Avatar 2: el sentido del agua, y especialmente su final, contiene una reflexión profunda sobre varios temas esenciales. Pero, en especial, acerca de cómo Pandora es algo más que un planeta. El regreso de la historia emblemática de James Cameron explora su universo desde un ángulo por completo nuevo. En especial, la percepción acerca de la vida y de la muerte como estratos naturales, que podrían tener una definición desconocida en los términos humanos.
Atención: spoilers a continuación.
De hecho, ese es el mensaje final de Avatar 2: el sentido del agua. La narración culmina con la muerte de Neteyam (Jamie Flatters), el hijo mayor de Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña). Se trata de una escena estremecedora, que, sin embargo, recupera uno de los temas principales de la película.
Durante buena parte del argumento, la percepción de la desaparición física atraviesa varios estratos, niveles y explicaciones. Desde la forma en que nace el personaje de Kiri (Sigourney Weaver), hasta el regreso del malvado Coronel Miles Quaritch (Stephen Lang). James Cameron decidió analizar la condición de la vida desde un punto de vista que no tiene la menor relación con lo racional.
Lo cual se hace más poderoso con su última secuencia. En ella, el guion narra la despedida a Neteyam y su presumible regreso a Eywa. Para Cameron, pareció ser de especial importancia que la conclusión sobre el entorno y el sentido de la pérdida en Pandora tuviera una perspectiva emblemática.
La muerte del hijo de la pareja protagónica al final de Avatar 2: el sentido del agua abre la puerta a varias preguntas distintas. Particularmente, si el misterioso vínculo espiritual del planeta con sus habitantes se manifestará a través de un suceso semejante. También si la película planteará la idea de la forma de actuar de Eywa como entidad viva en las futuras entregas de la saga.
El doloroso final de Avatar 2: el sentido del agua es una mirada al futuro
La historia de Avatar 2: el sentido del agua es una extraordinaria versión sobre las diversas conexiones del planeta con la vida. Ya sea con sus habitantes, su flora o su fauna. Pandora es una fuente total de conocimiento primigenio que se manifiesta de diferentes maneras.
La película, que comienza mostrando la forma en que Jake Sully se integró por completo en el planeta a través de sus hijos, termina con la muerte de uno de ellos. Un ciclo completo que, además, refleja los principales acontecimientos del guion en una forma simbólica que sorprende por su sutileza y conmovedora sensibilidad.
Durante Avatar 2: el sentido del agua, desde su inicio hasta su final, el argumento muestra la evolución del concepto de la existencia como una totalidad de experiencias. Primero a través de Jake, sus hijos, Kiri, el pequeño Spider (Jack Champion) y el retorno de Miles Quaritch. Pero también a través de cada percepción acerca del retorno a la vida, que se explora desde ángulos separados, lo que permite entender cómo Pandora sostiene un círculo vital total. Algo que adquiere mayor énfasis a medida que transcurre la historia y la importancia del planeta y su enigmática deidad se hacen más importantes.
¿Una despedida o un nuevo comienzo?
Para el final de Avatar 2: el sentido del agua, en el que Miles Quaritch se enfrenta a Jake Sully, el paralelismo resulta obvio y está bien construido. El Coronel, que regresó a la vida cuando su identidad y ADN fueron implantados en un cuerpo Na’vi, se enfrenta a Jake. Ambos son dos caras de la misma idea y, de alguna manera, se complementan el uno al otro. Tanto como para enlazar la conexión de Pandora con cada una de las criaturas que la habitan y la sostienen.
Durante la gran batalla final — a mar abierto — es más evidente que nunca la forma en que el poder de Pandora se manifiesta. De hecho, el final de Avatar 2: el sentido del agua descubre hasta qué punto influye en Quaritch (aunque intente evitarlo) y su percepción sobre el amor y las conexiones emocionales. Es este paso el que brinda un sentido total a una historia que analiza con cuidado los ciclos vitales, que muestra en meticulosa y profunda perspectiva.
Es el momento perfecto para ver Avatar antes del estreno de la nueva película
La muerte de Neteyam concluye la sensación de que el planeta es una entidad viva capaz de responder al dolor. Lo cual es un gran cierre para una historia extraordinaria que, seguramente, tendrá mucho que mostrar en los próximos años.