Pero esta serie animada de Netflix  — el enésimo experimento de adaptación que lleva a cabo en menos de un lustro — carece de la dinámica inteligencia del personaje original. Incluso de caótica energía, parte esencial para comprender su trascendencia.

De hecho, desde las primeras secuencias queda claro que Sonic Prime tiene la intención de crear una versión del juego en otro estrato. El personaje titular (con el talento vocal de Deven Christian Mack) se enfrenta al doctor Eggman (Brian Drummond) en una secuencia digna del original. Tanto como para concebir una idea general acerca de la historia que la serie intentará narrar.

Sonic Prime

Una de las cosas que más sorprende de la serie animada Sonic Prime, de Netflix, es que parece extraída directamente del videojuego homónimo. Algo que podría ser una buena señal, de no ser porque la adaptación se limita a imitar, sin imaginación o entusiasmo, una historia conocida por su agilidad. Pero la serie animada de Netflix - el enésimo experimento de adaptación que lleva a cabo en menos de un lustro - carece de la dinámica inteligencia del personaje original. Incluso de caótica energía, parte esencial para comprender su trascendencia.

Puntuación: 2 de 5.

La torpeza de Sonic Prime para brindar a su protagonista una nueva identidad

Se trata de dos enemigos irreconciliables, que ajustarán cuentas a la menor oportunidad que tengan a mano. Lo harán sin motivos claros (más allá que uno represente el bien y el otro el mal), en todo tipo de escenarios posibles.

Sonic Prime no disimula — y, de hecho, destaca — su cualidad como producto derivado. También como celebración a gran escala de una idea persistente sobre el personaje como producto en la última década.

De su cualidad casi icónica en el videojuego, Sonic saltó al cine como una curiosidad adorable. En el peor de los casos, como un símbolo de un tipo de universo que crece con cierta torpeza en varias direcciones distintas. No obstante, lo incómodo y torpe en Sonic Prime es que la intención de brindar al personaje un estrato novedoso es evidente. Algo que se hace, además, sin las herramientas correctas. Porque, en realidad, Sonic no es el centro de este argumento que simplifica su rara identidad y su reconocible personalidad. Lo es el contexto que le rodea.

Un multiverso que estalla en todas direcciones

En realidad, el principal interés de Sonic Prime es la ruptura del Paradox Prism y sus consecuencias. En otras palabras, una ruptura total de la realidad. A la vez, la posibilidad de que Sonic pueda viajar a través de todos los fragmentos resultantes por la dimensión de lo tangible. La idea es tan obvia, que incluso la serie la toma como eje principal.

En una época llena de todo tipo de versiones del multiverso y con Marvel explorando el concepto en varias direcciones nuevas, se trata de una audacia. Una que podría haber salido bien de haber tenido la serie animada mejores ideas o, al menos, haber analizado el sentido total de la búsqueda de Sonic con mayor solidez. 

Pero, en este shatteverse (la versión del multiverso para la ocasión), las cosas son más sencillas de lo que cabría suponer. Todos los personajes familiares del universo de Sonic forman parte de la serie. Sin embargo, en esencia, son versiones ligeramente distintas a los originales. Lo que provoca que la sensación real sobre una aproximación a un concepto tan amplio y total como la multiplicidad de la realidad se desmorone. Sonic Prime no plantea la idea de que son inabarcables líneas temporales, sino que son espacios en los que Sonic debe probar sus capacidades.

Mucho más complicado, cuando ninguno de sus aliados le recuerda, lo que lleva al personaje a replantearse, una y otra vez, los vínculos que les unen. En realidad, se trata de un trayecto elaborado acerca de quién es Sonic y, más importante aún, qué necesita para vencer a su enemigo. Por supuesto, en cada realidad hay un Eggmen retorcido, disparatado y que busca de enfrentarse a Sonic. Lo que provoca que Sonic Prime se sostenga únicamente en una sola premisa. ¿En cuántas ocasiones puede repetir el mismo escenario y triunfar?

Sonic Prime resulta un desperdicio en medio de un caos repetitivo

Sonic siempre ha sido un personaje libre por definición. Ya sea por su velocidad, personalidad chispeante o por la idea general de su peculiar capacidad para ser muchas versiones de sí mismo a la vez. Esta criatura, creada para encontrarse siempre en transformación, se encuentra en un hilo tedioso en Sonic Prime. A partir del primer escenario en que se muestra la idea de Sonic viajando de universo en universo, la serie repetirá la misma idea

Lo hará tantas veces como para que resulte predecible, sistemática y, al final, blanda. Aunque se trata de una versión del videojuego generada para un medio más amplio, resulta desconcertante que el sentido de la posibilidad sea tan limitado. ¿En cuántas ocasiones Sonic deberá explicar quién es a cada personaje en su entorno para después luchar y volver a vencer a su némesis? Sonic Prime, que tuvo la oportunidad de ser divertida, ingeniosa y sacar provecho de un escenario cada vez más estrafalario, prefiere limitarse a lo obvio. 

Algo que queda claro para su capítulo final, que aporta poco y deja en el aire algunas cuantas preguntas. Para sus últimas secuencias, Sonic sigue lleno de entusiasmo, como si el multiverso fuera una revisión incesante de sus mejores cualidades. No obstante, Sonic Prime no refleja en absoluto esa eventualidad. Sin duda, su mayor problema.

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