El espionaje fue el combustible que alimentó la lucha de poder entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Por ello, no sorprende que ambas potencias hayan dedicado muchísimos recursos para desarrollar nuevas formas de conseguir valioso material de inteligencia. Uno de los proyectos más llamativos de esa era fue Genetrix, un programa secreto de la Fuerza Aérea estadounidense para espiar a la URSS usando globos estratosféricos.
La idea del Comando Aéreo Estratégico era bastante grandilocuente. Lo que pretendía era lanzar unos 2.500 globos no tripulados, cada uno equipado con cámaras diseñadas especialmente para la misión. El plan original también abarcaba el lanzamiento de equipos de reconocimiento electrónico para captar transmisiones de radio o señales de radar, pero nunca se concretó.
Una particularidad de Genetrix fue que prácticamente se solapó con la introducción del avión espía Lockheed U-2, operado por la USAF y la CIA. De hecho, en un momento el programa de espionaje con globos fue motivo de tensión entre los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Esto, porque su puesta en marcha no pasó desapercibida para la Unión Soviética, que no dudó en protestar la violación de su espacio aéreo.
Genetrix, el peculiar intento de espionaje con globos sobre la URSS
El uso de globos de observación en operaciones militares o de inteligencia alcanzó su pico durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, ya para entonces representaba una modalidad muy antigua. Por ende, era solo cuestión de tiempo para que se tratara de adaptarla a misiones de espionaje. Así fue como Estados Unidos comenzó a explorar esa posibilidad a fines de los años cuarenta.
Para 1950, ya se había decidido crear un globo que volara a gran altitud y cargara un módulo fotográfico para labores de reconocimiento. Como el proyecto era secreto, se utilizó como fachada el desarrollo de un globo meteorológico llamado Moby Dick. Para el ojo del público, dicha iniciativa estaba destinada a estudiar las corrientes de viento a gran altura.
Vale destacar que el programa no se conoció como Genetrix desde sus comienzos, sino que su nombre original fue Gopher. No obstante, fue rebautizado en varias oportunidades a medida que se lograban avances hasta alcanzar su denominación definitiva.
La iniciativa para espiar a la Unión Soviética con globos estratosféricos se gestó en tiempo récord. Tengamos en cuenta que el por entonces presidente estadounidense, Dwight Eisenhower, dio luz verde al comienzo de las misiones en diciembre de 1955. Esto quiere decir que el desarrollo de los globos, las cámaras y el resto del equipamiento necesario se completó en apenas cinco años. Y a esto había que sumarle la implementación de un método de recuperación del material fotográfico, que debía hacerse en pleno vuelo.
Así las cosas, el 10 de enero de 1956 se liberó la primera tanda de globos del programa Genetrix desde distintos puntos estratégicos de Europa y Asia.
Del cereal a los globos estratosféricos
Una de las tantas peculiaridades del programa Genetrix fue el involucramiento de la empresa General Mills. Dicha firma estadounidense fue la encargada de diseñar y fabricar los globos estratosféricos destinados a espiar a la Unión Soviética y sus aliados. ¿Lo singular de este dato? General Mills es hasta hoy una de las compañías de productos alimenticios más importantes del mundo. Muchos la conocen por ser dueña de reconocidas marcas de cereales como Trix o Lucky Charms.
Pero su elección para que se encargara de proveer los globos estratosféricos no fue por puro capricho, o para desorientar a los curiosos. General Mills tuvo sus inicios como molinero harinero en 1866 y rápidamente se ganó un espacio más amplio dentro de la industria alimenticia estadounidense. Pero en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, decidió ampliar sus horizontes y estableció una división destinada a la investigación aeronáutica. La misma se dedicó al desarrollo de globos de gran altitud, originalmente pensados para los proyectos de observación meteorológica de la Oficina de Investigación Naval de la Armada estadounidense.
Para el programa Genetrix, General Mills entregó dos tipos de globos estratosféricos. Uno se llamaba 66CT y podía volar a una altura de entre 13.500 y 18.000 metros; el otro se conocía como 128TT y podía alcanzar alturas de entre 22.800 y 26.000 metros. Ambos habían sido fabricados con polietileno de apenas 0,05 milímetros de espesor y utilizaban hidrógeno para elevarse. Como se trataba de globos de presión cero, estaban abiertos en la parte inferior y tenían conductos en los lados para que escapara el gas. De esta forma, se evitaba que se acumulara la presión dentro del globo durante la expansión del gas mientras ganaba altura sobre la superficie de la Tierra.
