Algunos meses atrás les conté la historia del F-15 Eagle y lo catalogué como "el caza que venció al paso del tiempo". Descripción que igual vale para el F-16 Fighting Falcon —también apodado Viper en el mundo aeronáutico—, sobre el que hablaremos en esta oportunidad. En servicio desde hace más de 40 años, se trata de uno de los jets de combate más impactantes e implacables de su era, al punto tal de servir a más de una veintena de naciones. Y, por virtudes propias y deficiencias ajenas, todavía tiene bastante hilo en el carretel.

Más allá de sus capacidades técnicas y su poder de fuego, el F-16 Fighting Falcon es dueño de una estética inconfundible. Esto se debe en gran parte a tres elementos: su carlinga de policarbonato de tipo burbuja, diseñada para darle al piloto una visibilidad mucho mejor a la de otros cazas de la época; la gran boca de la toma de aire ubicada bajo la cabina; y su configuración monomotor, que contrasta con los modelos bimotores de su misma generación, como el ya citado F-15, o el F/A-18 Hornet.

La aeronave creada por General Dynamics no solo introdujo varias innovaciones técnicas, sino que también ha recibido múltiples actualizaciones desde su entrada en servicio. Esto le ha permitido mantenerse al día con las necesidades de sus múltiples operadores, y se espera que continúe en actividad por varios años más, mientras se resuelven los contratiempos que ha traído la problemática introducción del F-35A.

F-16 Fighting Falcon: un caza sorprendente

F-16 Fighting Falcon
Foto: US Air Force en Flickr (Dominio público).

El F-16 Fighting Falcon se pensó como un caza de superioridad aérea destinado a operaciones diurnas. Sin embargo, posteriormente evolucionó en un caza polivalente capaz de operar bajo cualquier condición climática. Al igual que muchos otros aviones de combate de su generación, su desarrolló comenzó a barajarse entre fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, en una etapa de gran renovación de las flotas aéreas de la milicia de Estados Unidos.

Lo verdaderamente llamativo es que el F-16 terminó siendo el resultado de un programa que parecía no estar llamado al éxito. La idea tras este caza fue impulsada por el Coronel John Boyd, de la Fuerza Aérea estadounidense, quien aseguraba que era necesario crear un avión de combate pequeño, ligero y de gran maniobrabilidad. Si bien su visión no fue bien recibida originalmente, porque se creía que colisionaría con el desarrollo del F-15 Eagle, logró superar los obstáculos.

El F-16 Fighting Falcon fue la propuesta de General Dynamics para el programa Lightweight Fighter, o LWF, que se puso en marcha en 1972. Voló por primera vez en 1974, y logró imponerse al YF-17 de Northrop, que luego derivó en la creación del F/A-18 de McDonnell Douglas para la Armada estadounidense.

Reconociendo que existía potencial en el concepto de un nuevo caza ligero, Estados Unidos optó por elevar la apuesta. Ya no querían que se limitara a capacidades de combate aire-are, sino que fuera polivalente. Y con el creciente interés de sus aliados de la OTAN, los norteamericanos optaron por crear una competición para definir por qué modelo debían inclinarse. Así las cosas, el F-16 (todavía conocido por entonces como YF-16) se midió con el Northrop P-530 Cobra, el Mirage F1, el Saab 37 Viggen y el SEPECAT Jaguar, y emergió victorioso.

La producción en masa del nuevo caza de General Dynamics comenzó en 1975, con Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca, Países Bajos y Noruega como los compradores originales. Entró en servicio en Norteamérica en agosto de 1978, y se mantiene activo desde entonces.

Un dato curioso es que, si bien su principal usuario es la Fuerza Aérea estadounidense, también se ha producido una variante para la Armada de ese país llamada F-16N.

Ágil, veloz y económico

Fotos: US Air Force en Flickr (Dominio público).

Un aspecto notorio del F-16 Fighting Falcon es que General Dynamics no lo diseñó solo para que fuera ligero, veloz y con gran poder de fuego, sino también económico. Tanto para producirlo como para mantenerlo.

Vale mencionar que, originalmente, esta aeronave utilizaba el mismo motor Pratt & Whitney F100 que el F-15 Eagle; medida tomada en pos de abaratar costos en las órdenes a gran escala. Sin embargo, desde mediados de la década de 1980 la mayoría de las unidades en actividad utilizan un General Electric F110.

Ambos propulsores son capaces de generar más de 29.000 libras fuerza de empuje con posquemadores, y permiten que su velocidad máxima supere Mach 2. De todos modos, esto no solo se debe a la potencia de la motorización, sino al peso del avión. El F-16 Fighting Falcon es considerablemente más pequeño y liviano que el F-15 Eagle. El peso vacío —sin carga útil— del primero es de apenas 8.500 kilogramos, contra 12.700 del segundo.

