Son muchos los motivos que pueden llevar a delfines y ballenas a vararse en las playas. Generalmente se considera que están heridos o enfermos, o incluso que han vagado casi voluntariamente para morir allí. Por todo eso, se aconseja a los bañistas que llamen a especialistas y no se encarguen ellos de volver a empujarlos al mar. Lo suelen hacer con toda la buena intención del mundo, pero puede ser una forma de alargar su agonía. Una agonía que, según un estudio publicado recientemente en European Journal of Neuroscience, puede deberse a enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.

En dicho estudio, un equipo de científicos de la Universidad de Leiden analiza los cerebros de 22 odontocetos varados en el mar, en aguas escocesas. Curiosamente, muchos de ellos tienen signos característicos de enfermedades neurodegenerativas y concretamente tres muestran algunas de las señales cerebrales asociadas al alzhéimer.

No es posible saber si aquellos animales llegaron a mostrar signos de demencia. Sin embargo, tiene sentido, ya que podría dar una nueva explicación al motivo por el que algunos delfines y ballenas terminan varados. Podría ser que se sientan desorientados, de una forma parecida a como se sienten los humanos con alzhéimer.

Delfines con alzhéimer: una investigación novedosa

Los odontocetos son una suborden de cetáceos caracterizados por la presencia de dientes en vez de barbas. Son muchas especies, pero en este estudio se analizaron ejemplares de cinco especies diferentes: delfines de Risso (Grampus griseus), calderones de aleta larga (Globicephala melas), delfines de pico blanco (Lagenorhynchus albirostris), marsopas comunes (Phocoena phocoena) y delfines nariz de botella (Tursiops truncatus).

Se tomaron muestras de tejido cerebral y se analizaron en busca de varios marcadores asociados al alzhéimer. Así, vieron que absolutamente todos ellos tenían placas de beta-amiloide. Estos son unos depósitos proteicos conocidos por ser uno de los principales indicadores de esta enfermedad. No obstante, por sí solas podrían ser indicadores de otras enfermedades neurodegenerativas.

Por eso, llamaron especialmente la atención tres ejemplares, cada uno de ellos de una especie, en los que además se encontraron depósitos de fosfo tau y acumulación fibrosa de células gliales en el sistema nervioso central. Ambos son indicadores mucho más específicos de alzhéimer. Por lo tanto, aunque no se puede saber si tenían exactamente esta enfermedad, sí parece ser que tenían un proceso cerebral similar al de los humanos que la padecen.

El problema del líder enfermo

Este estudio es uno de los primeros que apunta a la posible presencia de enfermedades neurodegenerativas en animales no humanos. Pero, además, es relevante por otros motivos. Por ejemplo, porque podría dar más pistas sobre el problema del líder enfermo.

Esto hace referencia a los motivos por los que a veces pueden verse manadas completas de delfines o ballenas varados. Se sabe que estas manadas a veces tienen a un animal que ejerce como líder, guiando al resto. Si se da el caso de que este ejemplar concreto desarrolla alzhéimer o alguna enfermedad similar, podría ser que su desorientación y su nado errático lleve a la perdición al resto. 

Es importante saber detectar cuál es el ejemplar enfermo. Devolverle al mar solo alargaría su agonía, pues acabaría perdiéndose de nuevo. Pero quizás el resto puedan aún salvarse. Todo esto es algo que debe estudiarse en más profundidad. Por eso es tan importante que se lleven a cabo estudios como este, en los que se dé una explicación a los motivos que pueden llevar a estos animales a sucumbir a la orilla del mar.

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