Te encuentras con tu doctor de cabecera en su consultorio. En esta ocasión, te han detectado una enfermedad no muy grave, y que, según el profesional, debería desaparecer por completo tras un par de medicamentos con dosis específicas. Acto seguido, tu doctor se acerca a una impresora 3D junto a su escritorio, y tras introducir algunos datos, procede a imprimir la medicina que necesitas, en las dosis específicas que requieres. Suena a ciencia ficción, ¿cierto? Pues ya no lo es.
La compañía CurifyLabs se ha puesto manos a la obra para convertir este escenario en una realidad. Así, buscan facilitar y democratizar la preparación de medicamentos personalizados, que mejoren la salud de los pacientes de manera más eficaz y con menor gasto de productos.
Entre los beneficiados por esta tecnología no solo se encuentran los seres humanos. Según comentan desde el medio TheNextWeb, quienes tuvieron la oportunidad de hablar con el fundador de la startup, este proceso busca automatizar la farmacología, "llevando impresoras 3D de medicinas a hospitales y clínicas veterinarias".
La impresión 3D de medicamentos podría cambiar el panorama de la medicina moderna
Como ya sabemos, la medicina moderna ha conseguido mantenerse a un coste asequible (al menos en algunos países) gracias a la producción en masa de las drogas. No obstante, el gasto de material y energía que esto genera a nivel global es bastante dramático, así como también el abuso de consumo de las mismas.
Gracias a la tecnología de CurifyLabs, fundada por Niklas Sandler Topelius, ex profesor de tecnología farmacéutica en la Universidad Åbo Akademi, las medicinas podrían imprimirse en distintas formas y sabores que faciliten su consumo por parte de niños y mascotas. Pero además de este cambio más superficial, también podrían liberar las sustancias que contienen a diferentes velocidades, adaptándose al organismo de cada persona.
Lo mejor de todo es que esto no altera ni deteriora la calidad de los medicamentos. De hecho, siguen manteniendo su estándar de grado farmacéutico, tanto a nivel de composición como de vida útil. Eso sí, usando una cantidad considerablemente menor de material.
Un concepto que inició en impresoras de tinta
Así es. Aunque en la actualidad Niklas Sandler Topelius ya ve el futuro de la medicina en una pequeña píldora a partir de impresión 3D, lo cierto es que la idea nació primero en impresoras de tinta. Tras comprar uno de estos dispositivos en un supermercado, Sandler Topelius procedió a reemplazar la tinta de los cartuchos por ingredientes farmacéuticos. Los resultados fueron medicinas en 2D, y de ahí pasó a la tercera dimensión.
Afortunadamente para los pacientes del futuro, la compañía emergente cuenta con más de 100 artículos revisados por pares a sus espaldas. Entre estos, 60 pertenecen al reino de las medicinas generadas por impresión 3D.
En la actualidad, y desde su creación en 2021, CurifyLabs ha alcanzado una financiación de 3,5 millones de euros. Si bien esta cantidad no es más que un grano de arena en la playa billonaria que es la industria farmacéutica, es un número esperanzador para una tecnología que podría traer muchos beneficios.
De hecho, la creación de medicinas hechas a medida es algo que sería extremadamente útil en la medicina psiquiátrica. Los pacientes de esta área suelen pasar por meses de prueba y error con distintas medicaciones, partiendo píldoras a la mitad. En muchas ocasiones tienen que hacerlo en varias partes hasta obtener una cantidad que realmente se adapte a sus necesidades. Por esto, tener la capacidad de generar curas a medida es un gran avance en la relación entre pacientes y centros médicos.