La imagen del salto de Felix Baumgartner desde la estratosfera en 2012 es simplemente inolvidable. Es cierto que el logro del programa Red Bull Stratos fue superado apenas dos años más tarde, pero el mundo entero se paralizó para ver al paracaidista austríaco lanzarse en caída libre tratando de romper un récord de más de cinco décadas. Y entre tantos ojos enfocados en las pantallas estaban los de Joe Kittinger, el autor de la marca original a vencer, quien falleció el pasado 9 de diciembre a los 94 años.
Por 52 años, Kittinger fue el poseedor de récords envidiables. Desde el mayor ascenso en globo, hasta el salto en paracaídas desde mayor altura, sin olvidar la caída libre de mayor duración, ni la velocidad más alta a la que ha viajado una persona en la atmósfera sin contar con un vehículo o motor. Baumgartner logró romper tres de esos cuatro registros —solo le faltó el de la caída libre más extensa—, y lo hizo con el experimentado exaviador oficiando de jefe de comunicaciones.
Según reporta Air Force Times, su deceso se produjo en su hogar de Florida, Estados Unidos, tras batallar contra un cáncer de pulmón. La noticia fue confirmada por amigos de la familia y el político John Mica. Vale mencionar que, además de sus logros como paracaidista, Joe Kittinger fue piloto durante la Guerra de Vietnam, donde fue capturado y permaneció 11 meses en un campo de prisioneros.
Joe Kittinger, el hombre récord de los saltos en paracaídas
El caso de Joe Kittinger es notorio, puesto que a lo largo de su carrera como integrante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos logró gran prestigio por su participación en programas experimentales.
En 1957, por ejemplo, protagonizó la primera misión del Proyecto Manhigh, que pretendía estudiar los efectos de los rayos cósmicos en el cuerpo humano. El 2 de junio de ese año, el por entonces aviador subió hasta casi 29.500 metros de altura en una góndola dotada de distintos equipos para realizar mediciones. El ascenso debió interrumpirse antes de tiempo debido a la mala instalación de una válvula del sistema de provisión de oxígeno.
No obstante, Kittinger logró su momento de gloria pocos años más tarde, de la mano del Proyecto Excelsior. El mismo tenía como objetivo probar el desarrollo de un nuevo tipo de paracaídas que permitiera la eyección segura de los pilotos, considerando que las aeronaves de la época eran capaces de volar cada vez más alto y rápido.
El 16 de noviembre de 1959, Joe Kittinger se convirtió en el primer hombre en saltar desde la estratosfera como parte de la misión Excelsior I. Lo hizo desde una altura de 23.300 metros, aunque el suceso pudo haber terminado en tragedia, ya que el paracaidista se desmayó en plena caída. Afortunadamente, el sistema de altímetros y temporizadores del paracaídas funcionó correctamente y activó su despliegue, permitiéndole tocar tierra a salvo.
Menos de un mes más tarde, el 11 de diciembre, se realizó la prueba Excelsior II. Esta vez, Kittinger pudo completar el salto sin mayores inconvenientes, aunque desde una altura menor que la anterior (22.800 metros).
Pero fue el 16 de agosto de 1960 cuando Joe Kittinger hizo historia verdaderamente. Como parte de Excelsior III, llevó la góndola impulsada por un globo estratosférico hasta los 31.300 metros de altura. Desde allí logró arrojarse y establecer los cuatro récords que 52 años después fueron desafiados —y superados, en tres casos— por Felix Baumgartner.
Una anécdota del salto récord del aviador estadounidense dice que el sistema de presurización de su traje falló. Esto dejó su mano derecha expuesta a los efectos de la altitud, lo que derivó en una importante y dolorosa hinchazón. Pese a ello, Kittinger optó por no informarlo a sus superiores para evitar una posible cancelación del intento.
El respeto por Felix Baumgartner
En 2012, Red Bull lo convocó como asesor del programa Stratos que llevó a Felix Baumgartner a tratar de romper sus récords. Joe Kittinger también ofició de comunicador con la cápsula, manteniendo contacto directo por radio con el paracaidista austríaco durante todo el proceso.
Previo al salto, el experimentado piloto y paracaidista aseguró que no solo deseaba que Baumgartner rompiera sus récords, sino que también se convirtiera en el primer hombre en superar la barrera del sonido sin utilizar una nave o motor. "Chuck Yeager fue el primer sujeto en volar a velocidades supersónicas en una aeronave. Fue un día como hoy, pero hace 65 años. Y creo que sería absolutamente maravilloso si lográramos que Felix vuele supersónico sin una aeronave", dijo aquel 14 de octubre de 2012.
Para alegría de Kittinger, el europeo lo logró. Durante su salto desde casi 39.000 metros de altura, Baumgartner alcanzó una velocidad de prácticamente 1.358 kilómetros por hora; es decir, Mach 1.25.
La voz de Joe Kittinger acompañó a Baumgartner hasta su salto, siguiendo la lista de tareas a cumplir y dejando una frase para la historia. "[...] Eso es, muchacho. Párate en el escalón exterior, mantén la cabeza baja, libera la atadura del casco. Enciende las cámaras, y nuestro ángel guardián cuidará de ti". El resto fue historia.
Tras hacerse pública la noticia de su fallecimiento, el propio Felix Baumgartner recordó a Kittinger en Instagram. "Respeto", escribió, acompañando con un corazón negro una fotografía compartiendo un saludo con uno de los paracaidistas más importantes de la historia aeroespacial estadounidense.