E.T. es uno de los personajes más icónicos del cine. La película ochentera del director Steven Spielberg cautivó a niños y adultos por igual, con un personaje que se hacía querer y que despertaba la curiosidad por el espacio exterior y la posible vida en él. Ahora, el animatrónico de E.T., el extraterrestre, se ha vendido por una suma millonaria, aunque no es exactamente como lo recordamos.

Julien's Auction fue la compañía encargada de subastar el pasado domingo una gran parte de reliquias pertenecientes a Hollywood. Entre ellas, se encontraba "el primer esqueleto mecatrónico del personaje E.T.". Aunque se desconoce el ganador de la subasta, sí sabemos la cantidad que ha tenido que desembolsar para hacerse con él. Nada más y nada menos que 2,56 millones de dólares, que se traduce en unos 2,40 millones de euros al cambio.

Aunque esperábamos encontrarnos con el personaje original de la película, la realidad es otra. Cuando Julien's Auction describió al modelo como esqueleto mecatrónico, lo hizo con toda la razón. En esta ocasión, no vemos a E.T. con su piel arrugada y de color marrón, En su lugar, tenemos un esqueleto que, a pesar de pertenecer a un personaje tan querido, da una vibra bastante tétrica.

La impresionante estructura que dio vida a E.T., el extraterrestre

E.T., el extraterrestre
Esqueleto de E.T., el extraterrestre

Antes de que todas las películas de alto presupuesto estuviesen lideradas por el uso del CGI, existía una técnica bastante única: los animatrónicos. Carlo Rambaldi es uno de los principales responsables del éxito de E.T., el extraterrestre. Gracias al diseño del artista de efectos especiales, el animatrónico podía moverse con sus 85 puntos de articulación. Eso sí, darle vida no era tan sencillo, y es que requirió el trabajo de al menos una docena de personas.

Por supuesto, este esqueleto no estaba diseñado para ser bonito, estaba hecho para dar movimiento al personaje. Sin embargo, este es apenas uno de los tres modelos que existen de E.T.. Otro pertenecía a un dispositivo electrónico para movimientos faciales, mientras que el tercero era un disfraz usado por tres actores distintos para las escenas donde E.T. debía caminar.

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A Rambaldi y su equipo les tomó unos seis meses diseñar estos tres modelos, y un jugoso cheque de 1.5 millones de dólares para hacerlos realidad. Al final, el coste de este esqueleto mecatrónico de E.T. se ha vendido por una cifra mucho mayor al de su costo de producción.

Hoy en día es más rápido diseñar y producir un modelo de cualquier ser imaginable a través del CGI. Sin embargo, en la década de los 80, el diseño, construcción y animación de cualquier criatura requería mucho más esfuerzo y dinero por parte de los estudios. Estas técnicas más clásicas son algo que se ha recuperado con la película Pinocho de Guillermo del Toro, que empleó la técnica del stop-motion para dar vida a todos los personajes y escenarios vistos en el filme.