En cuanto al resto de sus dimensiones, el caza de General Dynamics mide 15,06 metros de largo, por 4,9 metros de alto. Su envergadura es de 9,96 metros, mientras que su peso máximo al despegue es de poco más de 19.100 kilos. Tiene un alcance de 4.200 kilómetros con tanques de combustible externos, mientras que su radio de acción ronda los 540 kilómetros. No obstante, esto último varía según su armamento.

Y ya que hacemos mención a su poder de fuego, bien vale remarcar la versatilidad del F-16 Fighting Falcon. La aeronave cuenta con un cañón rotativo M61 Vulcan de 20 milímetros y presume 11 puntos de anclaje que le permiten movilizar varias configuraciones de misiles, cohetes, bombas y sensores. Del total, seis se encuentran bajo las alas, tres bajo el fuselaje, y los dos restantes en los extremos de cada ala.

Entre la amplia variedad de armas que puede llevar, destacan los misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder, AIM-120 AMRAAM y Python; los aire-superficie AGM-65 Maverick y AGM-158 JASSM; y los antibuque AGM-85 Harpoon. En cuanto a bombas, puede cargar de racimo, de uso general, guiadas por láser y hasta nucleares. Y también puede ser equipado con lanzadores de cohetes de 70 o 127 milímetros.

Llevando la maniobrabilidad a otro nivel

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En párrafos anteriores hemos mencionado que el F-16 Fighting Falcon introdujo varias innovaciones desde que salió de la línea de producción. Una de ellas es su gran maniobrabilidad, que se logró gracias a que la aeronave es aerodinámicamente inestable. Esto se compensa con un sistema de control de vuelo fly-by-wire de cuatro canales.

Además de su agilidad, el avión destacó por ser el primero en su tipo en ser desarrollado para soportar maniobras de 9 g. Pero no solo eso, sino que también implementó un asiento con un respaldo más reclinado para ayudar a que los pilotos toleren con mayor facilidad las fuerzas g. En cuanto a los comandos, General Dynamics ubicó la palanca de mando a la derecha del piloto, y no en el centro, entre sus piernas.

El instrumental del F-16 Fighting Falcon destacó desde el comienzo por ser de los más avanzados de su generación, y ha recibido múltiples actualizaciones. Las versiones más recientes de la aeronave, ya bajo la producción de Lockheed Martin, incluyeron el soporte para el sistema JHMCS (Joint Helmet-Mounted Cueing System) desarrollado por Boeing. El mismo consiste de un módulo que se integra al casco del piloto y ofrece información directamente en su visor, entre otras características.

El F-16 Fighting Falcon todavía tiene mucho que ofrecer

F-16 Fighting Falcon
Fotos: US Air Force en Flickr (Dominio público).

Salvo un breve período entre 2017 y 2019, el F-16 Fighting Falcon se ha fabricado casi ininterrumpidamente desde comienzos de los años setenta. Se estima que desde entonces han salido más de 4.600 unidades de la línea de producción, aunque actualmente están destinadas principalmente a exportación. Esto se debe a que la Fuerza Aérea de Estados Unidos no piensa hacer nuevos pedidos.

De hecho, la USAF planeaba reemplazarlos definitivamente desde 2025. Sin embargo, como dijimos al comienzo, los problemas y altos costos del F-35A, la aeronave elegida para tomar su lugar, echaron por tierra esa posibilidad.

En abril pasado, el Teniente General David Nahom aseguró que el F-16 Fighting Falcon puede servir a la Fuerza Aérea por casi dos décadas más. Y que su reemplazo definitivo podría decidirse recién dentro de 6 a 8 años.

"El F-16 es un avión que puede hacer muchas misiones menores, a un precio notablemente más barato que una plataforma de quinta generación, y puede hacerlo bien. Puede satisfacer un objetivo en el Medio Oriente y, una semana después, patrullar sobre algún punto en los Estados Unidos en una misión de defensa nacional. Es bastante asombroso. Y puede hacerlo a la mitad del costo operativo de cualquier otra plataforma aérea que tengamos. [...] Creemos que podemos sacarle otros 18 o 20 años".

Teniente General David S. Nahom, sobre el F-16 Fighting Falcon.

Se estima que actualmente la Fuerza Aérea de Estados Unidos cuenta con más de 600 F-16 Fighting Falcon en operaciones. Mientras que las demás unidades activas se reparten por Europa, Medio Oriente, África, Asia y Sudamérica. En este último caso, Venezuela y Chile son sus operadores, mientras que Argentina cuenta con el A-4AR Fightinghawk, una versión del Douglas A-4 Skyhawk, modernizada por Lockheed Martin con el instrumental del F-16.