Mucho más que una simple cámara
La estrella del equipamiento de los globos del programa Genetrix era, sin dudas, su módulo de cámaras. El mismo consistía de una gran caja de fibra de vidrio revestida con espuma de poliestireno cuyo peso se estimaba en 181 kilogramos. En su interior presentaba dos lentes de 6 pulgadas que apuntaban en direcciones opuestas, en un ángulo de 34,5° con respecto al horizonte. Según recoge Stratocat, cada lente era capaz de cubrir un área de aproximadamente 80 kilómetros, y las cámaras podían disparar unas 500 fotografías utilizando un formato de película de 9 pulgadas cuadradas. En tanto que para encender o apagar la cámara de acuerdo a la iluminación disponible, el sistema utilizaba una fotocélula. Para el desarrollo del equipo fotográfico se confió el trabajo a múltiples empresas, siendo Kodak la más conocida.
Pero la cámara era solo una de las varias piezas que conformaban el cargamento que debían transportar los globos espías estadounidenses. La barra que sostenía el módulo también incluía una caja con equipamiento de comunicaciones, control y provisión de energía, así como lastre para mantener el balance durante el vuelo. Pero eso no era todo, puesto que debajo del punto de anclaje entre el globo y el "paquete" se ubicaba una unidad de rotación. La misma se utilizaba para que las cámaras tuvieran una cobertura panorámica del territorio que estaban monitoreando, de modo que cada 100 minutos se activaba y movía toda la carga en un giro completo.
Una vez que los globos estratosféricos de espionaje del programa Genetrix cruzaban todo el territorio soviético, se utilizaban señales de radio para liberarlos y dejar caer la carga, que contaba con cinco paracaídas. Para recuperarla, la Fuerza Aérea de Estados Unidos modificó varias unidades del avión de transporte militar Fairchild C-119 para que el personal recuperara los módulos de cámara en pleno vuelo; o incluso desde el agua, en caso de que la captura original fallara. Dicha tarea se realizaba principalmente pasando el extremo oriental de la URSS, cerca de Alaska.
El fracaso del programa Genetrix
Los globos estratosféricos para espiar a la Unión Soviética se lanzaron desde cuatro puntos estratégicos: Escocia, Noruega, Alemania y Turquía. La idea original era que el programa Genetrix durara de enero a junio de 1956, pero la realidad terminó golpeando inesperadamente a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Si bien en los primeros días el proyecto parecía estar dando buenos resultados, los soviéticos no demoraron en establecer defensas que interceptaran y derribaran los globos. La efectividad de Genetrix era tan baja que el Comando Aéreo Estratégico aumentó drásticamente el número de globos que se podían lanzar por día desde cada base elegida. Así, pasaron de 10 a 40 por jornada, pero en los últimos días de enero ya ni siquiera eso alcanzaba para que alguno saliera de los límites de la URSS.
En los primeros días de febrero, la Unión Soviética presentó una protesta formal a los embajadores estadounidenses en Rusia, Turquía y Alemania Occidental. Esto llevó a que la Casa Blanca pausara los lanzamientos, pero lo que inicialmente parecía una suspensión temporal terminó siendo permanente. Así, el 1 de marzo se informó la cancelación definitiva de Genetrix.
En los apenas 27 días que duró esta peculiar misión espía, se lanzaron 516 globos. Sin embargo, se perdió el rastro de más de la mitad de los que la Fuerza Aérea reconoció como operativos (399). De los pocos que se pudieron recuperar, apenas 40 fueron capaces de capturar imágenes, pero solo 34 de ellos presentaron fotografías "utilizables". Pero como la mayoría de las cámaras volvieron a manos de la USAF fueron las que se lanzaron desde Turquía, las fotos que obtuvieron fueron mayormente de China y la región de Siberia.
No obstante, Genetrix también arrojó información útil para el avión espía U-2 que entró en funciones ese mismo año. La CIA y la Fuerza Aérea norteamericana aprovecharon los datos obtenidos por los globos para estudiar cómo funcionaba el sistema de radares de la URSS, así como las corrientes de aire a gran altitud y sus efectos en la planificación de rutas para la aeronave de Lockheed.
Como última curiosidad, uno de los módulos fotográficos "perdidos" apareció en un bosque canadiense en 1962. La carga fue hallada por una familia del lugar, aunque el Ejército del país norteamericano tomó posesión de la misma sin dar explicaciones. Recién en 2017, tras la desclasificación de documentos de la CIA y Seguridad Nacional, se supo que se trataba de una de las cajas del programa Genetrix.